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DANIEL GUINDO
Miércoles, 19 de abril 2017, 19:07
El aumento de la inversión para atender a personas en situación de dependencia no se ha traducido, en el caso de la Comunitat, en un incremento del número de profesionales que atiende a los beneficiarios de estas ayudas o, al menos, no en la misma medida. La apuesta de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas por los cuidadores familiares, muy por encima de la media nacional y de lo que recomienda la normativa estatal, está detrás de esta situación que supone un lastre para el empleo en este ámbito. Así lo creen en la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunitat (Aerte) y también lo pone de manifiesto el último dictamen del Observatorio de la Dependencia.
Desde la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunitat (Aerte) alertan que la apuesta del Consell por los cuidadores familiares no sólo perjudica el empleo en el sector. José María Toro, director general de la entidad, opina que no se llevan a cabo inspecciones en el interior de los domicilios para constatar que los cuidados que los dependientes están recibiendo son los adecuados, de ahí que no se pueda garantizar.
La formación con la que cuentan estos familiares, en muchas ocasiones tampoco es la adecuada y, en la gran mayoría de los casos, no llega a la que presentan los profesionales del sector. Desde la conselleria siempre han justificado este progresivo incremento de los cuidadores familiares en que, por un lado, es la opción que solicita un mayor número de dependientes y, por otro, es una de las opciones que les permite mantenerse en su entorno social (frente a una residencia, en la que abandonan su barrio). Sin embargo, Toro reclama a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas una profesionalización de estos cuidados y que, al menos, la atención en el ámbito familiar se pueda complementar con un incremento del servicio de ayuda a domicilio. «No sólo hay residencias o cuidadores familiares, hay muchas más posibilidades», aclara.
Asimismo, el director general de Aerte apunta también que más del 80% de los cuidados familiares recaen sobre las mujeres, de ahí que suponga otro escollo para incentivar el empleo femenino fuera del ámbito doméstico, puesto que estas mujeres tienen muchas dificultades para desarrollar su carrera profesional.
En concreto, y por primera vez desde 2011, el coeficiente de empleo generado en la región en el sector de la dependencia ha descendido pese al aumento del gasto público. Así, mientras que la Comunitat cerró el ejercicio 2015 con 26 empleos directos por cada millón de euros de inversión, el pasado año esta cifra descendió hasta los 23 puestos de trabajo. Por contra, el indicador de la media nacional sigue creciendo, pasando de los 34,5 de 2015 a los 34,8 del último ejercicio, según los datos del citado observatorio.
En cifras absolutas, la comparativa sigue esta línea. En 2015, el gasto público por habitante fue de 59,33 euros, apenas un 2,5% más que el ejercicio anterior. Sin embargo, y pese a este ligero aumento de la inversión, la cantidad de puestos de trabajo creció cerca de un 14% (más de 1.000 nuevos empleos). Al año siguiente, el gasto en dependencia por habitante aumentó un 21% hasta los 71,80 euros por habitante, pero el número de empleos creció menos del 6% (poco más de 500).
Este desfase entre la inversión pública y la cantidad de profesionales especializados en el cuidado de dependientes, bien en centros y residencias o en el servicio a domicilio, se debe a que el Consell descarga la atención a los dependientes en los denominados cuidadores familiares, una figura que, según marca la normativa, debe utilizarse de forma excepcional y únicamente cuando no existan alternativas profesionales, pero que para la conselleria es su principal recurso.
En el último año, la cantidad de cuidadores familiares ha crecido en la Comunitat un 31%, pasando de los 21.200 de finales de 2015 a los 27.800 del pasado 31 de diciembre (6.600 más). Frente a ello, a nivel nacional sólo se ha registrado un ligero aumento de apenas el 0,2% (únicamente 704 cuidadores familiares más en todo el año). Así, en la Comunitat el número de nuevos cuidadores familiares casi multiplica por diez a la media nacional, según los datos que maneja el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Además, lejos de cambiar la tendencia, en la región la cifra de cuidados por parte de familiares en el ámbito doméstico sigue aumentando y, en apenas tres meses, la Comunitat acumula más de un millar más, hasta los 28.855 contabilizados el 31 de marzo, última cifra disponible hasta ayer. Esto supone que más de la mitad de los dependientes valencianos con las ayudas reconocidas están siendo cuidados por familiares.
Asimismo, la figura del cuidador familiar es la que supone un menor gasto para la administración (prácticamente la mitad que, por ejemplo, una plaza en una residencia).
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