Juan Carlos Gimeno defiende que sus trabajos para Emarsa fueron reales

El exconcejal del PP Valencia y extrabajador de Emarsa Juan Carlos Gimeno ha defendido hoy la validez de sus trabajos de consultoría para la planta depuradora, por los que facturó decenas de miles de euros entre 2004 y 2010.

Gimeno, que se enfrenta a una petición de condena de 8 años por malversación y falsedad, ha abierto la duodécima sesión del juicio del caso Emarsa, por el que se sientan en el banquillo 24 personas acusadas del desvío de más de 20 millones de euros de la empresa pública que gestionó la depuradora de Pinedo.

Este exedil del PP trabajó como responsable de calidad de la planta hasta el verano de 2004, fecha en la que Esteban Cuesta llegó a la gerencia de la empresa gestora de la depuradora.

Gimeno fue despedido y cobró un finiquito de 120.000 euros, y días después constituyó una empresa -posteriormente creó otras- para facturar a Emarsa por servicios de consultoría.

Este contrato, ha explicado, se firmó por 12 años con la aprobación de Cuesta y Enrique Crespo, entonces presidente de Emarsa, y recibió por ellos unos emolumentos que "se quedaban en un tercio de lo que percibía como empleado", según ha asegurado.

En su declaración, Gimeno ha negado haber facturado un mismo servicio a través de varias empresas, tal y como sospecha la Fiscalía ante la aparición de varias facturas de sus empresas en Emarsa

La fiscal ha preguntado por qué muchos de los trabajos facturados no fueron localizados en las instalaciones de Emarsa, a lo que Gimeno ha respondido que deberían estar allí, que sabe que se accedió a la empresa "por la noche" en cuanto se inició la liquidación y que, además, a él se le quemó el despacho.

Por un trabajo sobre indicadores de gestión de 28 páginas cobró 14.000 euros.

Entre los trabajos que realizó constan varios sellos de calidad que, según el Ministerio Público, nunca exhibió Emarsa en sus documentos, a lo que Gimeno ha respondido que "uno lo pone o no lo pone. El Corte Inglés está certificado y no lo pone".

"Emarsa tenía dos problemas no resueltos. No tenía licencia de obras ni de actividad, la propia administración se la negaba; y el emisario submarino que llevaba agua depurada al mar nunca fue auditado".

Preguntado por qué sólo consta la entrada de sus empleados a Emarsa en cinco ocasiones en seis años, Gimeno ha respondido que "había varias entradas" y el control del acceso principal "no era riguroso. A mí nunca me hicieron inscribirme".