Bioquímica, Ingeniería Aeroespacial y Medicina, las carreras de más difícil acceso en la Comunitat Valenciana

Los alumnos que quieren estudiar una carrera afrontan a partir de hoy la Selectividad, que empezará a las 9.30 horas con el examen de Lengua Castellana. Es un momento clave para su futuro académico, pues de su rendimiento en las pruebas dependerán sus opciones para alcanzar la profesión soñada. Y los futuros médicos, bioquímicos o ingenieros aeroespaciales tendrán que rozar la perfección para acceder a los títulos correspondientes en las universidades públicas valencianas, además de disponer de un gran expediente de Bachillerato teniendo en cuenta que son las carreras con las notas de corte más altas en los últimos años. Todas están por encima del 12,4 sobre 14.

No son las únicas reservadas a los mejores estudiantes, pues la lista se completa con Biotecnología, Ingeniería Biomédica, Odontología, Física y el doble grado de Farmacia y Nutrición Humana y Dietética. Enfermería también es una de las carreras de más difícil acceso, aunque hay más alternativas de oferta -sólo en Valencia se puede cursar en tres sedes diferentes-. En Alicante, Traducción e Interpretación en Inglés se cuela en el ranking al obtener uno de los dos valores más elevados de esta universidad. También es alto en la Universitat de València.

Así se desprende de los datos oficiales de la Comisión de Preinscripción Universitaria de los últimos tres años. Hay que tener en cuenta que las notas de corte varían de un curso a otro y son diferentes en cada centro, pues dependen de las plazas ofertadas y la demanda. De hecho, vienen a expresar la calificación del último alumno que accedió en el curso correspondiente. Las carreras citadas han obtenido los valores más elevados desde 2014, por lo que la tendencia no debería cambiar en la próxima preinscripción.

Los datos también permiten detectar casos llamativos, como el del grado de Matemáticas, que ya en el último proceso alcanzó una de las notes de corte más altas en la Universitat de València (11,12). De hecho ha ido subiendo casi un punto por curso, síntoma de que crece la demanda de los estudiantes.

En cuanto a la Selectividad de esta semana, se prevé la participación de entre 16.000 y 17.000 alumnos valencianos, que es la horquilla en que se han movido las matriculaciones en las últimas ediciones. Se trata de una generación especial, paganos de las convulsiones que han rodeado este curso la política educativa nacional, hasta el punto de que empezaron el ejercicio sin saber cómo iban a ser las pruebas.

Paganos de la política

Hasta principios de 2017 no se concretó la estructura final, a la postre muy similar a la de las citas anteriores para tranquilidad de los aspirantes. Por el camino se ha caído la obligación de examinarse de Filosofía pese a no cursarse en 2º de Bachillerato en la Comunitat, se ha cambiado la exigencia de obtener un cinco para poder hacer la media con el expediente de Bachillerato -al final será un cuatro, como siempre- o se ha renunciado a la posibilidad de introducir preguntas tipo test o ejercicios orales. Hay que recordar que la cascada de variaciones se debió a la renuncia del Gobierno a la reválida de Bachillerato que sustituía a la prueba tradicional para entrar en la universidad de cara a garantizarse el gobierno de España.

La Selectividad consta de dos fases. En la general se incluyen cinco exámenes: Castellano, Valenciano, Lengua Extranjera, Historia de España y el de la asignatura obligatoria que varía en función del Bachillerato cursado: Fundamentos del Arte (Artes), Matemáticas (Ciencias), Matemáticas Aplicadas (Sociales) o Latín (Humanidades). En años anteriores, además de las cuatro primeras, se podía elegir entre las 21 materias optativas de modalidad de 2º, se hubieran cursado o no. Incluso se podía cambiar el inglés por la segunda lengua extranjera si se consideraba que ayudaba a conseguir mejor nota. Con el modelo actual ya no es posible. El resultado de esta parte se combina con el expediente de Bachillerato (60% del total) y se obtiene una calificación sobre 10.

La otra fase es la voluntaria, para elevar la calificación hasta 14 y acceder a las carreras que previsiblemente tengan el corte más alto. El aspirante puede elegir entre las materias troncales optativas -hasta cuatro exámenes- y le computarán las dos notas más altas. En función de la carrera seleccionada, unas materias dan más puntos que otras al tener un factor de ponderación más elevado. Se da la circunstancia que las obligatorias de modalidad (Matemáticas, Arte, Aplicadas y Latín) también contarán en esta fase para determinados títulos.

Es decir, servirán para la media de la fase general y también para subir nota, por lo que serán claves. Por ejemplo, si un alumno saca un 9 en Latín y un 7 y un 8 en las dos opcionales de la fase voluntaria, el sistema le cogerá automáticamente la primera y la tercera para calcular las ponderaciones más favorables.