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Lunes, 28 de abril. 12.32 horas. Avanza la mañana según lo previsto. Paco ha llegado a primera hora para enhebrar la sección Comarcas para ... la reconstrucción, Javier anda por la Marina en busca de un megacrucero que acaba de fondear, Juan se marcha con Irene para retratar un accidente por Buñol. Jesús, el director del periódico, llama para repasar las previsiones del día conforme al guión programado, el mismo de tantos días festivos: atención a las coberturas previstas (manifestación vespertina, los actos en honor de San Vicente, los preparativos de la cumbre del PPE) y organización de las noticias propias que se habían confeccionado con antelación. Es una mañana plácida, una de tantas. Hacia esa hora, poco después del mediodía, la novedad se llama El Último de la Fila: el dúo musical acaba de anunciar su regreso e incluye Valencia en su gira de reencuentro. Ya no recuerdo si se llegó a publicar.
Porque, de repente, el sismógrafo de la redacción anota un leve movimiento, apenas un parpadeo minúsculo en el relato de la actualidad. Se apaga la luz, vuelve, cantamos el 'Cumpleaños, feliz', brota algún aplauso... Nuestro canario en la mina es el redactor Jorge Zarco, editor de la web. Acaba de observar que en los noticiarios de las televisiones que coronan la sede de LAS PROVINCIAS se detiene el latido informativo: cada cadena empieza a trasladar la novedad del apagón que atraviesa España. Es el mismo que se siente en Valencia, el mismo que nutre los mensajes que empiezan a llegar por el móvil. Son las 12.33 horas. En cinco segundos, según nos contarán horas más tarde, nuestra vida se funde a cero, de acuerdo con la terminología que dentro de un rato habremos hecho nuestra. Otros cinco segundos después de estupor y desconcierto (bueno, tal vez algún segundo más), la maquinaria del periódico se pone a funcionar. Luego de más de 80 piezas en la edición digital, con una estupenda acogida entre los usuarios, nuestro diario se cita de nuevo con la Historia.
Con la Historia en mayúsculas y con la historia que se escribe en letra pequeña, igual de importante. Es la historia de quienes afrontaban una jornada de guardia según la rutina propia de su oficio. Un plan que saltó por los aires sin que a la hora en que se escriben estas líneas sepamos aún exactamente qué pasó. Lo cual da un poco lo mismo para las líneas que siguen: cada cual cumplió con su deber e incluso fue un poco más lejos. Prurito profesional se llama la figura. Desde quienes ese día de libranza se acercaron al periódico para ponerse bajo la batuta del director, que estaba al mando desde temprana hora, hasta quienes desde allí donde les había sorprendido el apagón se ponían manos a la obra para ayudar a los redactores del turno. Laura recorrió cada rincón de la actividad cultural para participar de toda novedad, como hizo José con el ámbito sanitario y David en el ecosistema político. El área de deportes abandonó la ocupación habitual, convertidos sus miembros en reporteros sobrevenidos de la información local que participaban de sus hallazgos a Moisés, al frente de un directo en la web que se prolongó más de doce horas. Vinieron Alex, Andoni, Txema, Pablo, Juan Carlos, Antonio y alguno que tal vez no recuerdo (pido perdón). Y nos avisaron Héctor, Ximo, Carmen, Concha y tantos otros compañeros cuyos servicios se reclutaron para la ocasión. Patricia y Bruno, dirigidos a distancia por Beatriz, daban sentido y gusto por la buena puesta en página al trabajo del resto de la redacción, mientras Paloma y Diego (con Mikel en el pinganillo) barrían el espectro digital a golpe de titulares, cambios de portada, movimiento en las redes sociales... Vino Josele con su arsenal de estupendas fotos (una de las cuales mereció los honores de portada) y Vicent se ocupó de entregar en tiempo y forma, con los contratiempos lógicos del apremio contrarreloj, hasta la última página.
Un millón de sudores después, cuando Augusto puso paz en el orden tecnológico y por fin se pudieron conectar Isabel, Manolo y el el resto de miembros de esta casa víctimas de la desconexión, respiramos. Otro milagro de LAS PROVINCIAS. El milagro del 28 de abril de 2025, día de San Vicente. Por la mañana, Paco había recordado que se trataba de un santo muy milagroso: al filo de la medianoche, hubo que darle la razón. Hubo milagro: el milagro de la épica del periodismo.
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