I. DOMINGO/AGENCIAS
Jueves, 10 de octubre 2019, 00:00
Las obras de ampliación de la V-21 entre Alboraya y Valencia -el único tramo que queda pendiente de tercer carril- se colaron ayer en el acto institucional del 9 d'Octubre en el Palau de la Generalitat. ¿El motivo? La presencia del ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, a quienes esperaban en las inmediaciones de la plaza de Manises un grupo de activistas del Forn de Barraca (derribado hace dos semanas), que fueron apartados por la policía.
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La visita del ministro se produce, además, un día después del rechazo a la propuesta presentada en Les Corts por Compromís y Unides Podem para pedir la paralización de la actuación al Gobierno central. Iniciativa que no salió adelante al tener en contra los votos del PP, Ciudadanos, Vox y PSPV. De ahí que ayer el socialista José Luis Ábalos instara a los socios de gobierno del Botánico (Compromís y Podemos) a que «se olviden de esa película».
También recordó que la formación econacionalista, en concreto el diputado Joan Baldoví, presentó en 2017 una enmienda en el Congreso a favor de la ampliación. Y reiteró que este acceso a Valencia «ha tenido bastante siniestralidad», por lo que el Ejecutivo «no ha tenido más intererés de garantizar la seguridad».
En concreto, 230 accidentes en los últimos ocho años, como apuntaba el diputado socialista David Calvo el miércoles. De ahí el interés de Fomento en mejorar la seguridad vial, un aspecto que ya estaba contemplado en los informes que la Demarcación de Carreteras realizó en 2017 con el popular Íñigo de la Serna al frente del ministerio.
Peticiones atendidas
A esa etapa se refirió también el actual titular de Fomento para resaltar que «Madrid no impone nada» y que el Ejecutivo únicamente se ha limitado a «secundar» la petición de la Generalitat. Así, el proyecto de ampliación estaba en el ministerio cuando llegó a esta cartera y lo tramitó pese a que «podía haberlo retrasado o retirado» pero, al estar respaldado por el Consell, lo sacó adelante. «Me extraña que algo que era apoyado por el gobierno valenciano se convierta en un problema», añadió José Luis Ábalos.
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Asimismo, destacó que tuvieron en cuenta «algunas consideraciones» planteadas al proyecto por parte de Compromís y Podemos, como rebajar las expropiaciones de huerta a 60.000 metros cuadrados (lo que hizo que se retrasara el comienzo de los trabajos en una parte del trazado) o introducir mejoras como la pasarela de Port Saplaya.
La V-21 no fue el único tema de infraestructuras que abordó el ministro valenciano, ya que también reiteró que la variante de Vandellós entrará en funcionamiento antes de que finalice este año. Como ya hiciera el mes pasado en Barcelona, Ábalos explicó que esta variante ferroviaria acabará con un cuello de botella y servirá para reducir el trayecto entre Valencia y Barcelona en media hora (25 minutos exactos, según dijo ayer el ministro).
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Detalló que las pruebas de seguridad en la variante concluyeron el lunes con un recorrido de 15.000 kilómetros para certificar la seguridad de la vía, por lo que ahora comienza la fase de formación de los maquinistas, lo que quiere decir, según Ábalos, que antes de que acabe 2019 estará en servicio (lo que es la séptima fecha que se pone en el calendario).
Desde la oficina del comisionado del Gobierno para el corredor que encabeza Josep Vicent Boira, se ha reclamado con insistencia que así sea aunque será la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria quien dará el visto bueno final a los 64 kilómetros de la variante.
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