Secciones
Servicios
Destacamos
Los acampados a favor de Palestina en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universitat de València tomaron este jueves el edificio, bloqueando la puerta principal con mesas, sillas, soportes de cartelería de hall y colchones e impidiendo el inicio de ... la actividad académica. Las clases previstas quedaron suspendidas, una medida que se mantendrá este viernes, pues los asaltantes se han hecho con el control total del inmueble. Ellos deciden quién entra y quién sale.
La ocupación empezó con unas 25 personas, pero a lo largo de las horas pudieron acceder muchas más. Sobre todo durante la celebración de una asamblea prevista al mediodía y después de que decenas de simpatizantes inicialmente concentrados en Blasco Ibáñez, junto a la entrada al recinto, que estaba cerrado, saltaran la valla para protagonizar una sentada en la puerta principal. La Universitat, para evitar que hubiera daños al sortear el cerramiento (de un metro de altura) en nuevas oleadas, optó por abrir las puertas.
Permitir el acceso tuvo una derivada secundaria: los jóvenes de dentro ganaron apoyos junto al hall y pudieron ampliar el número de ocupantes tras la sentada y la concentración espontánea posterior en el Rectorado, a la que siguió, una vez de vuelta, la asamblea en el interior de la facultad.
Abrir las puertas fue la segunda muestra de permisividad de la jornada. La primera se dio unas horas antes, cuando responsables de la institución invitaron a retirarse a los policías nacionales que desde primera hora permanecían en la puerta del recinto, sin llegar a entrar. Se desconoce el motivo, pero quizá para evitar que un hipotético asalto -que estaba cantado y se acabó produciendo- se topara con los agentes. Pasadas las diez aún se veía un coche patrulla estacionado en la calle lateral, Rodríguez Fornos, que desapareció poco después. Desde ese momento el dispositivo de seguridad, durante toda la jornada, quedó en manos de la vigilancia privada del campus.
Tras el salto de la valla, los ocupantes y los simpatizantes exigieron que se acercaran los miembros del equipo de dirección presentes en la zona desde primera hora. Querían que firmaran, sin negociación ni debate previo -el diálogo fue prácticamente imposible-, un documento que recogía sus reivindicaciones. Se trataba de modelo de acuerdo entre partes que instaba a la UV a «declarar» su rechazo «a las políticas genocidas del estado de Israel» y a pedir «el cese de la ofensiva militar hacia Gaza y la liberación de los presos y rehenes». Algo que en realidad ya había hecho la institución, con términos más institucionales, en el último posicionamiento adoptado por el claustro, principal órgano de participación.
Además se exigía, entre otros aspectos, el compromiso «claro y firme por escrito» de no rubricar ningún acuerdo o convenio con instituciones israelíes (la Universitat ha reiterado que no los tiene) y anular los vínculos y contratos con empresas o instituciones «cómplices de los crímenes de lesa humanidad israelíes». Se citaban entre otras multinacionales tecnológicas, financieras y aseguradoras cuya aportación a la universidad española, y por ende la valenciana, es cuanto menos destacable. También en el ámbito social.
Los representantes del equipo rectoral insistieron en que sólo los órganos colegiados pueden refrendar este tipo de acuerdos, idea que ya se les trasladó en una reunión previa -el miércoles, en el Rectorado- y que se reiteró en el último comunicado emitido por la Universitat, poco antes de las dos de la tarde. La nota de prensa señalaba también que el documento «será estudiado por el equipo de gobierno», atendiendo tanto a la cautela citada como a que algunas decisiones planteadas «están condicionadas por el marco normativo del sector público». Que no se puede romper un contrato de servicios de manera unilateral y sin causa regulada y no asumir las consecuencias judiciales y económicas, sencillamente. También decía que el Rectorado «continúa abierto a mantener una relación de diálogo constructivo con los acampados a través de las personas que designen».
La institución también informaba de que el miércoles abrió una investigación interna después de que horas antes varios acampados fueran identificados por agentes de la Policía Nacional en una zona universitaria cuando se dirigían al Rectorado. Con la intención de desplegar una pancarta según los primeros o con vistas a ocuparlo, según la postura oficial de la UV.
La universidad quiere «esclarecer los hechos», lo que básicamente pasa por saber si alguien desde la institución pidió ayuda o informó de la situación a las Fuerzas de Seguridad, pues «el Rectorado ni ha solicitado ni ha tenido en ningún momento la intención de solicitar la intervención policial para desalojar sus espacios», en referencia a que se permitió la acampada en los días previos, «incluso la pernoctación». Sin olvidar que se les dotó de extintores, váteres químicos y personal para garantizar «la seguridad de las personas y las instalaciones».
Las identificaciones se produjeron en la plaza Charles Darwin, entre el Rectorado y la Facultad de Medicina, que es terreno universitario aunque de acceso libre durante el horario de apertura al público. Y la actuación fue muy criticada por parte de los acampados y en redes sociales. Por aquello de que la policía no entra en los campus por regla general. En cualquier caso, sorprende que se quiera saber qué pasó a nivel interno cuando la Universitat, en su propio comunicado, habla de que «intentaron ocupar» el Rectorado, con el consiguiente riesgo de altercados o incluso daños personales.
Noticia relacionada
La investigación también incluye al personal de seguridad privada, «cuya actuación ha sido fuertemente criticada por las personas acampadas». No se explicita, pero tanto ayer como en la semana previa denunciaron que les hacían fotografías durante las asambleas, las comidas o durmiendo, llegando a tildar estos hechos de «acoso».
Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, las imágenes, que no han tenido ninguna difusión pública ni permiten la identificación personal, se tomaron por cuestiones de control de aforo en el interior de la facultad o para acompañar partes por si se necesitaban refuerzos de limpieza o algún tipo de mantenimiento, por ejemplo si se producía algún desperfecto. Y también para contabilizar el número de tiendas situadas en el jardín.
Mientras que el equipo rectoral anunciaba pesquisas, fuentes de la Universitat explicaban a LAS PROVINCIAS que ni se va a denunciar la ocupación del edificio ante la Policía ni, por extensión, se solicitará su desalojo forzoso, en la línea con lo expuesto en el último comunicado. Como si la gestión de la crisis pasara por lanzar guiños a los ocupantes con la esperanza de conseguir una pronta solución.
Alrededor de dos mil alumnos y 220 profesores se forman o enseñan en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, escenario desde el pasado 29 de abril de una acampada que, pese a ubicarse en el jardín, también ha podido hacer uso del inmueble para realizar asambleas y, sobre todo, dormir. Esto facilitó su toma, alrededor de las cinco de la madrugada del jueves, después de echar a los vigilantes de seguridad que se encontraban en las instalaciones. El cierre a cualquier actividad ajena afecta a grados y postgrados asociados a Filosofía, Pedagogía y Trabajo Social.
Hasta poco antes de las 11 horas del jueves, las instalaciones, incluyendo las zonas comunes y el ajardinamiento, permanecieron completamente cerradas mientras decenas de jóvenes se iban concentrando frente al acceso principal para mostrar su apoyo a los asaltantes. Los de dentro, megáfono en mano y asomados desde una ventana, coreaban consignas que eran replicadas por los de fuera. Varios responsables del equipo rectoral trataban de hablar con los ocupantes, algunos completamente embozados y otros equipados con una mascarilla. Sin éxito. Básicamente recibieron gritos.
Minutos antes de las once los concentrados sortearon la valla que separa el jardín de la acera trasladándose rápidamente hasta la puerta de acceso al hall, realizando la sentada. En ese momento no llegaron a pasar dentro debido a la barricada instalada de madrugada, aunque se les invitaba a ello. A continuación se exigió la presencia de los representantes del equipo rectoral para «acordar», que no negociar, sus reivindicaciones.
Noticia relacionada
Pasadas las doce buena parte de los asaltantes y de los participantes en la sentada salieron corriendo para dirigirse al edificio del Rectorado, que tenía los accesos restringidos desde hace algunos días, a raíz del intento de asalto del pasado martes. Se lo encontraron completamente cerrado (los vigilantes fueron más rápidos), por lo que se concentraron en la puerta para lanzar consignas mientras unos pocos ocupantes se quedaban guardando la Facultad de Filosofía. A la una menos cuarto ya estaban todos de vuelta.
Tras anunciar la organización de una asamblea y permitir el acceso de más personas externas, se informó de la intención de continuar la ocupación. Por la tarde la situación era más tranquila, con jóvenes esparcidos por el jardín y los asaltantes dentro. Habían reforzado la barricada, que se tuvo que desmantelar en parte para la salida al Rectorado, y bloqueado las salidas de emergencia.
⚠️‼️ COMUNICAT:
— Acampada Palestina UV (@acampadauv) May 16, 2024
Hem okupat la Facultat de Filosofia. L’estudiantat fem un pas endavant i no ens anem fins que les nostres exigències siguen escoltades i acceptades.
Per Palestina, tot! Visca Palestina lliure! 🇵🇸✊🏻 pic.twitter.com/BBl3UxwzhZ
A primera hora del jueves los estudiantes colgaron un vídeo en la red social X en el que la portavoz del los acampados, una joven encapuchada, justificaba el encierro por «la sistemática posición de ignorancia, silencio, incomunicación e inacción» de la Universitat. El centro respondía sin embargo en su primer comunicado que el martes hubo un encuentro entre estudiantes y miembros del equipo rectoral en el que se emplazaron a mantener otro la semana que viene. Fuentes del Rectorado defendieron además que la interlocución se ha mantenido desde los primeros días a través de un docente que ya no está con los acampados.
Noticia relacionada
Los estudiantes también acusan a la Universitat, en el vídeo, de «colaborar con un estado sionista y de apartheid», en referencia a Israel y la guerra en Palestina. En su comunicado inicial la institución recordaba de nuevo que no tiene «acuerdos de colaboración con universidades de Israel, ni tampoco con el Gobierno», y que el claustro de la Universitat se posicionó claramente el pasado 22 de febrero pidiendo el alto el fuego en Gaza, el fin de la vulneración de los derechos humanos y la solución permanente al conflicto Israel-Palestina».
Durante las primeras horas de la ocupación, desde dentro los atrincherados iniciaban cánticos contra Israel y los de fuera se unían a ellos. Banderas de Palestina y pancartas con mensajes inundaban la entrada. Además, alumnos de las facultades cercanas se acercaban para ver el ambiente, algunos llegando a unirse a la concentración externa.
También hubo estudiantes de la facultad que se aproximaron para informarse de qué pasaría en las horas siguientes. «Teníamos una clase importante y hemos venido a ver si hay alguna posibilidad de que se vayan a retomar», confesaban tres alumnas de la facultad. Los exámenes están a la vuelta de la esquina y muchos están concentrados en sacar buenos resultados. Las tres jóvenes, tras ver que cada vez había más gente, asumieron que no habría cambios y se marcharon a estudiar.
En actualización
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.