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Acto institucional del 9 d'Octubre en el Palau de la Generalitat. TXEMA RODRÍGUEZ

Puig recupera la exigencia de una nueva financiación a las puertas de las elecciones

El presidente reivindica la necesidad de diálogo y pactos para el autogobierno y la condonación de la deuda histórica

a. rallo

Domingo, 9 de octubre 2022, 09:26

Día grande de la Comunitat. 9 d'Octubre, fiesta de todos los valencianos. La jornada cobra vigor desde primera hora de la mañana. Uno de los actos capitales es la recepción de todos los invitados y cargos institucionales en el Palau de la Generalitat. La convocatoria obliga a madrugar en una jornada festiva. Los premiados a las 8.30. Las autoridades a las 9. El acto arranca a las 9.30. Y allí, el discurso del presidente Ximo Puig es siempre uno de los parlamentos del año, de los más esperados. El día y el lugar lo merecen.

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El de este domingo ha generado todavía más expectación por el intenso clima electoral que se vive en la Comunitat, apenas ochos meses para las elecciones autonómicas y locales. La igualdad entre los bloques, una inflación disparada, las consecuencias de la guerra en Ucrania y la pugna que ahora mantiene el PSPV con el PSOE a cuentas de la bajada de impuestos marcan, sin duda, el pronunciamiento del líder socialista.

Ximo Puig, en líneas generales, reclamó con intensidad un nuevo modelo de financiación que no ahogue la Comunitat y permita un autogobierno saludable, una armonización fiscal y planes conjuntos de sostenibilidad y autonomía energética.

El presidente Puig se colocó en el atril a las 10.50 horas de la mañana para clausurar el acto, de cerca de una hora y media de duración. «Venimos de un silencio de nuestra lengua y cultura que se terminó con el autogobierno».

Ese es el gran activo de la Comunitat, según el dirigente. «Los valencianos tomaron partido con el Estatuto de 1982. Ahora lo volvemos a hacer con el dolor de una guerra. No hay equidistancia en este punto. No somos indiferentes a la inflación. Vivir es tomar partido», insistió a lo largo de su discurso en el que ha aludido constantemente a la esperanza frente a las dificultades.

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«No podemos recluirnos en la nostalgia de un tiempo idílico que nunca existió», recordó el presidente de los valencianos respecto a las amenazas que llegan desde Europa. En clave valenciana y nacional, subrayó que pactar no es traicionar. «Es avanzar. Pero acordar exige el diálogo social que mantenemos con los empresarios y trabajadores, pero también con la Diputación y los municipios», puso como ejemplo.

El dirigente abordó, de nuevo, la necesidad de un nuevo sistema de financiación, debate que en las últimas fechas había perdido cierta intensidad, en la reivindicación, ante los retrasos del Gobierno central.

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La sensación es que se ha perdido una legislatura completa en esta demanda pese a que en Madrid y Valencia gobierna el mismo partido. «¿Es razonable que no se reforme la financiación?», se preguntó. «Son imprescindibles pactos autonómicos de segunda generación, un reset autonómico», innovó en el concepto como medida de urgencia.

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El dirigente gubernamental reclamó una España «justa y polifónica» en su tradicional apuesta por el federalismo, «que no ahogue el potencial valenciano» y con una financiación «justa». De igual modo, exigió la condonación de la deuda ligada a la infrafinanciación que sufre la región desde hace una década.

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Además, apeló a una «cogobernanza eficiente». Un apunte que coincide en un momento de especial sensibilidad del Consell tras la airada respuesta de La Moncloa a su bajada de impuestos, medida a la que posteriormente se han sumado otras autonomías socialistas. El jefe del Ejecutivo no dejó pasar por alto la oportunidad de recordar el 40 aniversario del autogobierno. En este sentido, destacó su contribución a generar «un marco de libertades, derechos y convivencia». Este contexto ha permitido «cinco millones de formas de ser valenciano, sin renuncias, sin exclusiones y apreciando la diversidad».

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Ximo Puig calificó el autogobierno de «palanca de progreso y garantía de derechos» lo que ha constituido la base del Estado de bienestar. Además, destacó que este marco ha contribuido a una «enorme transformación de la Comunitat», un salto cualitativo que se ha concretado en cinco veces más titulados universitarios, el doble de mujeres incorporadas al mercado laboral, asegura el derecho a la dependencia, y dispone de 26 hospitales y 2.000 centros educativos. El acto, celebrado en su integridad en el Salón de Cortes, terminó con uno de los episodios más emotivos, el himno de la Comunitat. Fue el broche para una jornada histórica donde el tiempo respetó el espectáculo..

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Francisco Pérez Puche, galardonado

El periodista Francisco Pérez Puche (Valencia, 1945) y exdirector del periódico LAS PROVINCIAS ha resultado uno de los galardonados por su trabajo como informador en las primeras etapas del autogobierno, una época complicada en lo político pero también en el ecosistema comunicativo.

Puche fue director del diario decano de la Comunitat entre 1999 y 2002. Completó de esa forma una trayectoria que había comenzado mucho antes, en 1967. Hoy, más de medio siglo después de sus inicios, todavía colabora con esta cabecera con sus habituales artículos de los sábados: 'La Valencia que yo he vivido'.

Su amplio conocimiento de la ciudad le llevó a ser nombrado cronista oficial de Valencia. Su currículum es digno de envidia. Especializado en recreación histórica, ha publicado más de 20 libros sobre la ciudad y su historia: los alcaldes, las Fallas, la riada de 1957, la Copa América o el patrimonio histórico.

No fue el único periodista condecorado en la jornada festiva. Jesús Prado, el que fuera director de Levante-EMV, Pirula Arderius, José Maria Arquimbau y Vicente Hipólito completaron el reconocimiento al grupo de los informadores.

El escritor Manuel Vicent ejerció de voz de todos los galardonados por la Generalitat con una breve intervención. «No me interesa ser reconocido en Japón. Espero ser estimado en mi tierra, sin ir más lejos», proclamó como tarjeta de presentación de sentirse querido. «Hay gente que pone su esfuerzo al servicio del talento por hacer una vida más agradable». Y esto pese a unos tiempos caracterizados por «la postración moral y el pesimismo congénito». El prestigioso articulista reivindicó el espíritu «optimista y alegre de la vida».

Aitana Mas, como vicepresidenta del Consell, fue la encargada de dar la bienvenida a todos los asistentes. Suya era la presentación de todos ellos y un breve repaso por sus méritos. Era la primera vez que intervenía en el acto después de que relevara a Mónica Oltra al frente de la Conselleria de Igualdad y la portavocía. Mas apostó por una celebración que recoge la «contradicción y complejidad del territorio valenciano y que permite que sea una fiesta de encuentro e inclusión». Aprovechó para reivindicar el «no a la guerra». «Nuestra fraternidad siempre con los que sufren». «Feliz es el pueblo que se reconoce en la fiesta» subrayó antes de llamar a los galardonados para que accedieran a recoger sus condecoraciones.

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