Secciones
Servicios
Destacamos
B. González
Requena
Lunes, 3 de octubre 2022
Rafael y María Dolores perdieron a su hija hace cinco meses, dos días antes de cumplir los 17 años de edad. Se suicidó tras dos años luchando contra la anorexia. Ellos creen que se podría haber evitado si hubiera tenido la atención que merecía, especialmente en los últimos meses cuando empezó a evidenciar conductas suicidas.
Es por ello que se han querellado contra la psicóloga y la psiquiatra de la Unidad de Salud Mental del Hospital de Requena. Acusan a ambas de un homicidio imprudente por la «nula intervención profesional en el tratamiento de Isabel» y «la absoluta negligencia e imprudencia» cuando tuvieron conocimiento de las intenciones suicidas de la menor.
La querella la pusieron el 19 de julio, cuando tuvieron acceso a los informes médicos de su hija y no lo han hecho público hasta ahora, a la espera de que desde la Administración, el Hospital y la Conselleria de Sanidad, se les contestara a la denuncia interpuesta o a que al menos se abriera una investigación. También pusieron una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de la que no saben nada.
Noticia Relacionada
«Es escandaloso que estas dos personas continúen en sus puestos de trabajo, cuando en un mes, en la Unidad de Salud Mental de Requena se han producido dos suicidios, el de mi hija y el de otra paciente. Parece que son intocables», lamenta el padre Rafael Martínez.
En la querella se aportan los informes firmados por las propias especialistas que, según los querellantes, demuestran que «las señales de alarma verbales y no verbales eran tan claras y constantes que era elemental adoptar acciones de prevención y cuidado», como se establece en el Plan de Prevención del Suicidio de la propia Conselleria.
De hecho, la misma Isabel llegó a confesar a la psiquiatra tres días antes de suicidarse cómo había pensado en quitarse la vida, tirándose del balcón de su casa, desde un segundo piso, como finalmente hizo.
Según reza en la querella, el 25 de mayo de 2022, en la entrevista que la paciente tiene con la psiquiatra, le manifiesta que «está peor de ánimos desde hace dos semanas, con muchos pensamientos de muerte y deseos de desaparecer, señalándole verbalmente un plan suicida concreto».
Así, le dice que ha pensado en la ingesta de medicación, cosa que llegó a realizar, pero que no había conseguido su propósito y que había sido una experiencia desagradable. Ingirió 11 pastillas antidepresivas. También que había pensado en tirarse desde el balcón, pero como vive en un segundo «sabe que puede hacerse mucho daño y puedo no perecer en el intento». Además, le comenta que se había realizado cortes en el antebrazo, que se había informado de «cómo hacerlo correctamente para morir, pero de momento no se ha atrevido».
La madre le expresa el grave riesgo, puesto que no puede estar supervisándola las 24 horas del día y muestra su temor «ante la impulsividad de la menor y los deseos verbalizados y repetidos en torno a la muerte», sin que tome ninguna medida.
En cuanto a la otra especialista, la psicóloga, también se le comunicó que Isabel había comenzado a autolesionarse con cortes en los brazos, pero ésta «se mostró indiferente, no aplicando los protocolos ante esta señal de riesgo».
Asimismo, tras recibir el alta de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (UCTA) del Hospital La Fe de Valencia, donde Isabel permaneció 11 días, se le derivó a la Unidad de Salud Mental del Hospital de Requena para su seguimiento, la psicóloga argumento «que no se le podía exigir a ella tratamiento puesto que Isabel ya llevaba tratamiento de seguimiento en La Fe ».
Es más, esta especialista manifestó a los padres que «las recomendaciones, formación e información que les proporcionó la UTCA eran de su completo desconocimiento» y llegó a atribuir la enfermedad de Isabel «al mal ambiente en el entorno familiar», entre otros motivos y que «Isabel sólo quería llamar la atención».
Los padres cuentan con el apoyo del Síndic de Greuges y del Defensor del Paciente y, además de la vía judicial, han iniciado una campaña para reclamar más medios. A través de la plataforma 'change.org', están recogiendo firmas, llevan más de 71.000, para exigir a la Generalitat que ponga en marcha una unidad específica para pacientes con anorexia. «Ya no me van a devolver a mi hija, pero es la única forma de evitar que vuelva a suceder», asegura el padre.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.