Adela Cortina: «La pobreza y la atención sanitaria son los grandes retos sociales»

La catedrática de Ética de la Universitat de València, Adela Cortina, abrió ayer la jornada 'Somos Futuro. Retos Sociales' organizada por LAS PROVINCIAS en el marco de la iniciativa puesta en marcha durante todo 2022 que este miércoles se clausuró aunque tendrá continuidad en el despliegue editorial que prepara nuestro periódico: un suplemento que recogerá las distintas actividades desarrolladas durante el año que incluye un manifiesto donde de anotan los compromisos colectivos para la transformación social de la Comunitat.

El foro de este miércoles tenía el objetivo de analizar y profundizar sobre las principales emergencias sociales a las que nos enfrentamos. De esta forma, el Palacio de Congresos de Valencia acogió este miércoles un panel de expertos para abordar esta problemática. Durante su intervención, Cortina, también presidenta de la Fundación Etnor, advirtió sobre algunos de los desafíos sociales a los que se enfrenta la sociedad valenciana y aludió en primer lugar a la necesidad de combatir la pobreza y el hambre. Cortina recordó que «hay gente que muere de pobreza y hambre y en exclusión» y mencionó también otro reto de naturaleza semejante: la necesidad de mejorar la atención sanitaria, «que está en deterioro, como se ha visto durante la pandemia.

El tercero de los desafíos que enumeró, no citados en orden de importancia, es de la emigración forzosa. «Muchos jóvenes con mucha preparación se marchan de la Comunitat», añadió, «porque aquí no encuentra empleo». Una reflexión que enlazó con su inquietud por la eliminación de puestos de trabajo y que precedió a que manifestara otra preocupación: los conflictos bélicos. «Ahora estamos viviendo el drama de Ucrania que tiene repercusiones en España», afirmó y subrayó que como consecuencia de esta crisis el país se está empobreciendo por culpa de una inflación disparada.

También se refirió Cortina al problema del agua. «Donde falta la gente emigra para sobrevivir», explicó, antes de argumentar que quienes emigran son gente sin recursos, que cuando llegan a sus destinos viven en la pobreza y surge entonces el problema de la aporofobia. «Un gran deber es atender a los inmigrantes porque han salido de su tierra forzosamente», afirmó. Ante ello se refirió a la importancia de crear riqueza en los países de origen para evitar este fenómeno y evitar todo conflicto bélico. Ante esta situación, la catedrática invitó a fomentar la hospitalidad: «Hay que acoger a los que se encuentran en una situación precaria». En su intervención, llegada a este punto, se refirió también al reto de atender el 'sinhogarismo', a aquellas personas que no cuentan con un hogar ya que se hallan en una situación de máxima vulnerabilidad.

La despoblación es otro de los desafíos a los que la Comunitat se tiene también que enfrentar. Adela Cortina habló entonces de los pueblos abandonados, de lo que se conoce como la España vaciada. El problema, según expuso la filósofa, no se circunscribe únicamente a la falta de sucursales bancarias u otras deficiencias materiales. Hay dramas ocultos, alertó, como el de los mayores que se han quedado solos, una realidad que afloró en la pandemia. «Entonces vimos cuántos ancianos viven en soledad», apuntó la catedrática emérita de Ética, quien refirió el caso de uno de ellos que se descubrió que había muerto cuando su cuerpo fue encontrado por un 'okupa'.

Cortina también abogó por la necesidad de apoyar a los países en desarrollo o de las dificultades que para algunos, especialmente los ancianos, implica la brecha digital. La filósofa arguyó que podría continuar enumerando otros retos o desafíos y consideró que todos ellos tendrían que solucionarse con el trabajo conjunto. Cortina subrayó que en todas las sociedades existen tres sectores: el político, el económico y el de los ciudadanos y apuntó que estos desafíos tendrían que ser solucionados entre ellos.

En cuanto al nivel económico, la catedrática de Ética subrayó que tendría que ser aquello que contribuye a crear buenas sociedades. Son problemas complejos, advirtió, que tienen una difícil solución y que requieren la colaboración de todos. «Necesitamos el nosotros, a toda la gente que esté dispuesta a colaborar», explicó. Cortina abundó también en la idea de la importancia de la solidaridad y de huir del individualismo, interpelando expresamente al público presente en el acto, formado mayoritariamente por una franja muy joven de edad. «Os necesitamos», les insistió, arrancando una sonrisa de su auditorio.

Tras su intervención, comenzó la primera mesa de debate, moderada por Pablo Salazar, Adjunto al Director de LAS PROVINCIAS, que abordó el problema de la emergencia demográfica y climática. En este sentido, la alcaldesa de Bejís, María José Madrid, recordó que hay muchas promesas de la administración pero que las realidades todavía son pocas. «La administración tiene su ritmo», argumentó la primera edil del municipio asolado este verano por las llamas. «Con la pandemia algunos volvieron al pueblo, pero no se han quedado», señaló.

De despoblación sabe mucho también otro de los ponentes, Ignasi López, párroco en el Rincón de Ademuz, que atiende a 2.200 personas en siete pueblos por lo que pasa mucho tiempo en el coche. «Es muy evangélico. Ir de un lado a otro como Jesús», resaltó. «La España vaciada se tiene que ir llenando porque tiene mucha riqueza», agregó. Un punto de vista al que aportaron el suyo los cocineros Kiko y Elisabeth, que trabajaban en Benidorm y se vieron afectados por el tsunami de la pandemia. Entonces se desplazaron a vivir a Ayora, el pueblo de él, y montaron el restaurante Pinea. «Creo que hay futuro. Hay trabajo, pero también hay poca gente y no con la suficiente formación», argumentó Elisabeth. Ahora han cambiado el chip y han aprendido a cultivar o recoger algunos de los alimentos que introducen en el menú de su restaurante.

Tras ellos, llegó el turno de Raquel Corbí, auxiliar de Enfermería y cuidadora especializada en Salud Mental y Tercera Edad, que mantuvo una conversación con Txema Rodríguez, jefe de Edición Gráfica de LAS PROVINCIAS. Raquel recordó que empezó en este campo cuidando a su hijo, que sufrió «una enfermedad neurológica con sintomatología psiquiátrica», una situación «difícil y complicada». Tras su fallecimiento, «me dediqué a cuidar». Durante este tiempo ha tratado con pacientes con ictus, con ELA o invidentes, una experiencia de donde nace esta conclusión: «Cada usuario tiene sus necesidades y a cada uno intentas darle lo que su discapacidad o enfermedad requiere», apuntó, para urgir la involucración de las familias porque eso «les aporta y les llena mucho, es lo que más necesitan. Cada uno tenemos nuestro trabajo, pero son personas que nos necesitan. Sólo sentarte un rato a hablar, que los escuches, que los atiendas... No me canso de decirlo», describió.

La jornada, que contó con la participación de responsables de Reale Seguros y Caixa Popular y estuvo presentada por la periodista María José Carchano, fue avanzando con otras experiencias sobre los desafíos que afronta la sociedad valenciana en el ámbito social: por ejemplo, la atención a menores hospitalizados en la Comunitat, a quienes arrancan una sonrisa curativa los profesionales de Payasospital, que protagonizaron una divertida función al estilo de las que programan en los centros sanitarios de la Comunitat. Germán Carrizo, cocinero de Lo Fierro y Doña Petrona, clausuró la sesión ofreciendo su ejemplo de ayuda solidaria a desfavorecidos durante la pandemia, cuando dio de comer a más de 2.000 personas con pocos recursos cada día.