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J. SANCHIS
VALENCIA.
Sábado, 9 de noviembre 2019, 00:24
En la calle se abandonan vehículos. No es extraño pasear y encontrar un coche sucio, a veces con las ruedas pinchadas o con más desperfectos. En ocasiones lucen una pegatina puesta por la policía en la que se anuncia que se va a proceder a su retirada.
En los aeropuertos sucede algo similar. Por distintas razones se dejan aviones años y años sin que nadie se haga cargo de ellos. En el de Valencia se acumulan 24 aeronaves que nadie ha tocado en mucho tiempo. Ante ello, la dirección de Manises ha iniciado el procedimiento para declararlas abandonadas y, en último término, poder retirarlas de las instalaciones de forma definitiva.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba ayer un anuncio del Aeropuerto de Valencia por el que se iniciaba el proceso para declarar abandonadas un conjunto de aeronaves que permanecen estacionadas en sus instalaciones.
Desde la dirección del aeropuerto se han identificado 24 aviones de diferente tipología que «se encuentran en evidente estado de abandono» y que permanecen estacionadas en las instalaciones aeroportuarias de Valencia.
Fuentes del aeropuerto resaltan que toda las aeronaves, excepto el Boeing 747, son ligeras y llevan en las instalaciones un tiempo sin que sus propietarios se hayan hecho cargo de ellas. Con consecuencia, se ha abierto este proceso que culminará con la declaración de abandono como paso previo para que se pueda proceder a su subasta.
Pero para ello hay que abrir un complicado y largo proceso legal que comporta, entre otras actuaciones, la publicación de tres anuncios en tres meses consecutivos en el boletín del Estado con el objetivo de que los propietarios de las aeronaves procedan a reclamarlas y se hagan cargo de ellas.
En caso de que no se produzca ninguna reclamación por parte del propietario tendrá que transcurrir un año desde la fecha de la tercera publicación del anuncio para que se pueda estimar la presunción legal de abandono de las aeronaves.
A partir de ahí, según se indica en el anuncio publicado ayer, se procederá a la venta en pública subasta de las avionetas. El importe que se consiga al final del proceso se destinará a las arcas del Estado una vez deducidos los gastos y el premio, en su caso.
La mayor parte de las aeronaves que se han incluido en el proceso incoado son aviones ligeros. Pero entre ellos se encuentra un Boeing 747, el KC-ERP, que lleva estacionado en el aeropuerto de Valencia prácticamente una década. Esta aeronave tiene su propia historia.
En la época del boom inmobilarios de principios de siglo XXI, algunos empresarios buscaron en las compañías aéreas un terreno propicio para la diversificación de sus inversiones. La posterior crisis financiera y el estallido de la burbuja tiraron por tierra algunos de estos proyectos.
Fue el caso del empresario que adquirió este Boeing 747 que en su momento fue bautizado como 'Arca de Torretallada'. Su intención fue la de crear una compañía de carga aérea que al final también se fue a pique por la crisis general y del sector que se produjo en la primera década del siglo XXI.
La aeronave fue adquirida por Pronair Airlines, una compañía formada por el empresario murciano Isidoro Romero López, vinculado al mundo de la construcción y también propietario en su momento del club de Yecla, su ciudad natal.
La firma, que inició su andadura en 2007 y tuvo su base en el aeropuerto de Valencia, compró dos Boeing a Air France, pero con la crisis económica acabó quebrando. El avión tuvo un periplo accidentado, ya que llegó a estar un tiempo parado en Pakistán por la avería de uno de sus motores que finalmente no fue totalmente reparado.
El embargo de la aeronave ha convertido al aeropuerto de Valencia en su último destino hasta la fecha. Incluso en 2013 un juzgado de Santa Cruz de Tenerife subastó el avión por 2,1 millones de euros a causa de las deudas que acumulaba el propietario de la empresa. Pero nada le ha hecho abandonar Manises.
Con la decisión del aeropuerto de Valencia de instar el proceso de declaración de abandono, el veterano aparato puede haber iniciado su último periplo.
El resto de aviones que han entrado en el proceso abierto por el aeropuerto son de mucho menor tamaños. En su mayor parte son avionetas. Entre ellas destacan varias Cessna de diferentes modelos, algunas Piper y el resto corresponden a otras marcas de este segmento.
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