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Marzo fue un mes extremadamente seco. La precipitación acumulada fue de 2,3 litros por metro cuadrado, una cifra que es un 95% inferior a la del promedio climático del periodo 1991-2020 (48,7 litros por metro cuadrado), según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Es sólo una cifra que sirve para ilustrar la situación por la que atraviesa la Comunitat Valenciana.
Este dato llega después de que el invierno haya sido también un trimestre seco de forma que el panorama empieza a ser preocupante. Sólo las intensas lluvias de la primavera de 2002 están permitiendo que la Comunitat esté afrontando mejor que el resto de España la escasez hídrica.
Mientras que la sequía empieza a ser apremiante en otras zonas del Estado como Extremadura, Cataluña (donde ya ha habido restricciones) o Andalucía, en las tres provincias valencianas se puede vivir de las reservas en los embalses acumuladas el año pasado. El suministro para los próximos meses está garantizado.
Todos los indicadores que maneja la Confederación Hidrográfica del Júcar señalan que la Comunitat se encuentra en una situación de normalidad hídrica, un panorama que se mantiene estable desde la primavera pasada. Así los sistemas del Turia, el Mijares o el Palancia, donde la situación suele ser más irregular, también se mueven en los valores que definen la normalidad.
Pero, en cualquier caso, ya empieza a haber indicadores de riesgo, especialmente en las zonas de interior de las provincias de Valencia, Castellón y Alicante. La sequía se está empezando a notar en el campo valenciano. Así lo confirman fuentes de la Asociación Valenciana de Agricultura (AVA) que ya está afectando a los cultivos de secano asociados habitualmente al interior de la Comunitat.
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De hecho este miércoles se ha celebrado la mesa nacional del agua en Madrid para estudiar medidas para hacer frente a esta situación.
Los problemas están afectando ya a los cereales, a productos como la cebada o el trigo. Por la falta de lluvias las plantas no están alcanzando la altura habitual por lo que la producción va a ser menor que otros años. Además, en muchas parcelas el ciclo vegetativo ya ha finalizado y no se recogerá ni un grano aunque a partir de ahora empezara a llover.
Pero no es el único cultivo de secano que se está viendo dañado por la sequía. La viña es un caso más donde la cosecha va a sufrir. Se acaba de producir el 'lloro' y ya se ve las expectativas que no son demasiado buenas.
En el caso del almendro señalan que se ha producido una gran floración pero muchas caerán porque los árboles no tienen la suficiente capacidad por la sequía. Las mismas fuentes destacaron que en el caso de los olivos sucederá algo parecido y se producirá una reducción de la cosecha.
Este es el panorama que se espera en el caso de los cultivos de secano. Pero en el regadío las expectativas tampoco son las mejores. En este caso, según detallaron las mismas fuentes, el consumo de agua está siendo mucho más elevado que en un año con una pluviometría abundante ya que los regantes tienen que acudir a las reservas. Así, los agricultores están utilizando muchas más agua embalsada para el riego por la falta de lluvia.
Con ello, los costes se han disparado ya que se está utilizando más energía para el bombeo con los gastos elevados que genera y más en un momento en el que el precio de la energía está disparado.
En este sentido, un agricultor de Godelleta señala que los costes les están ahogando y han llegado al extremo de reducir el riego. «El precio de la energía nos está haciendo que reguemos menos tiempo», ha afirmado.
Todas estas circunstancias provocarán, tal y como detallan desde AVA, una reducción de la oferta y, como consecuencia, un incremento de precios que también afectarán a los productos de regadío por los sobrecostes a los que están expuestos. De lo que no cabe duda es de que no se van a moderar. «Si no llueve las cosechas serán cortas y habrá un incremento de los precios. Hay que tener en cuenta que comarcas como Requena-Utiel, el Valle de Ayora o la Vall d'Albaida necesitan el agua de lluvia para poder regar», han resaltado fuentes de la organización agraria.
Los problemas también están afectando a los ganaderos ya que la falta de lluvias está afectando a los pastos. Ahora los propietarios de animales tienen que comprar pienso para la alimentación lo que también supone un incremento de los costes. De hecho, algunos necesitan ya que suban el agua en cubas para dar de beber al ganado.
Desde Asaja a nivel estatal se han planteado dos peticiones en este contexto. Por un lado, un pacto de Estado del Agua que incluyan la puesta en marcha de infraestructuras como las autopistas del agua, embalses cerca de la costa o el incremento de la reutilización.
Por otro lado, los agricultores demandan una serie de medidas fiscales que les hagan más llevadera la situación como, por ejemplo, la reducción de módulos o créditos bonificados, entre otras posibilidades. Según AVA, «ahora lo que necesita el sector agropecuario son medidas eficaces, contundentes e inmediatas». Desde la organización agraria apuestan por la puesta en marcha de ayudas directas, líneas preferentes de financiación, normas que relajen el cumplimiento de la Política Agrícola Común (PAC) y la mejora y agilidad de los seguros agrarios a fin de pagar unas indemnizaciones proporcionales a los daños sufridos.
Todas estas medidas resultan necesarias, subrayan desde AVA, para «evitar que siga creciendo el abandono de explotaciones, siga avanzando el desierto y siga subiendo el precio de los alimentos a los consumidores». También alertan de que hay más reservas de agua en los embalses, respecto a otras regiones españolas, que garantizan el abastecimiento para la presente campaña. Sin embargo, la organización advierte de que la escasez de lluvias en los últimos meses ya está comportando efectos muy negativos sobre la agricultura y la ganadería valencianas
En este sentido, la Asociación Valenciana de Agricultores ha exigido a las administraciones «pasar del diagnóstico a la acción para hacer frente a las dramáticas pérdidas de cosechas y los desorbitados sobrecostes que está provocando la falta de precipitaciones en el campo valenciano». La organización se suma así a las declaraciones del presidente de ASAJA Nacional, Pedro Barato, con motivo de la mesa de la sequía celebrada este miércoles en Madrid.
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