Urgente Óscar Puente anuncia un AVE regional que unirá toda la Comunitat en 2027
Un paraje arrasado por el fuego en el incendio de Villanueva de Viver. EFE

Los agricultores valencianos rechazan las acusaciones de los bomberos y afirman que cumplen normas muy estrictas

Recuerdan que el periodo de quemas se ha restringido y señalan que encuentran dificultades burocráticas para su labor

Juan Sanchis

Valencia

Jueves, 20 de abril 2023, 00:58

La Comunitat Valenciana se enfrenta al peor primer trimestre del año de la última década en incendios forestales. El de Villanueva de Viver fue el que más hectáreas ha arrasado (cerca de 4.700) pero ha habido un gran número que aunque han quemado una superficie menor han desatado la alarma.

Publicidad

El problema ha venido al buscar las causas. Los bomberos del Consorcio Provincial de Valencia aseguran que en el 80% de esta clase de incendios está habiendo un mal uso del fuego en terrenos agrícolas y forestales con situaciones como quemas agrícolas descontroladas y dentro de parcelas. Este análisis ha provocado el malestar de los agricultores.

Y es que llueve sobre mojado. Hace unas semanas, coincidiendo con el incendio de Villanueva de Viver, la Generalitat publicó el decreto de quemas agrícolas que restringe esta práctica dos meses antes de lo habitual. Con esta normativa se prohíben con carácter general todas estas actuaciones en aquellas parcelas que se hallan a menos de 500 metros del suelo forestal. La medida provocó el enfado de los agricultores que ahora se ve intensificado por el análisis que han hecho los bomberos.

Fuentes de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) han señalado que los agricultores están cumpliendo unas de las normativas más estrictas de España en lo referente a las quemas forestales. «Se trata de una legislación muy restrictiva», han explicado y han añadido que «nunca había habido tantas restricciones a estas alturas del año».

Recuerdan que en estos momentos la Conselleria de Emergencia Climática ha adelantado al mes de abril las restricciones de la quema de márgenes de cultivo o de restos agrícolas o forestales que habitualmente se establece entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. De esta forma, no se pueden hacer fuegos en terrenos agrícolas a menos de 500 metros de una superficie forestal.

Publicidad

La alternativa para los agricultores es que esta madera que no se pueden quemar se quede en los campos convirtiéndose en un foco de plagas o en material combustible para un incendio.

Ya el presidente de la asociación agraria, Cristóbal Aguado, ha señalado que consideran que el Consell tendría que aumentar la vigilancia pero en ningún caso incrementar las prohibiciones. «Lo normal era que se prohibieran a fines de mayo o junio en zonas de riesgo. Es una tontería aplicar esta medida fuera de las áreas donde no existe peligro de quemar el monte», ha apuntado. Es más, Aguado ha recalcado que esta medida «es una barbaridad porque el combustible se queda en el campo».

Publicidad

Por otro lado, desde AVA señalan que los agricultores también están encontrando trabas burocráticas para obtener permiso para las quemas en aquellas zonas donde sí se puede hacer fuego (en localidades donde hay un plan y en superficies que están a más de 500 metros del terreno forestal).

«No tiene sentido que nos hagan una acusación de estas características», han señalado las mismas fuentes, y han añadido que el sector tiene que enfrentarse a muchas restricciones.

Por otro lado, desde AVA han puntualizado que se debería tener en cuenta el papel que juegan los agricultores en la prevención de incendios forestales. Han recordado que las llamas se frenan cuando encuentran un campo cultivado o que estas zonas sirven de refugio para los bomberos cuando están luchando contra el fuego.

Publicidad

Además, han destacado el papel que juega la ganadería en la lucha contra estos siniestros ya que se encargan de limpiar de matorrales y vegetación lo que en caso contrario se convertiría en combustible para las llamas. «Los campos abandonados, cubiertos de maleza, no hacen más que favorecer la propagación de las llamas», han destacado.

Por otro lado, los expertos señalan que el problema va más allá de la causa inmediata del fuego. En este sentido, apuestan por un cambio de modelo productivo que recupere el abandono en el que se encuentran en estos momentos los campos valencianos.

Publicidad

Este cambio de modelo pasa por luchar contra la despoblación del mundo rural, un fenómeno que está haciendo que la superficie forestal en la Comunitat aumente a un ritmo de 3.300 hectáreas anuales.

A todo ello se une, según destacan los expertos, la falta de gestión forestal que hace que los bosques estén repletos de árboles muertos y restos de madera que no han sido retirados y que se han convertido en un combustible perfecto. Ahora la sequía ha intensificado el problema ya que el estrés hídrico contribuye a secar todos estos despojos facilitando aún más la propagación de las llamas.

A todo ello se une la excesiva burocracia a la que se enfrentan que impide actuar con celeridad. Los gestores del monte recuerdan que la normativa es muy abundante y los expedientes se prolongan en el tiempo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad