R. GONZÁLEZ
Lunes, 22 de agosto 2022, 23:29
La Vall d'Ebo. Las llamas de los incendios de Bejís y la Vall d'Ebo han dejado una gran huella, tanto en el monte como en los campos de cultivos. Ante la proximidad de dar por extinguidos los incendios, llega el momento de valorar las pérdidas e buscar ayudas para intentar paliar el coste que tendrá. Los agricultores temen que sean «insignificantes» comparados con el alcance real.
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Así lo ha expresado el presidente de Jóvenes Agricultores Asaja Alicante, José Vicente Andreu. Antes, con la declaración de zona catastrófica, el proceso era más ágil, ha remarcado. Sin embargo, ahora las cosas han cambiado y en su opinión sólo resulta más efectivo para las administraciones locales.
En el caso de los particulares y, en concreto, de los pequeños agricultores, es más complicado. Para empezar, ha lamentado la farragosa burocracia que tienen por delante a la hora de solicitar una ayuda. A ello se le suma la escasa cuantía que perciben.
En ese sentido, Andreu ha puesto de relieve que, para empezar, los agricultores deben contar con un «agroseguro». Y entonces podrían obtener «hasta 8.000 euros», una cifra que queda lejos de cubrir las pérdidas inmediatas por el fuego y los efectos en los próximos meses en sus campos.
Como ejemplo, aquellos propietarios de terrenos que se hayan visto afectados, que hayan perdido maquinaria, cosechas o cultivos, «no van a tener casi cobertura», ha criticado el presidente de Asaja Alicante. De hecho, ha recordado que él mismo ha sufrido esa situación y la cantidad máxima que recibió apenas era una ínfima parte.
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José Vicente Andreu también teme que un número importante de agricultores se pueda quedar fuera de cobertura. Algo que agravaría más su situación.
Y a todo eso hay que añadir el tiempo que se tarda en cobrar las ayudas. Pueden pasar años antes de recibir el dinero cuando al perjudicado le hace falta lo antes posible para poder salir adelante.
Por todo ello ha concluido que este nuevo modelo, denominado como declaración de zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil, «no es nada práctico». A su juicio, el Gobierno tendría que apostar por un sistema más ágil y que compense con una cantidad más cercana a las pérdidas reales.
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Asimismo, el presidente de los jóvenes agricultores alicantinos ha insistido en que hay que pelear para que la montaña recobre la actividad agrícola. Para conseguir ese objetivo, Andreu ha abogado de nuevo por un plan estratégico urgente para revitalizar la comarca que permita mantener y mejorar los cultivos. Entre sus propuestas figuran «favorecer la rentabilidad» de los productos del campo y líneas de financiación para atender las actuales necesidades.
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