MANUEL GARCÍA
RIBA-ROJA DE TÚRIA
Lunes, 18 de abril 2022, 01:31
Un recorrido no muy extenso y con muchas opciones para disfrutar. Esto es lo que ofrece la ruta urbana del agua en Riba-roja de Túria pero que ofrece mucho más de lo que su nombre indica.
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El punto de partida es el puente viejo sobre el río Turia. Esta infraestructura del siglo XVI ha sido testigo de la historia local y ahora sólo permite el paso de peatones sobre él. Las primeras noticias que se tienen sobre el puente de obra son de 1548.
En la Carta Puebla otorgada a Riba-roja en el año 1611 ya se hace clara referencia al mismo y a sus arriendos. A partir de este momento las referencias son frecuentes, no sólo en relación a los arriendos, sino a frecuentes crecidas como la riada de 1776 que acabó casi con él al arrastrar gran cantidad de troncos. De los doce arcos se perdieron tres quedando bastante deteriorados los restantes. No se sabe exactamente cuánto tiempo duró la reparación pero en el año 1781 parece ser que ya estaba finalizada.
Al lado contrario del pueblo hay una zona de esparcimiento que puede ser usada con anterioridad o posterioridad a la visita al casco urbano. Si se hace un recorrido con niños, a buen seguro que será el espacio de la visita que más disfrutarán.
Si se continúa adelante por el camino de las ánimas, zona que ofrece diferentes tonalidades según la estación del año, se llega al asilo convento Sagrada Familia, del siglo XIX. Junto al edificio también se inauguró una capilla neogótica, aneja a la estructura inicial.
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Junto a él, el castillo morisco, que fue restaurado tras años de abandono.
A muy pocos cientos de metros está la cisterna, donde se almacenaba el agua para la población. Sobre la misma, que tenía una capacidad para más de medio millón de litros, se ha ubicado la Oficina de Turismo. Tiene 25 metros de profundidad, 5 de alto y 5 de ancho.
Enfrente se encuentra el molino y la Casa de la Molinera: las primeras referencias que se encuentran son del año 1401. Actualmente mantiene su mecanismo hidráulico en buen estado, aunque dejó de realizar su función hacia 1970. Fue adquirido por el Ayuntamiento en 1998.
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Otro elemento patrimonial relacionado con el agua es el lavadero, que conserva todos sus elementos originales aunque dejó de utilizarse alrededor del año 1960.
A muy pocos cientos de metros de todos estos elementos, y para quienes deseen un extra de patrimonio, hay otros tres monumentos que merecen la pena. El ayuntamiento de la localidad se inauguró el 15 de agosto de 1927. Es el primer edificio que se constituyó expresamente para este fin, ya que anteriormente tanto el Ayuntamiento como el juzgado habían estado en casas particulares, alquiladas y en el Cuartel de la Guardia Civil.
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se alzó entre los años 1793 y 1808. Inicialmente contaba con un solo campanario, ya que el posterior tiene unos cien años menos. En 1854 se colocó el reloj. Además, se tienen noticias de un templo anterior de alrededor de 1526 pero que no se encontraba en el mismo lugar donde se encuentra la actual iglesia.
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Finalmente, quedan algunos restos del recinto amurallado en puntos muy concretos, siempre muy cerca del núcleo antiguo. Se puede destacar la torre musulmana (perteneciente a la propia muralla) que se puede divisar desde la plaza de la Torre.
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