Sacos de arena listos para construir un dique junto al barranco de la Saleta en Aldaia. Jesús Signes

Alarma, diques y colegios cerrados por la nueva DANA

La alerta por lluvias de hasta 100 litros lleva a los municipios valencianos a autoprotegerse y suspende clases en unas 30 localidades

Arturo Checa

Valencia

Miércoles, 13 de noviembre 2024, 01:42

Un muro blanco se levanta junto al barranco de la Saleta de Aldaia. Al lado los niños saltan felices, inocentes, con sus mochilas a la ... espalda. Radiantes porque mañana no hay clase. Sus rostros de alegría contrastan con los semblantes serios de los vecinos que levantan un dique con sacos de tierra. A su espalda, el barranco de la Saleta una cicatriz de cañas y barro del que salió el monstruo de agua y fango que hace 15 días engulló el pueblo. Se afanan en colocar la barrera improvisada mientras miran al cielo. En el corazón, los al menos seis fallecidos en el pueblo. El temor es que pueda aparecer alguno más. Ysobre todo, pánico a lo que en las próximas horas pueda dejar el cielo.

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El de Aldaia es sólo un botón de muestra. La provincia de Valencia, especialmente el sur (la Ribera, la Marina y la Safor) y la comarca de l'Horta, vuelve a estar hoy en alerta. Una nueva DANA con lluvias anunciadas de hasta 100 litros por metro cuadrado pone en guardia a los servicios de Emergencias. Tan cuestionados tras el desastre con 215 muertos y aún 17 desaparecidos. Con más de una veintena de familias que siguen con el alma en vilo sobre dónde estarán los suyos. Ysobre todo con la congoja en el cuerpo de los vecinos de Paiporta, Catarroja, Albal, Massanassa, La Torre, Algemesí, Chiva... Algunos de los puntos de la 'zona cero'. Con calles que siguen siendo lodazales. Con tareas de limpieza aún gigantescas. Municipios sobre los que se cierne ahora una nueva amenaza de lluvia torrencial. Y cuyos vecinos no sólo miran a lo alto. También otean bajo sus pies. Porque allá abajo, en un total de 34 municipios, el alcantarillado se ha convertido en una auténtica telaraña de barro, piedras, plásticos y ramas arrastradas por la riada del 29 de octubre y por el saneado de las calles. Allí una mínima lluvia puede convertir todo en un aguacero.

En estos puntos se concentra el mayor riesgo de inundaciones durante el día de hoy, cuando se espera lo más intenso de la DANA de la que ya Emergencias ha alertado. Esta vez con un mensaje con mucha antelación para que nadie se acerque a zonas inundables y se mantenga lejos de barrancos. Y mientras siguen sin llegar el centenar de camiones cuba reclamados por el Consell al Gobierno central para atajar el caos de embozo que amenaza con anegar ahora aún más los pueblos afectados. Con una nueva DANA sobre sus cabezas y sin que la petición haya sido aún atendida. Municipios como Sagunto ya han puesto en marcha un plan de choque exprés para intentar paliar este letal atasco de las tuberías.

La alerta de DANA se extendió como la pólvora a medida que avanzó el día de ayer, aunque ya el lunes Emergencias varió de amarillo a naranja la alerta por precipitaciones intensas. Y no tardaron en llegar las suspensiones de clases. Valencia ciudad, incluidas las pedanías del sur, se sumó a una treintena larga de municipios de Horta, sur de Valencia y Alicante que también decretaron que los colegios se cerraban a cal y canto. Lo mismo las dos universidades, la Politècnica y la de València, ya con clases online pero que han aplazado toda actividad en los centros.

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Desde el Ayuntamiento de Valencia también se lanzó una especial advertencia: que los voluntarios, la marea de solidaridad que está sacando adelante buena parte de la desgracia de estos días, no se desplacen mañana a ayudar a las pedanías del sur de Valencia. También se decretó el cierre de parques y cementerios. Aunque la previsión de lluvia no señala en principio en exceso a la capital, los designios del tiempo son caprichosos, como demostró la destructiva DANA de hace 15 días, iniciándose en la Ribera pero llevando luego su potencial destructivo al interior de Valencia, para desbocar luego el río Magro, el barranco del Poyo y el río Júcar. Cualquier precaución es poca.

El Centro de Coordinación de Emergencias ya advirtió a los municipios que tomaran «medidas preventivas con la suficiente antelación», como la decisión de suspender clases, ante la llegada a partir de este martes de nuevos fenómenos adversos a la Comunitat Valenciana, con precipitaciones que «pueden ser severas».

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Los avisos se han iniciado de manera autónoma en las localidades. En municipios afectados como Catarroja, incluso se avisó por megafonía para pedir a los vecinos que no se desplacen en las próximas horas y estén pendientes del alcantarillado. En Rafelbunyol se pidió precaución en los desplazamientos y retirar los vehículos de las zonas inundables o las calles que reciban mucho caudal de agua.

Hasta el propio ministro de Transportes, Óscar Puente, reconoció estar «muy preocupado» por la llegada de nuevas precipitaciones a Valencia. Él, con el foco en su área:para la noche de este miércoles está prevista la reapertura del by-pass, cortado desde la gran riada. «El desvío provisional de 200 metros que se ha abierto es una solución provisional y espero que no tengamos otra DANA como la de hace 15 días», fue el temor confesado por el ministro.

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Justo el caos de las comunicaciones puede ser otra de las consecuencias de esta nueva DANA. Desde hace dos semanas los accesos a la ciudad de Valencia, así como las salidas, se han convertido en una auténtica ratonera por la ausencia de metro y las carencias del autobús metropolitano. Las lluvias de hoy pueden añadir aún más sal a la herida abierta por la riada en las infraestructuras.

La emergencia hoy es tal que hasta uno de los puntos neurálgicos de esta catástrofe, el Centro de Integración de Datos, el CID, el organismo en el que se integran forenses y Fuerzas de Seguridad para llevar a cabo la tortuosa labor de identificar a fallecidos y descartar desaparecidos, empezó a trabajar ayer de manera online. «Hasta que quede desactivada la emergencia, los integrantes de las dos oficinas operarán de manera telemática y seguirán con el cruce de datos para lograr la identificación de todas las víctimas mortales», señalaron desde el ente.

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Hoy, de nuevo, mientras los niños de Aldaia, Valencia y decenas de municipios jugarán inocentes en casas, sus mayores, 15 días después volverán a mirar al cielo, a sus barrancos y a sus calles, rogando que la historia no se repita.

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