![La Albufera 2024, año de inflexión](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/12/29/albufera14-RzriyXeuvYbgNvpK7h7gjvL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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2024 será, tiene que ser, un año de inflexión para la situación de la Albufera de Valencia. Son muchos años los de promesas y el parque lo que necesita son hechos. Pero hay algunos indicios de que la tendencia puede estar cambiando. El ... que tres administraciones públicas de distinto signo político (Ayuntamiento de Valencia, Conselleria de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Júcar) se hayan conseguido poner de acuerdo para enviar agua a la laguna puede ser un signo de que algunas cosas pueden estar mejorando.
Es lo que necesita el parque en estos momentos. Que todo el mundo tire del carro en la misma dirección. Por eso, el 2024 debe ser un año de inflexión después de tantas promesas hechas y no cumplidas
Y es que el abandono de la laguna es evidente. Han pasado muchos años en los que se ha hecho muy poco o nada. Las promesas se sucedían pero en la práctica quedaban en el limbo.
La capitalidad verde de Valencia este próximo año puede ser un elemento tractor que beneficie al parque. El Ayuntamiento, al amparo de esta capitalidad, se ha comprometido a impulsar la declaración de la Albufera como reserva de la biosfera, un título que por el momento en la Comunitat sólo lo tienen el Alto Turia y el Valle del Cabriel.
Este reconocimiento a la Albufera ya fue impulsado por los gobiernos del Partido Popular en 2015 pero no salió adelante por la falta de unanimidad entre los municipios que tienen parte de su término en el parque. La intención del consistorio valenciano era que el paso siguiente fuera que la Unesco declarara el parque como Patrimonio de la Humanidad. No se pudo llevar a cabo.
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Juan Sanchis
Durante los dos gobiernos del Botànic la declaración como reserva de la biosfera de la Albufera no fue una prioridad. Aunque se comprometieron con la iniciativa, no se hizo mucho por impulsarla. De hecho, la entonces Conselleria de Emergencia Climática aparcó los trámites al menos hasta que no se terminara de redactar los nuevos documentos del parque como el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) que están redactándose.
Unos años antes, el pleno de Les Corts aprobó una proposición no de ley presentada por Ciudadanos en abril de 2016 en la que se instaba al Consell a «iniciar en coordinación con los trece municipios del ámbito del parque los trámites necesarios para declarar la Albufera como reserva natural de la biosfera de la Unesco». También sirvió para poco.
La consellera Elena Cebrián se comprometió ante Les Corts en marzo de 2018 que todos los trámites estarían finalizados antes de ese verano. No fue así y el expediente volvió a quedarse encerrado en un cajón. El hecho es que después de ocho años la declaración continúa en el aire.
Ahora la iniciativa de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha sido respaldada por la Conselleria de Medio Ambiente. Esperemos que a la enésima vez vaya la vencida.
Todos los actores representados en la Albufera coinciden que uno de los grandes problemas que tiene el parque es la falta de aportes hídricos de calidad.
Los intentos para conseguir más recursos hasta el momento se han topado con la reticencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) a soltar más agua. El Ayuntamiento de Valencia en la pasada legislatura aprobó con el apoyo de todos los grupos presentes en el pleno una moción para que el organismo de cuenca cediera 70 hectómetros de agua al año a la Albufera. Hasta el momento no ha sido posible y la CHJ no ha dado su brazo a torcer.
También este año puede ser de inflexión en este aspecto. Tanto la administración municipal, como la autonómica y la central se han puesto de acuerdo para realizar dos aportes extraordinarios ante la situación de emergencia en la que se encontraba el parque. Primero se acordó que la Acequia Real del Júcar enviara 6,5 hectómetros. Los aportes están llegando desde hace dos semanas.
La semana pasada las tres administraciones volvieron a ponerse de acuerdo para enviar un nuevo aporte de caudal de 248.400 metros cúbicos desde la depuradora de Pinedo para «mejorar la calidad y calidad» del agua del parque.
Las tres administraciones se han puesto de acuerdo para estos aportes ante una situación delicada provocada por la sequía que ha hecho que los niveles de la 'perellonà' hayan quedado muy bajos.
Este acuerdo es positivo y ahora solo falta extender esta colaboración a otros temas que son acuciantes para el parque natural.
Por otro lado, se han producido pequeños avances en las infraestructuras. El Ayuntamiento de Valencia ha adjudicado, después de cinco años de parálisis, los cañones antiincidencios en la Devesa del Saler. El objetivo es instalar ocho cañones antes del 15 de marzo porque no se pueden hacer obras en la Devesa entre esa fecha y octubre. En una nueva fase se instalarán los otros tres.
También el Ayuntamiento de Valencia inició este año el dragado de las principales acequias del parque natural (La Sequiota y Carrera de la Reina). El presupuesto de esta actuación, iniciada por el gobierno municipal del Rialto, ronda el millón de euros. El proyecto comenzó en enero aunque se tuvo que interrumpir durante el periodo de cría de las aves (primavera y verano).
Estas mejoras introducidas en la Albufera pueden ser un síntoma de que la tendencia puede cambiar con las nuevas administraciones. Habrá que ver cómo evoluciona para comprobar que no es un ejemplo aislado.
A todo esto se une la mayor concienciación por parte de la sociedad en el cuidado del medio ambiente que se extiende a un mayor interés por este parque natural. Un caso en el que se ha podido observar que las cosas están cambiando ha sido la llegada de miles de flamencos durante las últimas semanas que se han distribuido por la Albufera y han atraído el interés de miles de valencianos que no han dudado en acercarse al mirador del parque natural superando tiempos de espera de cuarenta minutos con el objetivo de observar la evolución de estas aves.
Por otro lado, la implicación de las administraciones se puede medir en sus compromisos presupuestarios. Todas las administraciones están implicadas. Es el caso de la necesidad de que los municipios en el entorno del parque natural instalen redes de saneamiento separadas. Esto implica que los ayuntamientos tienen que afrontar el gasto de ejecutar canalizaciones distintas para las aguas que se vierten en los alcantarillados de las fecales que tendrían sus propias tuberías. De esta forma, se reducen los envíos de vertidos que ahora acaban en el parque natural. Pero son muchas más las actuaciones que todas las administraciones tienen que ejecutar
En total, hay obras pendientes por valor de casi 600 millones de euros que implican que todas las administraciones se impliquen en el proyecto. Para esto 2024 puede ser crucial y ser el año de la Albufera, que buena falta le hace tras el estado de abandono de los últimos años.
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