![La Albufera almacena los residuos de la riada](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/10/31/reuters-RbfmEXvw1v23dLcGDEFrfvO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![La Albufera almacena los residuos de la riada](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/10/31/reuters-RbfmEXvw1v23dLcGDEFrfvO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Millones de metros cúbicos de agua han llegado al parque de la Albufera a través de la Rambla del Poyo y el nuevo cauce del Turia, pero no es un caudal limpio sino cargado de residuos. La tragedia humana empequeñece cualquier otro asunto, pero la realidad es que después del recuento de víctimas y la batalla del barro quedará recuperar el parque natural.
Los primeros restos visibles han aparecido en las playas y la alerta ha venido por parte de los vecinos de El Saler. Se trata de troncos de madera y árboles casi completos, pedazos de parachoques, plásticos de todo tipo, ruedas y arrastres producidos por la riada y llegados a las playas desde la desembocadura del nuevo cauce del Turia. Por la gola del Pujol también ha salido a mar abierto una cantidad considerable de desechos, que se han quedado en parte en la costa.
El litoral ha sido pues el primer afectado por una situación que lo dejará malparado. Fuentes de la asociación de vecinos indicaron la necesidad de acometer una profunda limpieza, así como empezar a «plantearnos si se están haciendo bien las cosas y sobre todo si se pueden mejorar», en referencia esto último a la reclamación de que se construyan arrecifes junto a la costa. Esto pretende que sirva para retener la arena en estos episodios de temporales, algo que rechaza la Demarcación de Costas al considerar que no es lo adecuado.
La competencia para retirar los residuos corresponde al Ayuntamiento y la Conselleria de Medio Ambiente. Fuentes de la concejalía de Devesa-Albufera comentaron que cuando «se estabilice la situación se tomarán las medidas necesarias para gestionar los residuos que haya generado la DANA».
Y es que el nivel del humedal está muy alto todavía. El pasado miércoles se llegó a una medición de 110 centímetros aunque la apertura de las compuertas de todas las golas ha permitido bajar nueve centímetros en una jornada. Aún así, los embarcaderos seguían sumergidos por el agua de color marrón.
La cantidad de residuos es un riesgo evidente para la pesca. El presidente de la Comunidad de Pescadores de El Palmar, José Caballer, comentó sobre esto que ahora no están faenando debido a la combinación de dos factores: Por una parte el alto nivel de las aguas oculta por completo los puestos fijos de pesca. Ni siquiera se ven las estacas en algunos lugares, con lo que es imposible adivinar dónde están con tanta turbidez en el caudal.
La otra razón es que las fuertes corrientes por la apertura de las compuertas impide la pesca ambulantes, sobre todo cerca de las golas. Echar las redes es un riesgo seguro de rotura y los márgenes de beneficios son demasiado estrechos para salir con la barca a probar suerte.
De lo que sí está convencido Caballer es que tanto barro no es beneficioso. «No es bueno para la pesca, siempre hay menos», comenta sobre una situación que permanecerá bastante tiempo. Las aguas limpias son sinónimo de embarcaciones cargadas de capturas y ahora no puede ser.
Lo ocurrido es una desgracia para un sector siempre en peligro, dado que la previsión era más que optimista. «Acuérdate de los vídeos de las llisas saltando fuera del agua», comentó como ejemplo de lo ocurrido hace apenas unos días en la Albufera.
De lo que sí está convencido Caballer es de que una conexión de la Rambla del Poyo con el nuevo cauce habría reducido este problema, al igual que todo el desastre ocurrido en los pueblos ribereños. Este barranco, hay que recordarlo, tiene una longitud de 40 kilómetros desde Chiva pero no desemboca en el mar sino que desagua en el parque natural.
«Lo he dicho muchas veces en la junta rectora, la conexión permitiría que todos los residuos fueran con el agua hacia el nuevo cauce y así no estaría todo lleno de cañas y árboles», comentó.
Desde el Ayuntamiento no precisaron si recurrirán a campañas populares para agilizar la retirada de residuos, aunque es un recurso utilizado varias veces. Tan lejos como el pasado septiembre 30 voluntarios de Cruz Roja se dedicaron a recoger basura en barcas a través del proyecto «Limpia ríos, salva Océanos».
El Ayuntamiento, a través de la concejalía Devesa-Albufera, anunció el pasado mayo el refuerzo de limpieza, en este caso en la parte del bosque con el fin entre otros beneficios de reducir el riesgo de incendios forestales. Sobre el propio lago, tiene la competencia acerca de la lámina de agua, mientras que la Generalitat gestiona otra parte del humedal.
La riada llega en un momento crítico para la Albufera debido al proyecto para solicitar el título de Reserva de la Biosfera, que concede la Unesco. La petición está respaldada por todos los municipios ribereños, que en buena parte han sufrido el desastre natural y siguen aislados.
El primer día de la DANA, la salida de agua del humedal hacia el mar tuvo que hacerse con turbinas debido a que estaba muy alto, con lo que la apertura de compuertas habría tenido el efecto contrario. Después, recalcó Caballer, ya se ha podido trabajar con normalidad en todas las golas. Y es que todavía es pronto para evaluar todos los daños. No en vano, desde Devesa-Albufera pidieron «a los vecinos extremar la prudencia y seguir atentos a próximas comunicaciones».
El paisaje del parque natural ha cambiado por completo por la acción del agua y la entrada a mansalva del barro en todo el territorio. Vecinos de El Palmar indicaron que los canales próximos a la población se desbordaron y que no se distinguía las aceras de la zona de navegación. Además, el corte de la CV-500 en las horas más complicadas provocó el problema de que muchos conductores se equivocaban al fiarse del GPS y entraban por caminos luego impracticables.
Un escenario más que complicado donde la acumulación de sedimentos, lodo en su mayor parte, será otro problema a medio plazo. El actual gobierno municipal de PP y Vox es partidario del dragado del fondo, al menos en parte, para favorecer la navegación y las plantas su subacuáticas, mientras que la riada ha arrastrado cientos de toneladas de barro a los arrozales y el lago.
La dificultad de retirar la basura es que en muchos tramos hay que trabajar a mano, debido a la protección del parque natural, que limita el empleo de maquinaria al igual que ocurre en sus playas. El Ayuntamiento tiene un protocolo para este cometido aprobado recientemente. Por ejemplo, en la zona del campo de golf del Sidi Saler no se puede entrar con vehículos al ser una zona de nidificación de aves.
Desde la asociación de vecinos la Devesa de El Saler insistieron en una solución «definitiva» para las playas tras la retirada de los residuos. «En el caso de la costa valenciana se ha de acometer de manera urgente la construcción de arrecifes artificiales, algo que la comunidad académica está recomendando». A juicio de los residentes, «no se entiende la oposición de la Dirección General de Costas», que aboga por el mantenimiento del litoral con aportes de arena.
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