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Miércoles, 20 de enero 2021, 01:17
Los 29 municipios valencianos que desde el día 7 de enero se encontraban cerrados de forma perimetral dejarán de estarlo a partir de mañana. Una decisión que aplauden muchos de los alcaldes afectados al considerar que es de difícil aplicación y poco efectiva. «Se ha comprobado que es una medida inaplicable con los recursos existentes y ha generado mucha controversia entre los vecinos», lamentan desde Ontinyent.
En la misma línea se manifiesta Ramón Adsuara, alcalde de Alfafar, que señala que «es de sentido común» este alzamiento porque era «un agravio comparativo que los pueblos de alrededor o incluso Valencia tuvieran la hostelería abierta con más contagios que nosotros«.
En otros municipios también dudan de su efectividad. La alcaldesa de Benetússer, Eva Sanz, por ejemplo, señala que hasta el momento «no se ha visto reflejado en cifras«, ya que el municipio ha pasado de cerca de 900 casos por 100.000 habitantes a rozar los 1.800. »Igual es pronto para saberlo,« añade, »no me atrevo a tener una opinión clara al respecto«.
Por su parte, el primer edil de Sedaví, José Francisco Cabanes manifiesta que las cifras de contagios se han mantenido, «no han bajado pero tampoco han subido», a pesar de que «nos hayan señalado como culpables de aumentar la tasa de incidencia».
En otro de los municipios de l'Horta, Paco Comes, máximo munícipe de Massanassa tacha de «lógico y normal» el alzamiento del cierre perimetral. «No podía ser que estuviéramos confinados nosotros y que en el pueblo de al lado la incidencia acumulada fuera mayor», explica.
Otros alcaldes tienen dudas sobre permitir la movilidad. «El levantamiento del cierre perimetral queda compensado por las nuevas medidas restrictivas, si bien, en Moixent, al ser un municipio pequeño habrá más desplazamientos de vecinos a otros municipios mayores para el tema de la compra, pero el resto se limitará a temas laborales o educativos. Esperemos que sirvan al menos para no seguir incrementando la incidencia«, plantea el alcalde Guillermo Jorques.
En general, los alcaldes afectados por el cierre perimetral consideran más justo y que pueda tener más repercusión las nuevas restricciones aplicadas a todos. En Oliva, el alcalde David González subraya que las medidas anunciadas para toda la Comunitat «van en la línea» del endurecimiento que ya se había solicitado desde esta ciudad, para poder hacer frente a los contagios y reducirlos.
Gonzalez precisa que las «medidas no farmacológicas» son las «únicas que han demostrado que sirven para reducir los casos», es decir, limitar la movilidad, aunque reconoció que son decisiones «impopulares y poco agradables para los vecinos».
También son partidarios de las nuevas restricciones en Ontinyent donde comentan que «parece más oportuno avanzar el toque de queda a las ocho y aplicar medidas generalizadas».
En Guadassuar, por su parte, habían solicitado a la Conselleria de Sanidad prorrogar el perimetraje por el miedo a que este fin de semana, coincidiendo con la festividad local, algunos vecinos salieran a restaurantes de localidades vecinas. «Nos quedamos más tranquilos al saber que esto no sucederá por el cierre general de la hostelería. Aún así habrá más controles en los diseminados para evitar reuniones», explica el alcalde, Salvador Montañana.
Precisamente la hostelería es una de las mayores preocupaciones de estos municipios ya que estos negocios llevan 14 días cerrados y ahora lo estarán al menos 14 más . En Daimús, el primer edil Javier Planes lamenta que una «vez más» sea la hostelería «quien pague el pato». «Es bueno que que se levante el confinamiento de un municipio como Daimús, pero hay que estudiar bien estas medidas. No se pueden permitir que los medios de transporte públicos vayan llenos y luego cerrar la hostelería, donde se cumplen con los aforos y las medidas de distanciamiento«.
El alcalde de Sollana, Vicent Codoñer, también es de esta opinión. «Siempre lo está pagando la hostelería. Delante de las medidas debe estar el talón porque se van arruinar todos«, apela Codoñer. En Sollana señalan que la reducción de la incidencia, ha pasado de 1.500 a 991 casos por cada 100.000 habitantes se debe a »la responsabilidad de los vecinos que les agradecemos todo lo que han hecho«, comenta el alcalde que explica que con dos policías locales por turno y la Guardia Civil en algunos momentos no se podía controlar los accesos.
Aunque en la mayoría de pueblos afectados por el cierre perimetral las cifras han seguido incrementándose estas semanas, algunos han valorado positivamente esta medida al reflejarse en los datos.
En Xàtiva, dada su configuración como ciudad de servicios, sí que se ha notado el cierre perimetral, con una notable menor movilidad de gente y aunque en la primera semana se incrementaron las cifras, al final de los 14 días se ha logrado bajar la incidencia. «La decisión es compleja porque, si bien es verdad que nosotros sí hemos bajado la incidencia en estos 14 días, no era justo que siguiéramos perimetrados y no otros municipios que nos han superado en incidencia y que no lo estaban. Por lo que creo que ha sido acertada la decisión, viendo la incidencia de toda la Comunitat Valenciana, para no discriminar a unos municipios frente a otros, porque ninguno está bien».
En Bonrepós i Mirambell también se ha notado la reducción. Su alcaldesa, Raquel Ramiro advierte de que más que las medidas restrictivas «hace falta más pedagogía». «Las personas tienen que entender que frenar esto depende de todos», añade. El confinamiento también ha supuesto en esta localidad un esfuerzo adicional en el control de accesos dado que el 80% de su población trabaja en Valencia.
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