«Mientras sea alcaldesa, los toros no se quitan»

La división de opiniones en el seno del PSPV respecto a los espectáculos taurinos, reavivada después de que el líder de los socialistas de la provincia de Valencia acudiera a los festejos de Carpesa, es cada vez más patente. Frente a las críticas de ciertos sectores del partido, que se decantan por abrir el debate para que se acaben suprimiendo los bous al carrer y otras modalidades, hay primeros ediles socialistas de municipios en los que esta fiesta está arraigada que no dudan en dar la cara y defenderlos por el gran respaldo que tienen entre la población. «Mientras sea alcaldesa, los toros no se quitan».

Así de tajante se muestra la máxima responsable del Ayuntamiento de Albuixech, Marta Ruiz. Aunque reconoce que el pasado año hubo algo de debate, sólo se debió al tema de los seguros.

En ningún momento se le ha pasado por la cabeza poner fin a los festejos taurinos y cree que si alguien impulsase esa medida allí sería muy impopular. «Hay mucha afición, los festejos arrastran mucha gente y si un alcalde los eliminara aquí, no podría salir a la calle», asegura convencida.

Albuixech, de unos 4.300 habitantes, cuenta con cinco peñas taurinas por los espectáculos de astados «son de toda la vida». El Consistorio y ellas van de la mano El año pasado hubo nueve sábados con propuestas taurinas y la alcaldesa en ocasiones actúa de directora de festejos. Cada peña recibe una subvención municipal de 4.400 euros si organiza un evento. En caso de llegar a dos, la cuantía asciende hasta los 7.000 euros.

Vila-real es la ciudad más grande de España donde se hacen toros en la calle, como destaca su alcalde, José Benlloch, apasionado de la tauromaquia. En esta localidad hay una tradición «muy potente que data de la Edad Media». Dispone de una comisión de peñas que aglutina a más de un centenar, que congregan a más de 4.000 personas.

Allí todos los actos taurinos los organiza el Ayuntamiento, que se concentran en las fiestas de septiembre y en las patronales de mayo. Con astados cerriles o embolados.

Benlloch asegura que los toros son una tradición respetuosa y que se puede mantener perfectamente hoy en día porque Vila-real siempre ha ido innovando y protegiendo a sus protagonistas. Según subraya, «hemos evolucionado mucho con el tiempo y somos los primeros que no queremos que se maltrate al animal».

Otro punto de la Comunitat donde están muy arraigados estos festejos se localiza en Moncada. Su alcaldesa, Amparo Orts, explica que «nuestro 'certificado de tradicionalidad' es de antes de 1930, mi familia me cuenta que mi bisabuelo ya era corredor delante de los toros». Y ella suele encender las bolas del bou embolat.

Orts detalla que tienen 10 peñas y que, según los estudios del 112 de la Generalitat, es una de las ciudades de la provincia de Valencia que organiza más festejos taurinos. La munícipe socialista pone de relieve el apoyo del Consistorio, a través de subvenciones nominales de 4.000 euros a cada peña.

Este mismo sábado hay programada una suelta de vacas y toros embolados. Según señala, en Moncada no se han planteado suprimir los espectáculos taurinos porque no hay debate. Es más, defiende que hay que respetar a las localidades que quieran mantenerlos, pues es contraria a la prohibición.

Tampoco hay dilema en Museros, como apunta la primera edil, Cristina Civera. Nunca ha escondido que es muy taurina y suele involucrarse como directora de festejos.

«Aquí no hay debate sobre la mesa, contamos con seis peñas taurinas que suman más de 500 miembros», hace hincapié. De ellas dice que son muy organizadas y responsables.

Por su parte, a los vecinos de Montesa les gustan los toros y ni se les ha pasado por la mente el poner fin porque se trata de una «tradición muy arraigada» y tienen muchos aficionados y eso «se debe respetar», remarca su alcalde, Héctor Barberá.

No sólo no se ha descartado el suprimir los bous en corda o el embolat, sino que han ampliado la oferta. «Este año hemos implantado un día más, que ha costeado el Ayuntamiento, y las peñas están contentas», recalca.

La única plaza de toros de la Marina Alta se encuentra en Ondara. Se construyó en 1901 debido a la afición de los vecinos por los toros y, desde que hace dos décadas pusieron fin a las corridas, se usa para otro tipo de festejos taurinos y para propuestas culturales y festivas. En 2015 también optaron por dejar de hacer bou encaixonat y embolat.

El primer edil, José Ramiro, apunta que la afición permanece y que, «tras quitar el embolat, hemos encontrado el equilibrio entre disfrutar de las sesiones taurinas y evitar el daño al animal».

En Vall d'Uixó tampoco hay problemas. Los espectáculos con reses están muy arraigados. Según comenta su alcaldesa, Tania Baños, «hay mucha tradición y eso se ve porque tenemos 23 fiestas con toros, desde abril hasta octubre».

Estas son las valoraciones de algunos de los alcaldes socialistas de municipios en los que están arraigados los festejos taurinos. En la Comunitat Valenciana hay más de medio centenar de ejemplos de localidades gobernadas por el PSPV en las que no se plantean poner fin a esta tradición.

• Temas
• Toros
• Moncada
• Montesa
• La Vall d'Uixó
• Valencia (Provincia)
• Museros
• Albuixech
• Ondara
• Bous al carrer
• PSPV/PSOE