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Las alumnas que el miércoles empapelaron el hall de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación para denunciar comentarios machistas de un profesor en clase emitieron ayer un comunicado en el que reiteran sus críticas ante el proceder de la universidad. Aseguran que «ha quedado en evidencia la falta de información y el encubrimiento de la queja realizada» y critican el «pésimo asesoramiento» recibido «en cuanto a qué mecanismos utilizar».
Consideran que el empleado, una comunicación a través de un buzón de quejas, «no está a la altura de las circunstancias». Tras la acción reivindicativa contra las expresiones vertidas por el docente, que se produjeron el curso pasado, la Universitat explicó que el procedimiento elegido por las afectadas provocó que la cuestión se abordara a nivel interno en la propia facultad y no llegara hasta el Rectorado. Tampoco activó el protocolo ante casos de acoso o sexismo porque no se trataba de una denuncia formal, un paso necesario para iniciar un expediente informativo que pueda derivar en alguna consecuencia punitiva. Fuentes oficiales añadieron que ayer tampoco se presentó.
A las alumnas se les informó de esta posibilidad, con todas las garantías en cuanto a su anonimato. El comunicado difundido por el colectivo señala que en la primera reunión en la que participaron tras el acto reivindicativo también estuvo el docente y que este presentó sus disculpas, extremo confirmado por la vicerrectora de Igualdad, Elena Martínez, en declaraciones a À Punt. La nota también asegura que el docente les afeó que no diferenciaran entre una broma y un delito y que les instó a que denunciaran más casos similares protagonizados por otros profesores.
En el siguiente encuentro participó la propia Martínez y la presidenta de la Unidad de Igualdad, quienes les «respaldaron durante toda la reunión y les aseguraron que se iban a llevar a cabo todos los procedimientos necesarios para dar una solución a esta problemática». Por último, el escrito asevera que «estas actitudes están enraizadas y normalizadas en las aulas» e incluye cuatro medidas a implantar que fueron trasladadas al equipo de dirección: formación en igualdad, reacción «responsable ante situaciones de acoso sexual», introducir a las mujeres en los temarios de las carreras y una comisión de igualdad transparente que deje atrás «amiguismos». El Rectorado ya ha advertido de que no tolerará, «sin excepciones», actitudes de este tipo a ningún miembro de la universidad.
Tras un estornudo. Según la cartelería, el profesor le dijo a la estudiante que ya le había advertido de que iba «demasiado fresca».
Tras decir una alumna que es muy nerviosa. Se denuncia que el docente respondió que ya se había dando cuenta la noche anterior.
Tras plantear una alumna si en una pregunta debía «enrollarse». La respuesta fue, según un cartel, que no era necesario pero que si quería podía enrollarse con él.
Tras el grito de una alumna que se hizo daño en clase. El docente exclamó: «Buff, cómo me ponen esos grititos».
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