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Ciudadanos denunció ayer que los colegios públicos de 29 municipios no dan ni una hora de castellano en Infantil (entre tres y seis años), aplazándose su incorporación a 1º de Primaria. El dato fue utilizado por el grupo parlamentario para criticar el modelo lingüístico del Consell y su avance -llegará el curso que viene a toda la Secundaria- pese a los «preocupantes» datos de contagios en los centros.
«En el peor momento de la pandemia, en lugar de garantizar la seguridad sanitaria Compromís sigue con su hoja de ruta nacionalista, haciendo proselitismo de sus planes lingüísticos y sin ofrecer a los equipos directivos de los centros un plan de contención del virus», dijo el portavoz de Educación, Carlos Gracia.
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En la rueda de prensa también participó Toni Cantó, que afeó a Marzà que esté «a otras cosas que les interesan más en un momento tan dramático». Los centros de Secundaria deben presentar su proyecto antes del 28 de febrero, el que refleja el peso de las lenguas en los diferentes cursos.
Respecto a la crítica sobre la situación de Infantil, se trata de escuelas que optaron en su momento por un proyecto experimental, opción que recoge la Ley de Plurilingüismo de 2018 y que en la práctica sirve para evitar los mínimos que fija la norma: al menos el 25% del tiempo lectivo en castellano, otro tanto en valenciano y un 10% en inglés.
El total de centros valencianos en esta situación llega a 208, de los que 202 son públicos. Los porcentaje se sitúan en un 90% de horas en valenciano y el 10% restante en inglés y en sólo cinco se optó por un modelo distinto: 60%-40%. Ciudadanos se ha centrado en analizar la situación de aquellas localidades en las que todos sus colegios públicos aplican esta metodología. Es decir, no se incluyen aquellas donde hay algún caso pero existe oferta alternativa en el modelo general (al menos el 25% en castellano).
Esta opción se viene autorizando desde los años 80 y Educación la justifica en que se aplica en diferentes países para fomentar lenguas oficiales «con una presencia ambiental significativa». También defiende que el rendimiento del alumnado es igual o superior al del resto.
Además, Cantó se mostró contrario a cerrar los centros -«supondría pasar la pelota a los padres que trabajan, generaría un problema enorme», como recogió Europa Press- pero advirtió del «alarmante» nivel de contagios entre docentes, exigiendo medidas como la instalación de los purificadores prometidos. Gracia recordó que afectan al 1,5% de la plantilla frente al promedio de la población (0,9%).
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