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DANIEL GUINDO
Lunes, 21 de marzo 2022, 00:52
valencia. En medio de la polémica por la falta de facultativos en unidades del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) -lo que ha llevado a los colegios de médicos de Valencia y Castellón a denunciar este déficit ante los tribunales-, un matrimonio valenciano ha puesto el grito en el cielo por una supuesta carencia de material sanitario en la ambulancia que les atendió; déficit que tanto la Conselleria de Sanidad como los profesionales que les asistieron se han apresurado a desmentir en la contestación a sus reclamaciones.
En concreto, Juan Bautista Alfonso y su mujer, Carmen Cánovas, requirieron una ambulancia el pasado 22 de febrero. «Observé que mi esposa no actuaba como de costumbre y no coordinaba bien. Se negaba a subir al coche para ir al hospital y se ponía agresiva, por lo que llamé al 112. Pensaba que le estaba dando un ictus», recuerda este vecino de Paterna. «La ambulancia llegó una media hora después, subimos y cuando íbamos de camino al hospital Arnau de Vilanova mi mujer perdió el conocimiento y no tenía pulso. Avisé a los sanitarios que iban delante y uno de ellos vino detrás. Le puso un aparato en el dedo. Pitaba y se puso rojo. El corazón se le había parado y no respiraba. La sanitaria gritó al conductor que corriera, que no llevábamos oxígeno y empezaron a hacerle maniobras de reanimación, ya que no contaban ni con oxígeno ni con máquina de desfibrilar. Al final mi mujer volvió en sí. En el hospital nos dijeron que podría haber sufrido un síncope», relata Juan Bautista, quien posteriormente, y debido a lo sucedido, interpuso reclamaciones en el centro de coordinación de emergencias y en el servicio de emergencias sanitarias. «La ambulancia no llevaba oxígeno ni desfibrilador y a mi mujer casi le cuesta la vida. Ahora tiene secuelas como la pérdida de memoria, que yo achaco a esto», resume. Finalmente, el diagnóstico fue somnolencia iatrogénica, al parecer inducida por la mezcla de varios medicamentos.
Este valenciano explica que no reclaman ningún tipo de indemnización «aunque esto posiblemente sea denunciable». «Lo que queremos es que no haya ningún otro vehículo sin este material, porque es vergonzoso», de ahí que quieran que su caso salga a la luz. Juan Bautista también quiere agradecer el esfuerzo de los profesionales que atendieron a su mujer «sin todos los medios adecuados». Tras las quejas interpuestas, desde la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias le contestaron que daban traslado de los hechos a la Dirección General de Asistencia Sanitaria «por ser este el órgano competente en la valoración y movilización de recursos sanitarios».
Desde el Servicio de Emergencias Sanitarias (SES) también le contestaron. «Nos preocupa la observación que usted hace respecto a que esa ambulancia no llevase oxígeno ni desfibrilador automático. Como usted bien dice, es de sentido común que estén dotadas de dichos elementos y, como es de ley, deben de llevar ambas cosas. Estamos investigando las circunstancias que describe, pero desde el SES podemos asegurarle que cada una de nuestras ambulancias asistenciales está dotada con un desfibrilador automático y bombonas de oxígeno, así como personal debidamente formado y preparado para manejarse en las circunstancias que describe en su escrito. Agradecemos su queja porque pone de manifiesto alguna irregularidad que vamos a investigar», recoge el escrito suscrito por Begoña Argos, directora del SES.
La respuesta de la Dirección General de Asistencia Sanitaria es más tajante: «La unidad SVB (Servicio Vital Básico) contaba con la dotación requerida de desfibrilador y oxigenoterapia tal y como establece el pliego de prescripciones técnicas». Para sostener estas afirmaciones, este órgano incluye el informe elaborado por la empresa contratada para prestar este servicio de ambulancias.
En el escrito, suscrito por los técnicos que la atendieron, indican que de camino al hospital la mujer se mareó y se comprobó su estado mientras que ya llegando al hospital se desmayó, por lo que pararon la ambulancia, la colocaron en la camilla y comprobaron su estado con golpes en los hombros, a lo que respondió con un quejido «no siendo necesaria la aplicación de técnicas de RCP, desfibrilador ni oxigenoterapia» equipos que, insiste, «la unidad dispone de ellos y se revisan todos los días».
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