

Secciones
Servicios
Destacamos
Ó. DE LA DUEÑA
GANDIA
Martes, 25 de octubre 2022, 16:23
El aumento de medusas en las costas valencianas es un hecho. Esta especie tan poco agradable para los bañistas y que en ocasiones obliga a cerrar playas ha dejado de hacer su visita al litoral sólo en los primeros meses del verano para hacerlo casi todo el año. El motivo es el cambio climático y el incremento de la temperatura del mar Mediterráneo en los últimos diez años.
El profesor del Campus de Gandia de la UPV e investigador del Instituto para la Gestión Integrada de Zonas Costeras, Miguel Rodilla, ha explicado que su observación en la última década deja datos de un aumento de la temperatura del mar de entre 1,5 y 2 grados. “Esto supone que hace 15 años el mar en invierno estaba en 12 grados, ahora lo está en 14 y lo empieza a cambiar todo”, ha precisado el experto en especies marinas.
De hecho, Rodilla ha detallado que la temperatura del mar sube más en invierno que en verano: “En los periodos estivales sube unas décimas, pero en invierno ya no se enfría tanto como antes, lo que permitirá poco a poco que lleguen especies que antes si entraban morían, ahora a 14 grados podrán aguantar”.
Rodilla ha indicado que el hecho de que haya más medusas está directamente relacionado con la temperatura del agua, que es “más cálida en invierno”. “De esta forma se reproducen más, pueden hacerlo hasta dos veces cada año, por lo que con mucha facilidad aparecen en la costa durante todo el año”.
El experto ha asegurado que el aumento de la temperatura del mar en invierno “ayuda a la reproducción de esta especie, que es muy peculiar”. La medusa se reproduce de forma sexual y genera una larva que cae al lecho marino y en el fondo da lugar a un pólipo, se trata de una especie de coral que va creciendo”.
Es precisamente de este ejemplar de donde salen las medusa. “De este tipo de coral se van desgajando trocitos y cada uno de ellos da lugar a una medusa, cuando más cálida sea el agua más crece esta especie y antes va soltando pedazos que acaban creciendo” y dando lugar a ejemplares de este temido animal marino.
Lo habitual hasta hace unos años era que este proceso ocurriera una vez al año, pero ahora con un mar más cálido se da en dos ocasiones, por lo que prácticamente hay medusas todo el año.
En términos parecidos se ha manifestado Josep María Gili, investigador en el Departamento de Biología Marina y Oceanografía del ICM-CSIC: “Las medusas son un mensaje que nos envía el mar para que no sigamos tratándolo mal”. “Cuando los años tenían primaveras lluviosas y la temperatura del mar era más baja, las medusas costeras retrasaban sus ciclos hasta el verano y llegaban menos cantidad de oceánicas, que viven en mar abierto. Sin embargo, el cambio climático, con sus primaveras más cortas y secas y sus veranos más largos y calurosos, ha hecho que los ciclos de las medusas sean más frecuentes y numerosos. Hemos pasado de ciclos de 11 o 12 años a seis años o incluso menos”.
Las medusas que pueden llegar a las costas mediterráneas son de varios tipos, pero entre ellas destacan dos tipo: la Pelagia noctiluca, también llamada medusa clavel, más pequeñas y con una alta peligrosidad, y la Rhizostoma Luteum, con un tamaño más grande pero cuya picadura es menos peligrosa.
Las medusas son seres pasivos que vagan por aguas abiertas y costeras, sin intención de apresar. Sus tentáculos están formados por miles de células urticantes que, al contacto con un cuerpo extraño, disparan un veneno tóxico, de ahí las conocidas como picaduras de medusa.
Esta capacidad de punción perdura incluso estando muertas. En ocasiones llegan a la costa moribundas y allí mueren. Pero esto no quiere decir que dejen de ser un peligro. Sus sistemas de defensa siguen estando activos. Aunque los filamentos se hayan roto y separado de la umbrela.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.