Orientador del colegio la Purísima Franciscanas de Valencia, Javier Sebastián fue la cara visible de la Plataforma Libertad de Enseñanza 27.1, conformada por colegios afectados por el recorte de conciertos de Bachillerato en el curso 2017-2018. Tres años después la batalla judicial empieza a dar resultados definitivos, con las dos primeras sentencias firmes del Supremo declarando la ilegalidad de la medida y reconociendo las compensaciones que se deriven.
La organización consiguió una movilización histórica, convocando en apenas un mes y sin grandes apoyos la mayor manifestación contra el Botánico, sacando a decenas de miles de personas en la calle. Síntoma de la capacidad de respuesta de la red concertada, que vuelve a activarse con la reforma de la Lomloe.
-¿Cómo han recibido las primeras sentencias?
-Con enorme satisfacción, porque ponen de manifiesto que no se pueden cambiar las reglas del juego a conveniencia. Nos queda la sensación de que la justicia, aunque sea lenta, acaba siendo justa. Siempre hemos creído que teníamos razón y hemos trabajado movidos por la defensa de los intereses del alumnado. Quiero dar las gracias a las familias que nos apoyaron, a las direcciones y titulares de los centros que trabajaron para conseguirlo y a la Federación Católica de Apas (Fcapa) y al sindicato USO, que nos apoyaron desde el principio.
-¿Qué queda de la plataforma?
-Está en 'standby', lo que no quita que en cualquier momento pueda volverse a activar. Buscábamos generar una sensibilización social, conseguir que la sociedad valenciana entendiera que lo sucedido era una injusticia y una arbitrariedad. Parecía que éramos pocos centros afectados (21) dentro del total, lo que nos hacía pensar que fue una decisión más arbitraria si cabe.
-¿Cómo explica que se consiguiera semejante movilización?
-La primera sensación fue de inseguridad. Pero cuando llegamos a Porta de la Mar (el punto de reunión) no paraba de venir gente. En el fondo todos los que creen en un modelo educativo donde exista posibilidad de elección, sin que se pongan barreras, se vieron afectados directa o indirectamente. Era la idea de que aquel año había sido otro centro el afectado, pero al siguiente podía ser el mío. Eso hizo que la gente reaccionara. Recuerdo que en la manifestación se decía «enseñanza pública sí, concertada también». Siempre defendimos esa complementariedad, que en aquel momento vimos amenazada.
-Ahora esa condición también se cuestiona con la reforma educativa en fase de tramitación.
-El origen de nuestra lucha era la arbitrariedad y el ataque a la concertada, aunque fuera contra unos pocos centros. Pero la reforma de la Lomloe es un ataque frontal a su línea de flotación, es relegarla a la mínima expresión. Es privar a las familias del derecho a elegir el modelo educativo que quieren para sus hijos. Estamos empezando a movilizarnos. La convocatoria de 'Más Plurales' fue tendencia el jueves (con 150.000 mensajes en Twitter), síntoma de que la gente está dispuesta a moverse. Tenemos que volver a pelear porque son muchos aspectos en conflicto: deja en segundo plano el esfuerzo, la Educación Especial, el tratamiento de las lenguas vehiculares...
-¿Cómo afectó a la Purísima la eliminación de fondos para sus dos líneas de Bachillerato?
-Solo teníamos dos opciones. O luchábamos por defenderlo o lo dejábamos morir. Muchas familias nuestras no podían permitirse un modelo privado. Hay muchos estereotipos equivocados con la concertada: que si nos quitamos alumnos que no queremos, que sólo es para gente pudiente... No es así. Seguimos los criterios de matriculación comunes y atendemos a gente de nuestras zonas, donde también hay familias con recursos limitados y niveles socioculturales bajos que quieren nuestro modelo. Al final el colegio y la congregación asumieron el riesgo judicial con medidas cautelares, el recurso, el aval...
-A su juicio, ¿cómo debería proceder la conselleria con los recursos de casación pendientes?
-Quizá debería retirarlos. Han tenido dos sentencias contrarias, con un revés importante, y el resto deben ir en el mismo sentido. Ayudaría a cerrar esta herida.
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