Aparece un cañón de hace un siglo en las Hoces del Cabriel

Pero ahí estaba, hundido en el río Cabriel, entre sedimentos pero, de repente, a la vista desde la superficie. Claro está, para alguien que estuviera transitando por el curso fluvial. Como es el caso de este experimentado aventurero que regenta la empresa Kalahari, ubicada en Venta del Moro. Zapa ha sido uno de los pioneros en España en el descenso de aguas bravas con paddle surf.

Una actividad deportiva, precisamente, se ha convertido de repente en un hallazgo de cuyo valor deberían estimar, en todo caso, expertos en patrimonio. Porque Zapa y su equipo llevaban cinco días en un curso de instructor de paddle surf en aguas bravas. Fue después de transitar por el tramo más técnico y complicado de las Hoces del Cabriel cuando llegaron al punto por donde pasan casi todas las semanas y algo les llamó la atención. Las aguas cristalinas del río les permitieron ver el cañón hundido.

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Su rescate es costoso. Lo primero que ha hecho Zapa es poner en conocimiento de la Guardia Civil el singular hallazgo. Incide en que debe llevar décadas, bastante más de un siglo, hundido en el río. ¿Y por qué ha permanecido oculto al ojo humano hasta este verano de 2023? «Según hemos podido observar, está todavía recubierto de sedimentos. Ha permanecido enterrado en el lecho del río Cabriel durante muchos años», señala este experto en deporte en cursos fluviales.

«Este año ha bajado mucho agua, por lo que se ha llevado parte de esos sedimentos, y eso es lo que creemos que ha dejado a la vista el cañón», precisa. Una vez puesto el hallazgo en conocimiento de las autoridades, estas deben decidir cómo se lleva al rescate. «Se trata de una zona de difícil acceso. Sólo para llegar, desde la Venta del Moro hasta un punto y bajando por el río se tardan más de tres horas», comenta Zapa. Una alternativa es engancharlo con un helicóptero, algo que se antoja sumamente costoso y se necesitaría también un equipo en el río.

La otra alternativa es montar una expedición. «Nosotros podemos remolcarlo por el curso del Cabriel hasta un puente, el de Valdocañas, que está unos 6 kilómetros río abajo. Allí habría que sacarlo con una grúa», explica Zapa. La operación, tal como la concibe él, sería toda una aventura: extraerlo del lecho y subirlo a una balsa de rafting. «Es un objeto de 1.000 kilos. Habría que ir muy despacio, evitando sobre todo que se atasque… hay que tener en cuenta que eso debe pesar en torno a 1.000 kilos», indica.

Ahora el hallazgo está muy reciente y su rescate, en el aire. Además de a la Guardia Civil, este aventurero también se ha puesto en contacto con el Museo Militar. Conocedor de la zona, él descarta que pertenezca a la Guerra Civil –«no pasó por aquí»–, y se decanta más por las guerras carlistas o la Guerra de la Independencia. «Se han quedado sorprendidos cuando han visto la fotografía. Ahora la van a analizar sus expertos y deben decidir qué hacer con él», comenta. En todo caso, si la intención es sacarlo de las Hoces del Cabriel, Zapa recomienda tomar una decisión con celeridad: en pocas semanas el río llevará menos aguas y remolgar un cañón de este peso ya será una misión imposible.