Imagen falsa, generada por IA LP

No, no ha aparecido ningún bebé solo en Catarroja ni el parking de Bonaire tiene tickets: los bulos tras la riada

La desinformación y los bulos campan a sus anchas por las redes sociales, condicionando la opinión pública ante un desastre como la DANA de Valencia

M. Hortelano

Valencia

Miércoles, 6 de noviembre 2024, 18:13

No. En Catarroja no ha aparecido estos días un bebé vivo, refugiado en un coche. Como tampoco existen los padres que lo habían perdido y que se reencontraron con el pequeño, rubio, sin una sola mancha de barro, al que cogía en brazos un bombero, ante el aplauso de tuiteros e instagramers, que se aferraban al milagro. Primero se difundió el bulo y unas horas después se complementó con una imagen generada por Inteligencia Artificial. Surgió en Twitter, donde una supuesta vecina de la localidad, que hasta ese momento había compartido información de las tareas de limpieza del municipio, subió un mensaje diciendo que había aparecido un bebé, al cuarto día de la DANA, y no se sabía nada de sus padres. El tuit corrió como la pólvora. El milagro se había obrado. Una buena noticia en un momento en el que los muertos ya estaban en 200. Pocas horas después, aparecieron los padres. Nuevo éxtasis. A día de hoy, el tuit ha sido borrado. Pero la noticia cobró vida propia. La falsa confirmación llegó gracias a la IA. ¿Como iba a ser mentira algo que estábamos viendo con nuestros propios ojos? Pues lo era. Ninguna fuente oficial en Catarroja sabía nada de ningún bebé rescatado solo ni de el reeencuentro con unos supuestos padres. Así nació uno de los bulos de esta situación. Y en este caso, era una buena noticia. Algo a lo que aferrarnos ante tanta devastación.

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16 personas en un sótano de Chiva. Lo mismo ha sucedido con otros tantos temas. Positivos y negativos. Tampoco aparecieron en Chiva 16 personas vivas, en un sótano, cuatro días después de las lluvias torrenciales. Tampoco lo hicieron muertas. Simplemente, esas personas no existían. La noticia, que se llegó a publicar en algunos medios, no era real. Pero daba esperanza en un momento, el domingo, en el que todo eran malas noticias.

El parking de Bonaire no era un cementerio. En algunos casos, los bulos buscan enfadarnos, cabrearnos, insistir en la idea negativa del desastre. Pero en otros, también conmovernos, apelar a nuestras emociones más primarias. Por eso, el audio de un supuesto militar de la Unidad Militar de Emergencias (UME), llorando, desconsolado, por lo que estaba viendo en el parking del centro comercial Bonaire, en el que según decía, no paraban de sacar cadáveres, y se había convertido en un gran cementerio, se viralizó por whatsapp, con un falso pantallazo. Aquí, no sólo podíamos leer la conversación. Es que podíamos escuchar la voz de ese supuesto agente. ¿Cómo iba a ser mentira? Pues lo era. Y en el parking subterráneo del centro comercial Bonaire han finalizado los trabajos de revisión de los coches y, afortunadamente, no ha aparecido ninguna víctima mortal. Este aparcamiento ha sido especialmente seguido. Precisamente porque todas las miradas se habían puesto sobre él por la cantidad de bulos que se habían difundido sobre decenas de aspectos. Empezando por su capacidad y siguiendo por los cientos de tickets que, segun los difusores, se habían sacado ese día para meter el coche. También falso. El parking de Bonaire es gratuito y no da tickets. Pero en momentos de incertidumbre, la mentira suena realista. Eso, aunque las fuentes oficiales, representadas en los organismos que se encargan de la gestión de la emergencia digan lo contrario: que no hay muertos ahí. Como tampoco los había en el parking de otro centro comercial, MN4, en Alfafar.

En el paso subterráneo de Alfafar no había muertos. Lo mismo sucedió en el paso subterráneo de Alfafar, donde los bomberos no encontraron ningún fallecido en la pila de coches que se amontonó en el túnel. Ahí había mensajes de vecinos que decían haber visto sacar decena de cadáveres. «Los medios nos están engañando, no lo cuentan», venían a decir. Lo cierto es que los efectivos de Emergencias lo desmintieron. No había muertos entre esos coches. Pero en este caso, ¿cómo un inocente vecino iba a engañarnos? La realidad es que ni existe el vecino ni es tan inocente. Otro bulo para amplificar la desgracia y extender la desinformación.

Las palabras que Sánchez no dijo. Ha sucedido también con las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para brindar los medios necesarios para paliar los efectos de la DANA. Un largo 'speech' que quedó acortado en un falso «Si quieren ayuda, que la pidan». La frase nunca la pronunció. Por contra, acudiendo al video completo, dijo: «El Gobierno central está listo para ayudar. Si (la Comunitat) necesita más recursos, que los pida. No hace falta priorizar unos municipios sobre otros ni jerarquizar tareas. Se prioriza cuando, cuando faltan medios. Y ese, ese no es el caso. No tiene que pasar. Por tanto, si la Comunitat Valenciana requiere más efectivos, maquinaria, financiación o asesoramiento técnico, lo que tiene que hacer es pedirlo y se le suministrará, como se está haciendo, inmediatamente». Pero la frase, acortada, ha sido gasolina en redes. De Sánchez, incluso, se ha llegado a vender el supuesto palo con el que se le golpeó en la espalda, el domingo, durante su visita a Paiporta, por 2.300 euros.

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No era la comitiva de los Reyes. De ese día, también hay bulos. Como el que se difundió, con la imagen de una supuesta comitiva de coches de policía, que abría paso a los Reyes durante su visita a la localidad de l'Horta. Esa imagen, se propagó como la pólvora en redes, con textos que aseguraban que esa ristra de coches de policía escoltaban a las autoridades para llegar al pueblo, utilizando recursos públicos que no se dedicaban a la emergencia. Otra falsedad. Los coches de policía pertenecían a la policía local de Madrid, que se había desplazado para ayudar en las tareas de limpieza de las zonas afectadas.

El barranco no se vuelve a desbordar ni el experto es tal. Tampoco se volvió a desbordar un barranco en Aldaia, el domingo, ni el experto que dijo en redes que se habían destruido 30 embalses en Valencia es un extrabajador de la presa de Tous, como se le atribuyó. Sino un exmiembro del sindicato Manos Limpias.

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Los bulos: «Creer lo que queremos creer»

El catedrático de Periodismo de la Universitat de València, Guillermo López, asegura que la opinión pública se ha vuelto «cada vez más diversa y fragmentada». Los medios de comunicación y los portavoces públicos, analiza, no tienen la misma capacidad que tenían en el pasado para llegar al conjunto del público. «Cada uno selecciona y accede a la información a la que quiere acceder. En muchos sentidos: el público selecciona sus fuentes, sus temas de interés, y los enfoques que le interesan y a los que presta atención, en un escenario caracterizado por la diversidad de la oferta: no sólo hay muchos mensajes, sino que cualquiera puede enviarlos y potencialmente llegar a mucha gente».

«Mucha gente cree lo que quiere creer, y tampoco se molesta demasiado en comprobar si lo que cree es cierto. De hecho, muchos, aunque lo comprueben, prefieren quedarse con aquellos elementos que les confirmen que algo podría ser cierto, lo que llamamos el sesgo de confirmación. Si tú quieres creer que algo es cierto, buscas la información y las opiniones que te refuercen esa percepción, ya sea Iker Jiménez o el primo de tu cuñada, que supuestamente fue testigo privilegiado de un acontecimiento en el que crees que nos han ocultado la verdad«, explica el profesor. Así que el paso desde un rumor («puede haber cientos de muertos en Bonaire») a un bulo («hay cientos de muertos en Bonaire») es muy sencillo, una vez otras personas, a menudo de confianza, nos refuerzan en lo que ya pensamos, cuenta López. »Y a veces nuestras creencias son tan fuertes que resisten sin dificultades los desmentidos oficiales («hay cientos de muertos en Bonaire, pero no nos lo quieren decir para no alarmar a la población»)«.

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«Es importante entender que los bulos no funcionan siempre, como a veces se cree, fabricándolos desde un malvado sótano ubicado generalmente en Siberia, donde espías y bots rusos se dedican a difundirlo de la nada. Los bulos a menudo nacen del rumor social, como una distorsión del rumor, y en todo caso crecen y se extienden por el concurso de muchas personas que, con su mejor voluntad, creen, literalmente, lo que quieren creer», cuenta el catedrático de Periodismo.

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