Las salas de espera están llenas constantemente, se quedan pequeñas ante la llegada cada vez de más gente. El hospital Arnau de Vilanova es con ... diferencia el que más ha aumentado su población en la Comunitat. En los últimos cinco años el incremento ha sido de 30.000 habitantes, muy por encima de lo que han crecido otros centros valencianos. El problema es que el edificio no se ha ampliado, ni tampoco hay una obra en proyecto, como sí ocurre con el Clínico o el General, por lo que el hospital cada día que pasa se queda más pequeño.
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Además, el incremento de profesionales para atender la demanda no va en consonancia con lo que se ha disparado el número de pacientes y los sindicatos lamentan que la mayoría de sanitarios que se han incorporado en los últimos años son refuerzos puntuales en épocas de pico de gripe para poco tiempo, pero no contrataciones fijas estructurales. Y esta combinación de muchos pacientes, poco personal y salas pequeñas deja continuas aglomeraciones tanto en Urgencias como en las distintas plantas del centro.
El Arnau está en Valencia ciudad pero atiende a la población de varias comarcas de la provincia. El crecimiento de muchas de estas poblaciones en los últimos años, como es el caso de Paterna, que ha multiplicado sus habitantes y ya supera los 76.400 (ha sido considerada gran ciudad desde este 2025, y en 2020 no llegaba a 70.000), o de otras como Bétera, Burjassot o L'Eliana tensionan cada día la capacidad de asistencia de este hospital.
Antes de la pandemia el centro tenía una población asignada a su departamento de 319.000 personas, mientras que ahora con ese aumento de habitantes llega ya a las 350.000, un aumento muy superior a los 19.000 del General y más del doble del incremento que han tenido en este tiempo el Clínico y La Fe. Y una situación que en este 2025 y en el futuro próximo seguro va a continuar en esta línea ascendente.
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El motivo es que los precios desorbitados de la vivienda en Valencia ciudad empujan a muchos ciudadanos a irse a vivir a estas localidades de la zona norte, muy próximas a la capital, bien comunicadas y con precios más asequibles. Además, la dana ha dejado toda la zona sur con posibilidades de crecimiento inmediatas casi nulas, mientras que en estas poblaciones del área del Arnau, que no se ha visto afectada por la riada, se están construyendo varias promociones de edificios que van a albergar a muchos valencianos más.
En 2022 fue la última vez que hubo un incremento de profesionales, con unos 300 entre médicos, enfermeros, auxiliares y administrativos que los sindicatos ven insuficiente y consideran que se debería aumentar otra vez el personal. «Hacemos más técnicas, más pruebas, más cirugías, aumentamos población, pero no el personal y el que hay ya no da para hacer más horas, van al máximo. El personal está asumiendo la carga del incremento de pruebas y mejoras para el paciente pero a costa de ser los mismos profesionales», indican los delegados de CSIF en el Arnau.
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«Este hospital se ha quedado muy pequeño. La dirección del departamento ha pedido más refuerzos, pero Sanidad sólo da sustituciones puntuales. Ahora hay mucha más carga de trabajo que hace unos años, y de hecho han tenido que habilitar despachos para poner camas porque cada día se producen más ingresos», añaden en este sindicato. Los delegados calculan que harían falta al menos 30 profesionales entre enfermeras y auxiliares, además de médicos.
Además, los delegados de CCOO en este hospital explican también que se requiere «mucho más personal para cubrir las necesidades de la población cada vez más numerosa, para ofrecer una asistencia de calidad y reducir las listas de espera a todos los niveles de atención». Se trata de un hospital con 495 camas que se quedan cortas habitualmente para la demanda. Aunque el centro ha ido ampliando su cartera de servicios, apuesta por la cirugía robótica, dispone de quirófanos con técnicas nuevas para no tener que derivar pacientes a La Fe, de Radiología intervencionista, pero le falta personal y espacio para poder desarrollarlo mejor.
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Según indican en CSIF, esta pasada semana han llegado a tener 30 pacientes esperando un ingreso, cifra que aumenta en épocas de picos de enfermedades respiratorias, cuando se saturan las plantas de Interna y Neumología con rapidez. El problema es que carecen de zonas donde acomodar a esas personas durante horas. «No se puede ampliar espacio para que los pacientes estén esperando, tienen que buscar salas, despachos o los mismos pasillos para hacinar a los pacientes», dicen en el sindicato. «Y las puertas de Urgencias son un caos. Se intenta hacer un parche detrás de otro, pero es un área que se ha quedado muy pequeña», apuntan las representantes sindicales.
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