![Los arroceros empiezan a sembrar sin el agua que prometió el Gobierno hace casi tres meses](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/04/29/albufera-RgKoN3bRH8xhAvyCJxGajhJ-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Han pasado casi tres meses desde que el 19 de febrero, tras la reunión de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, con el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, se anunciara el envío de una remesa de agua extraordinaria para la Albufera ... .
Hasta el momento nada se sabe del cumplimiento de esta promesa. Preguntado por este periódico, el ministerio mantiene su silencio. Desde la Confederación Hidrográfica del Júcar, sin precisar la fecha en la que se puede producir el envío, señalan que están trabajando con la Conselleria de Medio Ambiente en la elaboración de un protocolo que permita concretar las remesas de agua a la Albufera. Las mismas fuentes han precisado que en un par de semanas hay prevista celebrar una reunión con varios de los responsables de la Dirección General del Medio Naturalpara tratar varios temas de actualidad. «Nuestra intención es la de avanzar en este protocolo y encontrar una solución viable y eficaz para todas las partes implicadas», han indicado.
El envío previsto era de diez hectómetros cúbicos comprometidos por la ministra para el lago. El Consell también ha pedido al ministerio que agilice la llegada de estos recursos. La propia consellera de Medio Ambiente, Salomé Pradas, lo volvió a reclamar en el curso de la reunión del Consejo Nacional del Agua de principios del mes de abril. Hasta ahora no ha habido respuesta ni se ha precisado una fecha para la llegada del agua prometida.
La falta de agua es un problema que afecta a la Albufera desde hace tiempo. Pero este año se ha visto agravado por la grave situación de sequía que afecta a la Comunitat y a otras regiones españolas. La ausencia de lluvias ha repercutido en el lago e hizo que en noviembre, en plena inundación invernal, los niveles bajaran peligrosamente. Se tuvo que recurrir a un envío de socorro por parte de la Acequia Real del Júcar que suministró algo más de seis hectómetros cúbicos.
A todo esto se unió un problema de coloración de las aguas que se volvieron marrones provocadas por una alga que cambió el color habitual de la laguna.
La situación mejoró en algo tras el envío de la Acequia Real del Júcar. Pero esta cantidad se ha revelado insuficiente. Tanto la Generalitat como los regantes han recordado que el Plan de Cuenca del Júcar establece que cada año deben llegar a la Albufera diez hectómetros cúbicos procedentes del Júcar y otros diez desde el Turia. Los diez hectómetros prometidos por el Ministerio para la Transición Ecológica sólo cubren una parte del agua que tendría que recibir anualmente el lago.
Esto quiere decir que si el ministerio autorizara el envío de los diez hectómetros prometidos aún faltarían otros diez para cumplir a la letra el Plan de Cuenca del Júcar sobre las remesas de agua a la laguna del parque natural.
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La Albufera en estos momentos está especialmente necesitada de agua ya que ahora se ha producido el desagüe de los campos y la marjal se ha quedado seca. Los agricultores empezarán la semana que viene con la siembra del arroz sin que se haya concretado si se realizará el envío al que se comprometió el Ministerio para la Transición Ecológica.
Una vez que se termine la siembra se volverán a llenar de agua los campos con la inundación primaveral y así permanecerán hasta el verano cuando se preparan los arrozales para la cosecha. Los agricultores consideran que hay suficiente agua para esta campaña pese a la situación de sequía. «No creo que tengamos problemas», ha explicado José Pascual Fortea, delegado de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) en el sector arrocero.
En el mismo sentido se ha pronunciado, José Fortea, secretario general de la Junta de Desagüe, que ha lanzado un mensaje de tranquilidad sobre la disponibilidad de agua. También ha señalado que los niveles de agua en la Albufera son altos porque en estos momentos el mar no permite que se suelten recursos por la corrientes de fondo. «El mar no quiere el agua. La devuelve», explica Fortea. Según fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente, el nivel actual es cercano a 25 centímetros cuando el mínimo permitido en esta época del año es de diez.
Otra preocupación para los agricultores es la presencia de flamencos en el parque natural. Estas aves con sus largas patas causan un gran perjuicio a los campos recién sembrados como los cultivadores pudieron comprobar el año pasado. Remueven la tierra y esparcen las semillas. En este momento, no hay un elevado número de estas aves en el parque natural, pero los agricultores no se fían y han preparado una serie de medidas para contrarrestar su presencia como la colocación de luces por la noche para espantarlos. «Estoy revisando las baterías», ha puntualizado un regante.
La presencia de estas aves en el parque natural provocó el malestar de los agricultores que calcularon que el daño que podían causar ascendía a un 30% de la cosecha. Además, los cultivadores de arroz recalcan que desde hace casi dos años no han recibido indemnizaciones por los perjuicios provocados por estas aves.
Por otro lado, las obras de los tanques de tormenta en el entorno oeste del parque continúan sin novedad y se espera que estén terminados antes de que concluya el año. Estas obras acumulan un retraso de doce años en su ejecución pese a ser de vital importancia para evitar que el agua sucia entre en el parque.
No fue hasta 2010 cuando se iniciaron los trabajos de estos depósitos paralelos a la Pista de Silla. El plazo de finalización previsto fue el 2015. Casi diez años después las obras continúan. Tras su comienzo, las actuaciones se paralizaron por un error en el proyecto de construcción dos años después, en 2012. Lo que parecía una demora a corto plazo, se convirtió en un parón de nueve años.
Las obras de los tanques se reiniciaron en septiembre de 2021 y la previsión era terminarlas a mediados de 2023. Pero no ha sido así. El plazo de finalización se retrasó hasta mayo de 2024. No fue la última demora ya que recientemente el fin de los trabajos se ha pospuesto hasta el tercer o cuarto trimestre de este año.
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