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Oltra, a la izquierda, y Toro, a la derecha, ayer durante el acto de clausura de la asamblea de Aerte. LP
La asamblea de residencias carga con dureza contra Oltra

La asamblea de residencias carga con dureza contra Oltra

La vicepresidenta del Consell denuncia en la clausura del acto que se le había preparado «una encerrona»

F. RICÓS

Jueves, 22 de octubre 2020, 00:06

La vicepresidenta primera del Gobierno valenciano y titular de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, no está habituada a ser la invitada para clausurar una asamblea de empresarios, en este caso la de las residencias de mayores, Aerte, y convertirse en el foco de las críticas. Eso fue lo que se encontró ayer en la reunión anual celebrada por la patronal de los geriátricos en el salón de actos de la Confederación Empresarial Valenciana.

Oltra no se podía creer lo que estaba oyendo. El encargado de presentarla, José María Toro, presidente de Aerte, lejos de emplear una fórmula habitual de cortesía, le echó en cara a la vicepresidenta que estuviera dos meses sin reunirse con ellos en lo peor de la pandemia, la desconfianza que la propia Oltra genera con sus declaraciones sobre el sector privado de las residencia que es un 70 %, que hayan estado esperando entrevistarse con el secretario autonómico encargado de los geriátricos, Rubén Sancho, «y estamos esperando cuatro semanas a que nos responda a lo que le planteamos, cuando a nosotros lo que se nos pide es para mañana o enseguida».

Toro continuó con sus reclamaciones ante el estupor de Oltra, que se acomodaba las mascarilla cada dos por tres y escuchaba atentamente. «No tiene sentido que nos concedan una ayuda (10,7 millones) sin sentarse con nosotros para saber qué necesita el sector», incidió el presidente de Aerte. «Nunca hemos pedido ayuda sino que se cumpla la ley y los contratos firmados», dijo.

«No estoy acostumbrada a que te inviten a una casa y te digan del mal que tienes que morir», protestó Mónica Oltra

También recordó que la Sindicatura de Cuentas defiende que la gestión privada de las residencias ofrece mayor calidad a menor coste que la pública.

Eso sí, José María Toro tendió la mano cuando expuso a Mónica Oltra que han tenido muchas divergencias «pero tenemos que recuperar la interlocución real».

La vicepresidenta, una vez con el uso de la palabra para cerrar la asamblea anual de Aerte, indicó de manera irónica que se sentía «feliz» por la «valentía» mostrada por Toro, y dejó claro que no está acostumbrada «a que te inviten a una casa y te digan del mal que tienes que morir». «He venido porque me han invitado. Sólo pido un poco de respeto y cortesía», incidió en otro momento.

La vicepresidenta aseguró que llevaba preparado un discurso institucional, pero ante la «atípica presentación» anunció que lo iba a variar porque «no he venido a debatir ni a que me interpelen. No puedo hacer un discurso de lo bonito que es todo, que es lo que iba a decir». Hasta tal punto llegaba su enfado que calificó el acto de «encerrona», y dijo al respecto: «Yo no soy un toro». No se sabe bien si aludía a un encierro taurino o directamente al apellido del presidente de Aerte.

Oltra reconoció que las residencias lo pasaron mal al principio por la falta de material de protección (guantes, mascarillas y equipos EPI) «y quería agradecerles que siempre estuvieran ahí». También destacó que en esta segunda ola de Covid se ha pasado de que hubiera 57 centros con positivos a mediados de septiembre «a 30» ahora.

La numero dos del Consell dijo que había acudido para compartir con los asociados de Aerte el decreto de ayudas a las residencias, el nuevo modelo residencial en el que se esta trabajando, «que una residencia no es un hospital, es un hogar», señaló. «Iba a decirles que seguimos contando con ustedes», indicó.

Y a renglón seguido, Oltra enfiló su discurso hacia su presentador, José María Toro, al que no nombró en ningún momento de manera directa, aunque sí indirecta: «ustedes eligen la representación, el tono y la interlocución. Ustedes eligen el nivel de complicidad, de respeto y cortesía». Fueron unas palabras que algunos de los presentes tomaron como que pedía la cabeza de Toro.

«Si había poca interlocución sólo tenían que haber pedido una reunión. Ni una sola petición de reunión se ha quedado por celebrar ni una llamada, whatsapp o correo se ha quedado por contestar», dijo en referencia a Toro. «Mi puerta, whatsapp, correo y mi equipo están a disposición de ustedes 24 horas, 365 días al año», indico a los empresarios.

No hubo un solo aplauso del público hasta que Mónica Oltra abandonó el salón de actos de la CEV. Y fueron muy tímidos esos aplausos.

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