![El jurado declara culpable de asesinato, violación y profanación de cadáver al acusado de matar a su amiga en Chella](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202007/23/media/cortadas/chella2-ka6D-U110883707199TDF-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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El jurado considera que Rubén Maño es culpable del asesinato, doble agresión sexual y profanacion del cuerpo de su amiga Vanessa Ferrer en 2016. En la confirmación de todos los delitos ha habido unanimidad, de lo que se derivará una sentencia a prisión permanente revisable que mantendría al asesino al menos 25 años en prisión.
El tribunal popular ha llegado a esta decisión tras deliberar sobre el objeto del veredicto, con nueve hojas y cerca de 30 cuestiones para resolver sobre el caso, incluyendo los hechos y circunstancias que podrían modificar la responsabilidad del acusado, atenuantes y agravantes.
Los hechos se remontan al 26 de octubre de 2016. Rubén Maño, de 20 años cuando ocurrieron los hechos, se enfrentaba a la máxima pena de nuestro sistema jurídico, la prisión permanente revisable, condena que reclamaba tanto la Fiscalía como la acusación particular que representa a la familia de la víctima.
Durante el juicio, que arrancó la semana pasada, el sospechoso guardó silencio a las preguntas de las acusaciones. La versión que trató de sustentar es que todo fue un accidente: que ella acudió a un encuentro con él sin engaño alguno, que consumieron drogas y que sobrevino una discusión en la que acabó estrangulándola. Luego, mantuvo la defensa, «entró en pánico y shock» y decidió lanzar el cuerpo a una sima. Por estos hechos el abogado de Rubén pidió que cumpliera cuatro años de cárcel por homicidio imprudente y que se aprecie como circunstancia eximente su consumo de drogas el día del crimen y un supuesto trastorno mental transitorio.
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Nada que ver con las contundentes versiones que han mantenido, casi a la par, fiscalía y acusación particular. Según la acusadora pública, Rubén contactó con la joven Vanessa para que acudiera al antiguo domicilio de su familia. En el mensaje de móvil no le dijo que estaba solo, sino en compañía de unos amigos, con la intención de que la adolescente confiara. Una vez en la vivienda, que no tenía luz, el acusado propuso mantener relaciones sexuales, pero la chica se negó, según las acusaciones.
A partir de ese momento, siempre según ha mantenido la fiscal, Rubén dio rienda suelta a su brutalidad machista: la golpeó varias veces en el rostro hasta dejarla medio inconsciente para luego llevarla a un dormitorio alejado de la entrada de la casa. Allí la violó presuntamente en dos ocasiones. Para la acusadora pública, el joven actuó movido por su «superioridad y dominación masculina». Apreciaba una «discriminación por razón de género» en el caso. De hecho, recordó que esa misma noche envió varios mensajes a otras mujeres pero fue Vanessa la primera que le contestó.
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Según la fiscal, Rubén acabó estrangulando a Vanessa. Minutos después, pidió a un amigo que le dejara el coche y «no le preguntara los motivos». Al filo de las once de la noche, su colega acudió a la vivienda sin saber qué había sucedido y aparcó allí el automóvil como el sospechoso le había pedido. Rubén envolvió el cuerpo de la víctima con un edredón y lo introdujo en el maletero.
Por último, y esta parte del relato no la contradijo el acusado, se dirigió a una sima que rodea el municipio, a unos 300 metros del escenario del crimen y con una profundidad de 30 metros. Allí, entre la espesura del monte, arrojó el cadáver. En el mismo punto en el que, años atrás, los lugareños se deshacían del ganado muerto.
La fiscal consideraba a Rubén autor de un delito de violación a una menor de 16 años por el que pide 15 años de prisión, un asesinato que merece la prisión permanente revisable y una profanación de cadáver por la que debería pasar tres meses en la cárcel. También pidió que indemnice con 230.000 euros a la familia de la víctima.
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