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La propuesta (Con)fluir ha sido elegida como la ganadora para llevar a cabo el desarrollo del Parque de Desembocadura. La noticia se conoció ... hace unos días. Detrás de este proyecto está el despacho de arquitectura de Carmel Gradolí y Arturo Sanz que, junto a un equipo de colaboradores en los que hay técnicos y paisajistas, han plasmado su propuesta para ajardinar, renaturalizar y urbanizar la desembocadura del viejo cauce del río Turia. Un adjudicación que reportará a la propuesta ganadora 1.072.600 euros, impuestos incluidos.
La gran peculiaridad de este proceso es que era un concurso de proyectos con intervención de un jurado con el fin de que profesionales y miembros de especial relevancia pudieran elegir la mejor propuesta. El tribunal estaba presidido por el alcalde de Valencia, Joan Ribó, que posteriormente, y según le permite la normativa, delegó esta responsabilidad en David Estal, su asesor de cabecera de urbanismo en el Ayuntamiento desde principios de agosto de 2019.
Y en ese momento es cuando se establece la conexión entre los ganadores del concurso, el despacho Gradolí&Sanz Arquitectos, y el presidente del jurado. David Estal, como es sabido y él mismo reconoce en su currículum, se formó en la empresa de los ganadores y firmó junto a ellos varios proyectos, por ejemplo, de rehabilitación de viviendas y construcción de edificios.
Una de las obras más reconocidas en la que participaron Gradolí, Sanz y Estal es en la construcción del centro cultural de La Rambleta. De la misma manera que los tres también colaboraron en la construcción de una casa en Bixquert, mientras que Estal y Sanz también firman la rehabilitación de un casa en el Cabanyal. Estos son algunos de los ejemplos de conexión entre el presidente del jurado que eligió el proyecto ganador y la empresa que se impuso al resto para elaborar el nuevo espacio del parque de desembocadura.
El concurso se dividió en dos fases. En una primera se seleccionó a los participantes, y la segunda se dividió en dos subfases. En esta última parte, las firmas no podían presentar sus proyectos bajo la firma del despacho, sino que debía figurar sólo el lema de la propuesta –en este caso la ganadora lo hizo bajo el lema (Con)fluir–. El objetivo era que las ideas presentadas fueran anónimas hasta que el jurado presidido por David Estal fallara a favor de un ganador. El pliego establecía que no podía haber ninguna comunicación entre los miembros del jurado y los responsables de los despachos de arquitectura. Además, según el artículo 187 de la Ley de Contratos del Sector Público, el jurado estaría compuesto «por personas físicas independientes de los participantes en el concurso de proyectos». Durante el proceso se determinó que ninguno de los miembros del jurado incurría en situación de incompatibilidad.
En la primera fase del concurso, de las 17 propuestas presentadas, la de Gradolí&Sanz ocupaba la segunda posición con 84 puntos, dos por debajo de Sendes d'Aigua (86) y uno por encima de Riu-Diversitat (83). Estos proyectos pasaron a la final junto a Verd Marí (79) y Ombra, Riu, Conviu (77). Fueron las cinco finalistas.
El 3 de marzo de 2023, el jurado se volvió a reunir, y «tras un intenso debate», según refleja el acta, se decidió la propuesta ganadora en base también a los criterios vecinales. (Con)fluir, la idea vencedora de los excolaboradores del presidente del jurado, David Estal, se fue hasta los 92 puntos, por encima de los 87 de Verd Marí. Sendes d'Aigua (81), Ombra, Riu, Conviu (75) y Riu-Diversitat (67), que completaron el listado. De esta manera, Carmel&Gradolí lograron el concurso para la dirección de proyecto y dirección facultativa del parque de desembocadura.
Valoración de las finalistas
En el acta de valoraciones, donde se adjudicaron a (Con)fluir los 92 puntos que le hacen llevarse el concurso, el jurado concluyó que esta propuesta «reúne las aspiraciones ecológicas y medioambientales que la ciudad tiene para el presente y el futuro, garantiza un paisaje natural de transición con la zona portuaria y al mismo tiempo ofrece un diseño excelente con el entorno de Nazaret».
Para el jurado, presidido por David Estal, se trató de una propuesta sencilla y que resolvía todas las condiciones reflejadas en las distintas fases del concurso. «Propone un bosque urbano con predominio de la naturaleza donde los elementos construidos o urbanizados tienen un papel secundario. Además, varios espacios se conciben como un plató para el uso de la ciudadanía», señala el acta.
Verd Marí fue la segunda propuesta en la votación final. El jurado penalizó de este proyecto el hecho de que los sistemas vegetales presentados estaban poco trabajados, y había un exceso de pavimento duro. De Sendes d'Aigua, la tercera oferta en el resultado final y la más valorada en la primera fase, el jurado percibió una saturación de espacios con usos definidos y generó dudas la propuesta de la playa artificial. A Ombra, Riu i Conviu le penalizó el exceso de pasarelas y la playa artificial. Por último, Riu-Diversitat, que logró la tercera puntuación en la primera fase del concurso, muy penalizada por asumir que una salida natural del río al mar es inviable. Al final, el jurado presidido por Estal, optó por la idea de Gradolí&Sanz.
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