«Me asusté mucho cuando noté las piedras de cocaína en mi cuerpo»

El relato es estremecedor. La joven podría haber muerto como Marta Calvo y otras dos mujeres, pero sobrevivió a una peligrosa cita sexual con el narcotraficante Jorge Ignacio P. J. al darse cuenta de que tenía en sus genitales varias piedras de cocaína, algunas de ellas del tamaño de media falange de un dedo. Su testimonio fue incluido en la causa abierta por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Alzira para esclarecer la desaparición y muerte de Marta.

Otras cuatro mujeres han realizado declaraciones similares sobre los peligrosos vicios sexuales de Jorge Ignacio, el hombre que confesó haber descuartizado el cadáver de la joven de Estivella. Ninguna de ellas dio su consentimiento para que les metiera cocaína en sus órganos genitales, y todas identificaron plenamente al narcotraficante colombiano como el individuo que las intoxicó con droga o intentó hacerlo. Sus testimonios son clave para poder acusarlo de un delito de homicidio tras las muertes de Marta Calvo y otra joven que consumió cocaína con este delincuente en una casa de citas de Ruzafa.

«Contactó conmigo por wasap y acepté ir a su casa en Manuel después de intercambiar varios mensajes con él, aunque no suelo hacer servicios fuera de Valencia. Me recogió con su coche, un Audi de color gris grande, junto a una gasolinera de la avenida del Puerto y durante el trayecto me dijo que se dedicaba a la construcción y la fontanería», declaró la prostituta ante la Guardia Civil.

Una vez en la vivienda, Jorge Ignacio le enseñó una piedra de cocaína y le propuso realizar una 'fiesta blanca', que consiste en esnifar la droga sobre el cuerpo de la mujer y realizar el acto sexual con cocaína dentro de los genitales, pero ella se negó a complacerlo porque no consume sustancias estupefacientes.

Después de que rechazara su ofrecimiento, el narcotraficante le sirvió una copa de champán. «Yo estaba en el baño y no pude ver si me echaba alguna sustancia en la bebida. Me levanté del sofá para ir a la habitación y comenzé a sentirme mal. Desde ese momento solo recuerdo imágenes aisladas en la cama con él», manifestó la mujer.

Pocos minutos después, recobró la consciencia y comenzó a sospechar que Jorge Ignacio le había drogado. «Me puse nerviosa porque no me encontraba bien y fui al baño para darme una ducha con agua fría. Quería despejarme. Entonces noté que tenía algo en la vagina y el ano. Metí mis dedos y saqué trozos pequeños de una sustancia dura. Me asusté mucho cuando vi las piedras de cocaína», afirmó la joven. También precisó que los trozos de droga que sacó de sus genitales eran del tamaño de media falange de un dedo.

«Estaba muy preocupada. Me daba miedo por si me pasaba algo, y llamé a una amiga para contarle lo que me había pasado. Sabía que estaba en Manuel, pero como no sabía la dirección le envié mi ubicación y le pedí por favor que me recogiera», relató la prostituta. Después le dijo al cliente que se quería marchar con la excusa de que no se encontraba bien, y que había quedado con una amiga en la estación del pueblo.

«Él me dijo primero que me fuera andando. Me daba miedo porque era de noche y no conocía el camino. Luego se ofreció a llevarme a la estación y me pagó también el billete. Cuando llegué a casa me di cuenta que no había cobrado el servicio. Pasé tanto miedo que no me preocupé del dinero», declaró. La mujer acudió a la Guardia Civil cuando se enteró por los medios de comunicación de que Marta Calvo había desaparecido en la misma casa donde ella fue drogada por Jorge Ignacio en la madrugada del 30 de junio.