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En esta época de reuniones familiares y celebraciones familiares, con comidas abundantes y regalos, los expertos alertan de que hay varios peligros potenciales que pueden aguar la fiesta y causar un disgusto. Atragantarse con la comida, en especial con las prisas en el momento previo a las campanadas de Nochevieja, es una de las principales causas de acabar en Urgencias del hospital. Junto a esto, las intoxicaciones alimentarias y también etílicas, así como las reacciones alérgicas son los motivos de que se complique la fiesta durante estas fechas.
La doctora Carolina Colomer, directora clínica de Irenea, el Instituto de Rehabilitación Neurológica de los hospitales Vithas Aguas Vivas y Vithas Valencia Consuelo, explica que, cuando una persona se está ahogando, «el tiempo juega un papel clave y la falta de suministro de oxígeno al cerebro durante más de 5 minutos puede provocar daños cerebrales irreversibles. Y, si el tiempo supera los 10 minutos, existe un alto riesgo de sufrir muerte cerebral», señala.
Por este motivo, ha destacado la importancia de conocer «las maniobras que se deben desarrollar ante una situación así, pero sin que ello sustituya la actuación de profesionales sanitarios, ya que esto puede no solo salvar una vida, sino también evitarle daños cerebrales». Así, la doctora Colomer ha resaltado que si se produce, por atragantamiento, una disminución del aporte de oxígeno al cerebro, «entre los daños cerebrales más frecuentes estarían las crisis epilépticas, los trastornos del movimiento, sensitivo-motores, visuales y a nivel de la conciencia y los problemas cognitivos«. Los especialistas de los hospitales Vithas recuerdan que conocer las técnicas ante una obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE), como la maniobra de Heimlich, reduce el riesgo de sufrir una parada cardiorrespiratoria.
Según datos del INE, la asfixia por atragantamiento supone la tercera causa de muerte no natural en nuestro país. Además, en estas fechas aumentan las celebraciones en las que se comparte mesa en reuniones familiares, donde el riesgo de sufrir un atragantamiento con espinas de pescado, piezas grandes de carne, la ingesta de uvas, así como los tradicionales brindis con objetos dentro de las copas o ciertos dulces navideños, es mayor.
El atragantamiento ocurre con independencia de la edad, pero el riesgo de asfixia por este motivo durante la niñez incrementa, en concreto en niños de entre uno y cinco años. Según la doctora Sonia Pérez, pediatra del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, esto se debe a que «los niños pequeños no tienen todos los dientes para masticar adecuadamente, el reflejo de deglución debe aún desarrollarse más y no son conscientes a esas edades del peligro que ello conlleva».
Asimismo, la especialista en pediatría recuerda que «se debe prestar especial atención, sobre todo en esta época de regalos, a las piezas pequeñas de juguetes y a los globos, y tener en cuenta que, a menor calibre, mayor peligro pues, si los aspiran, al ser goma se adapta a la vía aérea y es muy complicado sacarlos». La doctora Pérez subraya que «los frutos secos no deberíamos dárselos ni en trozos ni enteros. Algo similar sucede con los caramelos duros o los turrones. A las uvas debemos quitarles las pepitas y partirlas en pequeños trozos».
La coordinadora médica de los servicios de Urgencias del Hospital Vithas Medimar y Vithas Alicante, María Jesús Cano, recuerda que «otro de los motivos de consulta urgente los últimos días de año, especialmente en Nochevieja, está relacionado el consumo de alcohol, que en esta época es considerablemente superior, y puede desembocar en una intoxicación alcohólica que precise asistencia sanitaria». Es por ello, por lo que «conviene tener en cuenta que el consumo de alcohol exige responsabilidad a cualquier edad, especialmente si es abusivo o si la persona tiene prescrita medicación por algún motivo ocasional o patología crónica, así como si nos encontramos en estado de gestación, lactancia o si se es intolerante, dado que puede conllevar consecuencias desagradables«, indica.
Y otro de los problemas que pueden surgir en estas fiestas son las intoxicaciones alimentarias. Para Esther Pastor, enfermera de urgencias del hospital Vithas Castellón, «las intoxicaciones alimentarias no son más que la ingesta de bacterias, a través de alimentos. Detectaremos que hemos sufrido una intoxicación alimentaria cuando haya presencia de vómitos, diarrea, dolor estomacal, incluso fiebre. En ese caso deberíamos acudir a nuestro centro médico si estos síntomas duran más de 3 días, si no, el tratamiento consiste en la reposición de líquidos» y afirma que «en cuanto a esto, resaltar que el suero oral es el más adecuado, porque hacemos la reposición de los electrolitos que necesita nuestro cuerpo. No se han de utilizar bebidas isotónicas, ya que estas tienen una gran concentración de glucosa y podría fomentar la deshidratación».
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