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Clase de inglés en el colegio Les Arts de Valencia. Irene MArsilla

Las aulas se libran de las mascarillas: «Así nos vemos las sonrisas»

Colegios, institutos y universidades empiezan recuperan la normalidad tras más de un año y medio de uso obligatorio en las instalaciones

Joaquín Batista

Valencia

Martes, 26 de abril 2022, 11:43

La mascarilla ya no forma parte del material escolar obligatorio. De uso continuo. Un año y siete meses después de la reanudación de las clases presenciales en septiembre de 2020 las caras ya lucen completas en las aulas. No todas, porque la prudencia o la ... costumbre aún se dejan notar pese al fin de la obligatoriedad en las aulas.

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Las primeras horas lectivas de aplicación del nuevo protocolo están siendo bien diferentes a lo acostumbrado. La retirada ha sido motivo de conversación en las entradas de los centros, donde también se observaba una estampa distinta. Durante este tiempo la obligatoriedad convertida en normalidad hacía que fuera habitual ver a los niños en las filas con el protector ya puesto, preparados para la jornada escolar, o al docente repitiendo un gesto ya convertido en universal: el de pedir que se subieran la mascarilla por encima de la nariz. Este martes la tónica general han sido la contraria: mayoría de rostros descubiertos y muchos protectores en la muñeca o a la altura del codo.

«Diría que el 80% de los niños que entran y que esperan en el patio no la llevan, igual que el personal», explica un padre tras dejar a sus hijos en el colegio San Pedro Pascual de Valencia. «Sólo he visto a un nene con la mascarilla puesta y a un par de madres», tercia otro progenitor, en este caso del Rivas Luna de L'Eliana. Han sido más visibles en las dos puertas de acceso del Blasco Ibáñez de Benetússer -aunque nada que ver con la situación previa a las vacaciones- o en La Salle de Paterna, donde una madre dice que ha notado «más relajación», con muchos niños con el protector en la barbilla. «Me ha recordado a 2019», concluye por su parte otro padre desde las inmediaciones del colegio San Roque, de Benicalap. Se refiere a la vieja normalidad.

El Ceip Les Arts de Valencia no ha sido una excepción. Se han visto ejemplos de las dos posturas, aunque la directora, Begoña Aparicio, reconoce que tenían ganas de dar otro paso hacia la normalidad.

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«Se ha notado el cambio, pero aún muchos han venido con mascarilla. En las aulas hay de todo, conforme avance la semana o durante la próxima creo que se notará más. No es sólo el miedo a contagiarse, también influye esa protección que les da a los más mayores, que aprovechan para esconderse detrás de la mascarilla», explica de manera simbólica, en el sentido de que en este tiempo se ha convertido en una buena herramienta para ocultar la timidez.

«Es necesario volver a ver las sonrisas otra vez», añade Aparicio. «Teníamos muchas ganas de verles las caras, de normalizar, de evitar ese muro que suponía entre el docente y el alumnado», explica, antes de destacar la importancia que tiene trabajar a cara descubierta. «Los niños aprenden por imitación, incluso lo más pequeños de dos años, que también los tenemos escolarizados. Es muy importante la postura de la boca o la fonética, todo influye en el aprendizaje», concluye.

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En cuanto al personal docente, la suelen tener a mano, por si entran en una clase con el ambiente más cargado, aunque la directora considera que no será habitual. "Con el buen tiempo es más fácil ventilar. Junto con la higiene creo que es una medida que debe quedarse", reflexiona.

«Así nos vemos las sonrisas», responde una alumna de Primaria mientras se dirige a la clase de Educación Física tras ser preguntada por la directora. Justo al lado, en la clase de Inglés, dos docentes llevan la sesión (sin mascarilla). Doce alumnos aún la utilizan y nueve muestran su cara completa. En el aula de al lado, donde trabaja un grupo reducido de 1º y 2º de Primaria, la mayoría han prescindido del protector.

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La Universitat, abierta a reconsiderar la medida

Mientras la normalidad se extiende en colegios e institutos, la situación es poliédrica en las universidades. Por un lado la Politècnica se atiene a la regla general, es decir, la recomendación de uso pero no la obligatoriedad, mientras que en la Universitat de València sí es necesaria para poder acceder a las instalaciones, bajo la premisa de que otorga un plus de seguridad y de que apenas queda un mes de actividad lectiva.

Fuentes del Rectorado explican que la medida se deriva de la decisión del comité de Seguridad y Salud Laboral y que cuenta con amparo legal al tratarse de un centro de trabajo. Desde el equipo de dirección se ha mantenido una reunión con los representantes estudiantiles para explicarles los motivos de la medida, y para el miércoles está previsto un encuentro con los decanos de los diferentes centros por si "en aras de la convivencia y de las decisiones adoptadas en otros ámbitos educativos se plantea una reconsideración de la decisión".

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Las mismas fuentes explican que mientras tanto el protocolo impide acceder a las instalaciones sin el protector facial, por lo que se ha dado algún caso en este sentido, si bien aseguran no tener constancia de que se haya abierto algún expediente por este motivo.

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