Los alumnos de Medicina de otras regiones se disparan tras la polémica selectividad

Los alumnos de fuera de la Comunitat que han comenzado este curso a estudiar Medicina en las universidades valencianas han aumentado claramente respecto a ejercicios anteriores, tal y como se desprende de los datos oficiales de matrícula facilitados por las tres instituciones públicas que imparten el grado. Las cifras confirman la hipótesis que ya deslizaba el proceso de preinscripción, dejando entrever que la complejidad del examen de Matemáticas II de la selectividad ha influido en el escenario, de manera que los aspirantes valencianos han tenido más dificultades para conseguir plaza en la Comunitat, pues los malos resultados les han penalizado en su nota de acceso respecto a los de regiones distintas.

En el caso de la Universitat de València, la información facilitada está expresada en porcentajes. El 71,6% de los alumnos de nuevo ingreso de este curso son de la Comunitat, de manera que el 28,4% restante procede de fuera. En el curso 2018-2019 la distribución fue del 89,8% y el 10,2%, y un ejercicio antes, del 86,5% y del 13,5%. El cambio es llamativo. Los estudiantes de diferentes comunidades o del extranjero casi se triplican respecto al ejercicio pasado, y son más del doble en relación con el anterior.

La influencia en Medicina del examen de Matemáticas -suspendido por casi el 60% de los presentados y cuya nota media fue de 4,5, siendo los peores resultados de la década- es importante, pues es la materia troncal que se cursa en el Bachillerato de Ciencias, el habitual para encaminarse hacia carreras de Ciencias de la Salud. Además, no sólo cuenta para calcular la media de la fase obligatoria, sino que la calificación podía utilizarse también a la hora de elevar la nota de admisión en la universidad, un paso que es fundamental para acceder a la citada carrera, que requiere una calificación que supera el 12 sobre 14 ante su altísima demanda. En otras palabras, era una nota que podía contar dos veces en el caso de que el resultado fuera bueno. Pero no lo fue.

La preinscripción ya dio pistas sobre la situación. Entonces el 65,1% de los puestos de Medicina fueron preadjudicados a alumnos de fuera de la Comunitat, siendo el porcentaje más elevado de los últimos cinco procesos, que como mucho llegó al 45,85% en 2016. La preinscripción no es más que una ordenación previa de la asignación de plazas, teniendo en cuenta que en España existe el distrito unificado, por lo que se puede pedir plaza en cualquier centro independientemente de la región de procedencia. La cifra real se conoce tras la formalización de la matrícula, que llega después.

Y es que en carreras tan solicitadas como Medicina la variabilidad es muy grande. La mayoría de estudiantes pide plaza en todas las facultades que puede, una manera de tener más opciones. Cuando se resuelve la preinscripción, finalmente se quedan con la que más conviene, por ejemplo por cercanía o facilidades de transporte. Esto libera puestos preadjudicados en muchos centros, y corre la lista de espera.

De ahí que la matrícula real sea bien distinta a la preinscripción, aunque la tendencia es la misma: ganan peso los no valencianos, seguramente beneficiados por la penalización del examen de la Comunitat, que baja unas décimas la nota de acceso, donde también influyen el resto de calificaciones y el expediente de Bachillerato. Pero unas décimas o unas centésimas pueden suponer la diferencia entre entrar o quedarse a las puertas. Lo mismo ha podido pasar en otros grados donde Matemáticas es clave, aunque la influencia del polémico examen dependerá de los análisis anunciados por las diferentes administraciones tras la última selectividad.