Avalancha de anulaciones de lotería de Navidad perdida por las inundaciones

Pero, ¿qué pasa en el caso de que el agua se haya llevado los décimos? En la administración de loterías número 1 de Massanassa los daños fueron tan graves que ni tan siquiera han podido volver a abrir todavía, y ahora se están anulando, a través de una denuncia y su publicación en un medio de comunicación, los números que se habían fraccionado en participaciones. «Esta mañana he ido al notario para anular las papeletas», explica Paqui García, presidenta de la Colonia Miau Gats de Massanassa. Los décimos que jugaba esta asociación desaparecieron de la administración y si las papeletas no están respaldadas por esos décimos no tienen ningún valor, siempre que se haga constar ante notario para que no haya problemas legales. «A quien le vendimos papeletas puede venir a que le devolvamos su dinero», explica Paqui. También Maruja anda liada buscando a personas a las que ya había vendido participaciones que sí se han anulado. «La lotería es una cosa muy seria», asegura. Ella lo sabe bien porque lleva años vendiéndola, porque tiene claro que, si tocara, una sola papeleta no respaldada por un décimo podría suponer un problema legal serio para la entidad que emite las participaciones.

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En el caso de la Unión de Pensionistas de Massanassa han optado por anular el número que se había perdido y probar suerte con otro. Así, quienes tienen papeletas ya compradas se les tacha el número anterior y, con bolígrafo, se añade la nueva cifra que optará al Gordo de Navidad sin tener que abonar nada.

El grupo local del PSPV-PSOE de Massanassa, los festeros de San Miquel de 2025, la comparsa Les Forquetes, las exalumnas del colegio San José y San Andrés o la falla L'Alqueria son algunas de las entidades que han tenido que anular los números que habían jugado en la lotería de Navidad porque se han perdido los décimos.

La de Massanassa no es la única administración que ha perdido décimos con la riada. Quienes han podido abrir, sin embargo,están compensando las pérdidas con unas ventas nunca vistas. Dicen que la lotería toca en aquellos lugares donde ha habido una desgracia. Así, en cualquier establecimiento la cola de compradores es diaria y llega a la calle. «Vengo a comprar varios décimos porque me la han pedido amigos y familia», dice un militar de León. No es el único que prueba suerte. Desde otros municipios también se acercan para comprar lotería en Catarroja o Paiporta. «También los vecinos, con la esperanza de que el Gordo les alegre un año para olvidar.