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Usuarios de la línea C-1 de Cercanías, durante un trayecto. Damián Torres
Sin avances en Cercanías

Sin avances en Cercanías

El 90% de inversiones sin hacer, cancelaciones, demoras o falta de personal y trenes lastran el servicio

ISABEL DOMINGO / DANIEL GUINDO

Martes, 11 de febrero 2020, 19:59

Las agendas institucionales son caprichosas y el calendario ha querido que el próximo viernes 14 se celebre la reunión entre la Generalitat y el Ministerio de Transportes (antiguo Fomento) para abordar la situación de Cercanías en la Comunitat tras más de un año de espera para el encuentro, ya que el anterior se celebró en diciembre de 2018 antes de las sucesivas convocatorias electorales. Ese día se sabrá si la coincidencia con San Valentín hace que el servicio ferroviario que utilizan más de 15 millones de valencianos al año esté de enhorabuena y Cupido (es decir, el representante del ministerio) traiga bajo el brazo inversiones para una red que no pasa por su mejor momento y en la que los retrasos, las cancelaciones o las averías en los trenes están en el orden del día.

Eso a pesar del Plan de Cercanías que se presentó con toda la pompa posible el 18 de diciembre de 2017 y que recogía inversiones por valor de 1.436,55 millones (repartidos entre Adif y Renfe) para infraestructura, mejora de estaciones y servicios y la compra de material rodante.

Sin embargo, aquella inversión millonaria ha llegado con cuentagotas desde entonces, por lo que las esperanzas de mejoría respecto al plan anterior (el presentado en 2010 únicamente tuvo una ejecución del 1%) han quedado en saco roto. Transcurridos más de dos años desde el anuncio del renovado Plan de Cercanías, un informe de la Cámara de Contratistas de la Comunitat cifra en el 9,2% las inversiones que se han activado del documento presentado por el entonces ministro de Fomento Íñigo de la Serna.

Transportes y Consell se reunirán el viernes para activar medidas que frenen las incidencias

Así, de los 1.081,82 millones que tiene asignados Adif, se han licitado 100,43 millones, de los cuales 96,06 están en ejecución y otros 4,37 están pendientes o se trata de proyectos en redacción. En el primer apartado, figuran, por ejemplo, las actuaciones de renovación de vía y electrificación del tramo entre Silla y Pobla Llarga de la C-2 o la construcción de la estación de Albal. En el segundo, la redacción del proyecto de duplicación del tramo Cullera-Gandia de la C-1, englobado dentro del tren de la costa.

Anuncio de 270 millones

En peor situación se encuentra la línea C-3, entre Valencia y Utiel. Además de ser una de las conexiones más envejecidas y con peor índice de puntualidad (88%), las propuestas de mejora (duplicación y renovación de la vía, adaptación para trenes de 200 metros o la electrificación) siguen sin materializarse porque los proyectos volvieron a la casilla de salida para ser actualizados conforme a la nueva legislación. De hecho, los 270 millones en licitaciones para 2019 anunciados por un portavoz de Adif en unas jornadas celebradas el pasado junio en Valencia no se han visto todavía.

Viajeros, a su llegada a la estación de Silla. D. T.

«Tan sólo se ha iniciado el 8,90% de las obras que está previsto acometer en el Plan de Cercanías», que se extiende hasta 2025, destaca el director-gerente de la Cámara de Contratistas, Manuel Miñés, que lamenta cómo en la última década ha sido la alta velocidad la que se ha llevado el grueso de la inversión pública, un 80% frente al 20% destinado a la red convencional. De ahí que también ironice con la fecha de la reunión entre el Consell y el Gobierno central y confíe en que «surja un amor traducido en compromiso firme de cumplimiento e inversión». Petición que también realizaba este viernes el PP cuando presentaba una campaña para denunciar las deficiencias en Cercanías y exigir a Puig que arranque del ministerio «compromisos reales».

Sólo se ha iniciado el 8,9% de las obras contempladas en el Plan de Cercanías

De momento, ese encuentro servirá para ver en qué se traduce el plan de choque con medidas urgentes anunciado en dos ocasiones por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Ambas durante dos visitas a Valencia: la primera, el mes pasado, justo el día después de dos averías que provocaron retrasos de hasta una hora; la segunda, esta misma semana, tras conocerse que en 2019 hubo 7.593 cancelaciones de trenes de Cercanías y Media Distancia en la Comunitat. De esa cifra, posteriormente ha trascendido que casi 3.000 corresponden a la C-4, que apenas cubre un trayecto de 1,8 kilómetros y donde suben entre 0 y 2 viajeros diarios, por lo que cuando hay alguna incidencia se da prioridad a otras líneas.

Auditoría a la red

Ábalos también se ha comprometido a nombrar un coordinador de Cercanías (una figura similar a la del corredor mediterráneo que ostenta el valenciano Josep Vicent Boira) y a encargar una auditoría a Ineco para conocer dónde están los fallos. Y apuntaba a que «el problema no es tanto de infraestructuras sino de material rodante y personal», en referencia a las incidencias que arrastra la operadora Renfe. Eso, sumado a la falta de presupuesto para acometer las obras necesarias de mejora y modernización (que es la parte que corresponde a Adif, que ha declinado pronunciarse sobre la ejecución del plan de 2017) han convertido Cercanías en un polvorín.

Un tren se aproxima a una estación. D. T.

Porque ¿qué ocurre en Renfe, que es la parte más próxima a los usuarios? Le pone voz el portavoz de la plataforma Indignats amb Renfe, Samuel Martínez, que hace ya un año comenzó a movilizarse para denunciar la situación de las líneas de Cercanías, además del media distancia Xàtiva-Alcoi, que también sufre supresiones. A su juicio, «el problema viene porque hay una carencia importantísima de personal, se han ido jubilando trabajadores y la plantilla no se ha ido renovando. Todo esto repercute en el servicio diario, que es donde está la problemática».

Desde la plataforma, que el año pasado convocó dos concentraciones de protesta en la estación del Norte, también se apunta a la antigüedad de los trenes. «En algunos casos son vehículos muy antiguos y necesitan más mantenimiento y, si no se hace, hay constantes averías a mitad camino. Eso incide en la vida diaria de los usuarios, que llegan tarde a sus trabajos y a sus centros de estudio». En este sentido, Renfe tiene en marcha varios concursos para renovar su flota de vehículos, entre ellos, el megacontrato de 2.700 millones para 211 unidades al que opta la valenciana Stadler.

Bajas laborales y averías

La operadora ferroviaria reconoce los problemas que arrastra desde hace varios años y que se debe a varios motivos. Por un lado, aquellos que afectan a la explotación ferroviaria y que consisten en averías de infraestructuras, de electrificación o de señalización (éstas debido al robo de cable), incidencias por arrollamientos o por condiciones climatológicas (como las provocadas por la DANA, que causaron el corte durante semanas en la Font de la Figuera).

Un usuario del tren consulta el móvil de camino a Valencia. D. Torres

Por otro, los problemas logísticos de disponibilidad de material rodante por avería de unidades así como las bajas de maquinistas y las desvinculaciones (término empleado para las jubilaciones anticipadas). No obstante, desde Renfe remarcaron que la plantilla de maquinistas en el núcleo de Valencia es la misma, ya que se cubre la tasa de reposición en tiempo real aunque reconocieron que de manera puntual se producen desequilibrios en el gráfico de agentes de conducción al coincidir las desvinculaciones con el proceso de habilitación y formación de los maquinistas.

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