Luis Miguel Romero Vilafranca toma hoy miércoles posesión de su cargo como decano de la Real Acadèmia de Cultura en la La Lonja. Desde esa ... posición asume el reto con ilusión y con el deseo de difundir la cultura de su tierra.
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-¿Cuáles son sus objetivos al frente de la Real Acadèmia?
- La Real Acadèmia tiene un patrimonio cultural importantísimo con sus académicos. Creo que eso es necesario sacarlo a la luz, darle visibilidad. Trabajar en ello y sobre todo en que los valencianos conozcan más Valencia, su cultura, su historia y se sientan orgullosos de ella y puedan aportar esa riqueza que tiene nuestra nuestra gran comunidad al patrimonio común que es España. Hay que recordar que es una entidad centenaria, fundada por los grandes prohombres de la historia valenciana de aquella época como Teodoro Llorente y otros. En estos momentos, creo que quizá no tenga el protagonismo que por su tradición y su peso específico debería tener en la sociedad.
-¿Qué puede aportar la Real Acadèmia a la sociedad valenciana?
-Creo que la entidad tiene que ser la voz de la cultura valenciana. De nuestras tradiciones, de nuestras señas de identidad, de la recuperación de nuestro derecho civil, de la rehabilitación de nuestra lengua propia, la que aquí hemos hablado durante 700 años. En general dar a conocer Valencia, dar a conocer su cultura, dar a conocer su historia y hacer que la gente la conozca y la ame.
-¿Cómo ve el futuro el futuro de la Real Academia?
-Es una institución centenaria y, si lo sabemos hacer, será milenaria porque es completamente necesaria. Una sociedad que no conoce su historia, no ama sus señas de identidad, está condenada a estrellarse en el futuro. Por lo tanto, es necesario sembrar, que cunda, que se propague, que se herede de hijos a nietos y eso es un patrimonio que siempre tendremos. Piense, por ejemplo, que en el siglo XIII Valencia fue importantísima y por eso fue tan codiciada para conquistar, que en el siglo XV fuimos realmente casi la capital de Europa por su importancia y eso tiene que conocerse y continuarse. La Comunitat Valenciana tiene muchísimo que aportar a España y es muy importante que lo hagamos entre todos.
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-¿Cree que los valencianos son conscientes de su historia?
-Creo que son conscientes de una parte de su historia, pero no de toda. Por ejemplo, me asombró que cuando estuve impartiendo una serie de conferencias sobre los orígenes del Tribunal de las Aguas, que es algo tan popular, realmente no se conocía. Y es muy importante que se conozca que el Tribunal de las Aguas es el padre de toda la legislación de aguas del mundo. Es importante que lo sepamos y que estemos orgullosos. Estar orgulloso de la propia patria es una manera de estar orgulloso de España y de tener ganas de trabajar por una España mejor, por una Comunitat Valenciana mejor, más fuerte. Y eso se consigue conociéndola. Solo se ama lo que se conoce.
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-¿Tienen alguna sección para gente joven?
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-No hay propiamente nada específico para jóvenes porque todo es abierto para todos, pero hay que tener en cuenta que aquí los académicos normalmente son seleccionados con un filtro muy riguroso por sus conocimientos, por sus publicaciones, por sus libros y la gente joven es más difícil que lo tenga. Pero nuestra vocación, desde luego, es que la Real Acadèmia se sienta identificada con nosotros y que se una y que se propague.
-¿Cómo son las relaciones con la Academia Valenciana de la Lengua?
Inexistentes y es una lástima porque nosotros estamos siempre dispuestos a explicar las razones científicas e históricas de por qué defendemos la auténtica lengua valenciana, la que dice el Estatuto de Autonomía y la que la ley dice, la singular lengua valenciana de acuerdo con su tradición lexicográfica y literaria. Pero es difícil entenderse con una Academia que dice que nuestra singular lengua no existe, que nuestra lengua es la catalana común con Cataluña y Baleares. Sólo estamos pidiendo que acepten el Estatuto de Autonomía y la ley de creación de la AVL, que acepten la singular lengua valenciana. No puede ser que nosotros estemos de acuerdo con una Academia que vulnerando sus competencias firma un acuerdo con la sección filológica del Institut d'Estudis Catalans en el que dice que ellos son los que tienen que normativizar lo que aquí tenemos que hablar. Es decir, que sean los catalanes los que digan lo que aquí tenemos que hablar. Eso no lo podemos no lo podemos admitir porque sería a una tradición a 700 años de historia. No estamos dispuestos a renunciar a ninguna de esas dos cosas.
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-¿Qué le parece el valenciano que se enseña en los colegios?
-Hay una un cáncer inculcado en los colegios desde hace tiempo como consecuencia de unos pactos que no fueron científicos, que fueron políticos. Fue un acuerdo para apoyar un nombramiento y esos acuerdos políticos se han mantenido por los pancatalanistas. Desgraciadamente llevamos unos años de inmersión en el catalán que queremos romper. Por eso, por ejemplo, estamos luchando para que se reconozca oficialmente los títulos de valenciano de Lo Rat Penat. Lo que no puede ser es que un hijo le hable a su padre en una lengua distinta. Eso no puede ser, eso no es lógico. Además, es una señal de identidad propia.
-¿Cómo son las relaciones con la administración?
-Afortunadamente desde que entró el nuevo gobierno han cambiado radicalmente. Nos están ayudando. Tenemos la satisfacción de ser recibidos con agrado tanto por la alcaldesa como por la la Consellería de Cultura. En estos momentos son muy buenas, pero siempre hay que mejorar,. Estamos en general muy satisfechos y muy agradecidos.
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-¿Cómo fueron con el anterior gobierno?
-Fueron tensas, por decir algo, e inexistentes. Además, fueron agresivos con nosotros. A eso se unió una postura de fomento brutal con unas riadas de dinero enormes de las entidades pancatalanistas que difundían todo lo contrario a lo que representábamos. Así la relación no podía ser buena y como para concurrir a cualquier subvención nos exigían que aceptáramos la normativa de la AVL, la consecuencia fue que la subvención fue cero.
-¿Habrá en algún momento paz lingüística?
-El acuerdo es muy sencillo, nosotros no imponemos nada. Hablamos lo que se hablaba aquí hace 700 años. A veces se confunden los términos. Se habla de que a veces podemos ser agresivos, pero el agresor es el que impone un idioma extraño, que además no es nuestro. Nosotros somos los agredidos. Lo único que queremos es que acepten nuestra lengua. Si ellos quieren hablar como quieran, que hablen, que todo el mundo es libre, como si quieren hablar en alemán o en inglés. Pero nuestra lengua, la lengua valenciana, es la que dice nuestro Estatuto. No se puede decir que nuestra lengua es singular y firmar un acuerdo con el Institut d'Estudis Catalans diciendo que nuestra lengua es el catalán. ¿Puede haber paz? Naturalmente, nosotros somos una academia, no un instrumento de guerra, somos un instrumento pacífico y científico. Queremos abrir un debate, pero sobre la base de la lingüística, de la historia y de nuestra cultura.
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-¿Es posible un misal en valenciano?.
Estamos haciendo lo posible. Hemos lanzado junto a Lo Rat Penat una reedición de los cuatro evangelios en valenciano que obtuvo en su día el Nihil Obstat de la Conferencia Episcopal, incluso del Vaticano. Vamos a difundirlo y extenderlo por todas las parroquias para que lo utilice el que quiera y que en definitiva el valenciano sirva para que el que quiera dirigirse a Dios en su lengua lo pueda hacer.
-¿Qué le parece el valenciano que utiliza el arzobispo?
-Tuvimos una reunión con el arzobispo y le planteamos el problema. Sabíamos que era un tema delicado. Lo que nos dijo qes ue era una cuestión de todos los obispos de la archidiócesis. Le ofrecimos también nuestro catecismo y dijo que dependía de que todos los prelados dieran su conformidad. Pero en lugar de eso lo que hizo fue publicar escritos en catalán. Eso no nos gustó. Yo le dije que esto puede ser un problema que divida a la Iglesia. Le recordé que era el pastor de la Iglesia valenciana. Creo que eso tiene que tenerlo en cuenta. Si no puede ser, que lo siga haciendo en castellano que nadie se lo va a reprochar. Pero si lo hace en nuestra segunda lengua esta es el valenciano, no el catalán. Es un problema, porque la feligresía puede puede no entender determinadas actitudes y nosotros hemos tenido muchas quejas por parte de gente que le ha dolido, que le duelen las expresiones en catalán.
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