Un perro se mete en el agua de una balsa ante la mirada de su dueño. P.H.

«Las balsas no están para que niños y perros las utilicen como piscinas»

Primer día tranquilo y división de opiniones ante las nuevas multas que sancionan el uso inadecuado de las fuentes ornamentales en el Parque Central de Valencia

Paula Hernández

Miércoles, 9 de agosto 2023, 18:24

Con calor y agua en las balsas y fuentes ornamentales ha comenzado este miércoles el primer día de restricciones al baño bajo multa en el Parque Central. El Ayuntamiento de Valencia anunció ayer un sistema de vigilancia «exhaustiva» para sancionar con hasta 750 euros el uso inadecuado de las aguas en este entorno urbano.

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La prohibición de bañarse en estanques, fuentes ornamentales y balsas ha levantado todo tipo de opiniones. Mientras da un paseo con su perro, Rosa cuenta que el problema de que la gente se bañe en el parque es la falta de piscinas municipales cercanas en las que poder resguardarse del «calor aplastante». «Si pusieran más piscinas públicas igual no habría que asustar a la gente con multas tan excesivas ni se generarían bacterias».

Con la prensa del día en la mano, Jose dice no creer en la efectividad de las señales que avisan de las multas. «La gente va a seguir haciéndolo igual, sobre todo si no ve consecuencias». Lleva toda la mañana en el parque y asegura haber visto a varios perros bañándose en el agua y «todavía a ningún agente de la policía cerca».

Un ciclista que pasa a gran velocidad por al lado de Juan, le sirve como ejemplo para demostrar el incivismo que ve en las personas. «El problema no son los perros, sino los dueños». Argumenta que demuestran una falta de sentido común al meterse en las balsas del parque cada vez que tienen calor. «Luego todos los que se meten son los primeros que se quejan».

El perro de Manuel se bañaba tranquilamente en el agua recién limpia de una de las fuentes ornamentales. Él dice no ver especificado si los perros pueden entrar al agua o no en los nuevos carteles. A pesar de eso, califica de «excesivo» el importe de la multa pero, dice, «algún tipo de control hay que tener».

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Rosa se acerca todas las mañanas al Parque Central para disfrutar de las horas más tranquilas del día, cuando no hay casi gente. A ella le parece que las balsas y estanques aportan gran encanto al lugar pero «no están para que niños, adultos y perros lo utilicen como piscinas». Sostiene que la responsabilidad es plenamente de los padres o cuidadores que les acompañan. «Como madre no metería a mi hijo en un agua que su función no es la del baño y que además puede resultar perjudicial para su salud», dice.

El único punto, de carácter lúdico, habilitado en todo el parque para refrescarse y jugar con el agua es la llamada 'zona de los chorros'. Este es uno de los lugares clave, donde nunca falta la gente. Esta mañana estaba vacío. Una de las hipótesis que plantea Roberto, mientras pasea a su perro, es que no se hayan enterado de lo que prohíbe la restricción y «creen que ahí tampoco se puede entrar».

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