Dos vecinos cruzan por la pasarela provisional construida en el barranco del Poyo a su paso por Picanya, lleno de aguas fecales. IRENE MARSILLA

Un barranco de aguas fecales

Todo el sistema de tuberías que capta las aguas residuales de 120.000 habitantes de Torrent, Picanya y Paiporta está dañado y se vierte directamente a la rambla del Poyo, donde el hedor es insoportable

Martes, 26 de noviembre 2024, 01:08

Flota en el aire, denso, pesado, persistente, un hedor que nunca se va. Que permanece como un pegamento que se adhiere convirtiéndose en una segunda piel que lo corroe todo. Que causa enfermedades. María y su madre, Luisa, comenzaron con dolor de estómago. Siguieron con ... diarrea, vómitos, deshidratación. «Estuvimos a punto a ingresar a María», dice Luisa, que ahora lleva mascarilla cada vez que tiene que salir a la calle donde vive en Paiporta, frente al barranco del Poyo. No se trata sólo del agua de consumo humano, sino del contacto con los vertidos, en las calles, y en una rambla que va debilitándose, recobrando su habitual aspecto de cauce seco, y por el que corre, pertinaz, un pequeño riachuelo de aguas fecales que hacen el aire irrespirable, que supone un problema grave de salubridad pública del que han advertido los expertos en repetidas ocasiones. La explicación es que la DANA se llevó por delante muchas de las conducciones que no se ven, pero son tan necesarias como el alumbrado público o las carreteras. «Han desaparecido más de cinco kilómetros del sistema de tuberías entre Torrent y Paiporta», confirman fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente. Es la razón por la que las aguas residuales de tres municipios llegan, sin control, al barranco del Poyo.

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Se cumple un mes desde que aquel fatídico 29 de octubre la DANA dañara 123 infraestructuras de conducción o tratamiento de aguas residuales en media provincia, que han ido reparándose en estas últimas semanas. Sin embargo, en la zona cero la fuerza del agua se llevó por delante las conducciones que permiten que las aguas fecales de más de 120.000 habitantes del casco urbano de Torrent, de Picanya y Paiporta puedan llegar hasta la depuradora de Pinedo para su tratamiento. Esta rotura ha propiciado que durante el mes de noviembre las aguas residuales se hayan estado vertiendo directamente al barranco del Poyo, y de ahí a la Albufera. «Se está trabajando para que en unos días estén operativas unas tuberías provisionales y una acequia para que en algunos tramos se puedan redirigir las aguas residuales hacia Pinedo», aseguran fuentes de la Conselleria.

De hecho, la depuradora más grande de la provincia, que trata las aguas residuales de la ciudad de Valencia y otros 16 municipios de l'Horta Sud, la mayoría afectados por la DANA, tuvo que verter al mar durante los primeros días los caudales que llegaban de la zona afectada a través del emisario (una conducción submarina de unos cinco kilómetros mar adentro). Sólo pudieron aplicar el tratamiento primario, que consiste en separar los sedimentos por gravedad, sin ningún proceso biológico, que es el que permite realmente depurar las aguas.

«En la actualidad se trata casi la totalidad de los 300.000 metros cúbicos al día que le entra a la depuradora», explican estas fuentes. Los que llegan, ya que todavía quedan varios municipios, como el casco urbano de la capital de l'Horta Sud, así como Picanya y Paiporta, en el que las infraestructuras de conducción todavía no están operativas. La semana pasada pudieron finalizar los trabajos en el bombeo de Picassent-Alcàsser o el colector Riba-roja y Vilamarxant, que también estaba afectado, e instalar una tubería de plástico provisional hasta que finalice la obra definitiva.

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«El problema de los vertidos actuales a la Albufera es el mismo que tuvimos en los años ochenta en el lago, contra el que hemos luchado en las últimas cuatro décadas». Quien habla así es el presidente de la Junta Rectora del Parque Natural de la Albufera, el investigador Carles Sanchis, que incidía en la importancia de actuar cuanto antes para evitar un daño mayor al lago.

Contaminación

En aquellos primeros años de la democracia, el rápido crecimiento de la población y de las zonas industriales en l'Horta Sud y la falta de tratamiento de las aguas residuales que se vertían directamente al lago provocó la mayor crisis ambiental que ha sufrido la Albufera. El parque natural todavía estaba luchando por volver a ser el lago limpio que conocieron los mayores en el momento en que ha sufrido un impacto ambiental comparable al de entonces. «Es de esperar que este año las cifras de eutrofia (contaminación provocada por el hombre) no sean buenas porque está entrando un exceso de nutrientes», asume Sanchis, que cree que la gravedad del impacto «dependerá de la capacidad que tengan las administraciones en reponer las infraestructuras dañadas», advierte Sanchis, que sin embargo se mostró aliviado porque no hay «crisis de anoxia (falta de oxígeno en el agua), aunque sí se ha visto afectada la transparencia del agua, que continúa condicionada por una gran cantidad de sólidos transportados», detalla Sanchis.

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Un informe de los técnicos del servicio de Devesa-Albufera han calculado que harán falta casi diez millones de euros para limpiar y adecentar el lago, cuando recibió en 24 horas entre un 50 y un 70% del caudal que recibe en todo un año. El informe hace hincapié en los 170.000 metros cuadrados de residuos de todo tipo, desde pesticidas, neumáticos, combustibles, muebles cañas, microplásticos o incluso medicamentos. También de aguas fecales, que llegan debido a los vertidos por las infraestructuras dañadas, pero también por el lodo que llega al sistema de alcantarillado en los municipios donde no están separadas las conducciones de aguas pluviales y residuales.

Es el primer documento, hecho público por la oposición en el Ayuntamiento de Valencia, que se ha conocido sobre el estado de la Albufera tras la DANA, en un momento en el que las organizaciones ecologistas han puesto el grito en el cielo por «la falta de información y la absoluta opacidad sobre quién está actuando, sobre las decisiones que se están tomando y en base a qué informaciones en temas tan importantes como agua potable o residuos peligrosos en espacios naturales como l'Horta o la Albufera», denuncian cuatro asociaciones en un comunicado conjunto.

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