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Zona de juegos infantiles deteriorada en Zafranar.

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Zona de juegos infantiles deteriorada en Zafranar. Irene Marsilla

Los barrios de Valencia olvidados por Ribó

Calles por acabar, alumbrado obsoleto o parques en mal estado, las quejas de los vecinos | La inversión en Tormos y Penya-Roja no supera los 700 euros mientras Velluters, San Isidro o La Punta se quedan a cero en lo que va de año

MAR GUADALAJARA

Jueves, 7 de noviembre 2019, 01:44

Al barrio de Penya-Roja le han llegado 661,10 euros en lo que va de año. Es la inversión municipal, para la zona que se enmarca entre el puente del Ángel Custodio, avenida Baleares, paseo de la Alameda y Calle Ibiza. Un extenso vecindario que le está saliendo barato al alcalde Joan Ribó. «Algunos piensan que los que vivimos aquí somos unos pijos y que no necesitamos nada, puede que por eso la inversión este año haya sido nula» y lo es si se compara con el millón de euros para el Carmen o los cinco millones que hasta la fecha se han destinado en el Cabanyal. «Les salimos bien de precio porque aquí el gasto no lo veo». Dice que su lucha termina aquí, «hay vecinos jóvenes que tienen ganas de cambiar las cosas», como reclamar la replantación de árboles que les prometieron o combatir la acumulación de basura en los jardines.

«En esta zona les salimos bien de precio porque aquí el gasto no lo veo, ha sido nulo»

Algunos pese a seguir batallando no perciben nada a cambio. La Punta se queda fuera. «En esta pedanía estamos olvidados», dice el presidente de la entidad vecinal, Vicente Romeu, elevando el tono. El olvido de los unos ha llevado al hartazgo de los otros. «Cuando solicitas por necesidad en varias ocasiones y ni siquiera se llega a estimar lo que pides, ¿esperas que la gente siga como si nada?». Romeu enumera la falta de infraestructuras, los servicios escasos, la situación enmarañada por la ZAL y el descontento generalizado. «No suelo magnificar las cosas, por eso yo invito a todo el mundo a que venga a La Punta y que juzguen si estamos o no abandonados».

Nou Moles. Los vecinos también se quejan de la falta de podas y el descuido en los jardines. Pero además, «las obras que se iniciaron del polideportivo siguen estancadas». I. Marsilla

La falta de servicios e infraestructuras eleva el hartazgo en la pedanía de La Punta

La Punta no es la única zona que se queda sin pastel. San Isidro y Velluters hasta la fecha no han visto ni un euro invertidos en sus calles. Para María José Volta, representante vecinal de Velluters «deben existir otras prioridades aunque no deberían existir distinciones entre una zona y otra», advierte. Estas diferencias para José Luis Ceballos, presidente de San Isidro, son entre el centro y la periferia: «Los barrios de la periferia estamos muy olvidados por la administración municipal y no se dan cuenta de que cualquier pequeño gesto puede significar mucho», explica Ceballos que cuando pidieron que por el barrio pasara la Feria de Julio «nadie se esperaba ese éxito», tuvieron que realizar una segunda descarga de sillas debido a la amplia asistencia. Ahora piden un árbol de Navidad porque lo que realmente reclaman los vecinos «es que se nos tenga en cuenta aunque sea con pequeños gestos, la gente demanda este tipo de acciones porque también así se fomenta la convivencia en el propio barrio».

Residentes denuncian el abandono de las zonas de la periferia y la pasividad del Consistorio

Nazaret. Promesas pendientes. Con Nazaret, el Consistorio tiene algunas promesas pendientes.

Zafranar es otro de los perjudicados. La inyección no llega a los 9.500 euros. La presidenta de la asociación vecinal, Soledad Mateo, se queja de la «actuación que están llevando aquí». En el último mes, los residentes se han movilizado en contra de la instalación de gasolineras en la zona. «Hemos pedido que se paralice, hemos hecho caceroladas, pera nos dicen que tienen los permisos y que se puede hacer». Una nueva gasolinera se instala en la calle Campos Crespo, mientras un solar junto al colegio Eliseo Vidal está paralizado. «Este suelo es para un uso educativo, debería complementar a las instalaciones del centro pero en lugar de eso se ha convertido en un pipican». La larga lista de Mateo puede continuar. «No limpian los jardines, hay un parque infantil en la calle Campaners que está hecho polvo, los aparatos son antiguos y no lo han cambiado pese a que tiene bastante afluencia. También hay ratas y se han caído varios alcorques que no han repuesto, porque el cuidado de las podas también deja mucho que desear».

Velluters. «Lo que reclamamos es más equipamiento para el barrio, pedimos que el solar de la plaza de la Bocha sirva como centro vecinal para residentes y ancianos aunque nada de eso ha llegado», explica María José Volta presidenta de la asociación, que también protesta por la falta de podas y mantenimiento de los jardines. J. Marín

  • Velluters Sin equipamientos ni servicios. En Velluters tienen la sensación de «pedir siempre lo mismo». Nada cambia para los vecinos pese a su insistencia. «Lo que reclamamos es más equipamiento para el barrio, pedimos que el solar de la plaza de la Bocha sirva como centro vecinal para residentes y ancianos aunque nada de eso ha llegado», explica María José Volta presidenta de la asociación, que también protesta por la falta de podas y mantenimiento de los jardines.

  • Nazaret Promesas pendientes. Con Nazaret, el Consistorio tiene algunas promesas pendientes. Julio Moltó, presidente de la entidad vecinal asegura que siguen a la espera de ayudas como facilitar la accesibilidad en los parques, acondicionamiento y limpieza. «Es una reivindicación global con cuestiones que se pusieron sobre la mesa hace muchos años, esperemos que se puedan cumplir», dice Moltó que prefiere ser prudente y esperar a la próxima reunión con el Ayuntamiento.

  • San Isidro Una calle a medias desde siempre. La calle José Andreu Alabarta sigue sin acabar. Desde 2015 los vecinos de San Isidro reclaman que se termine la obra. «Por un terreno que no quieren expropiar la calle está sin terminar pese a ser una de las principales del barrio», explica José Luis Ceballos, representante de la entidad vecinal. Además del polideportivo, están pendientes «del cambio de las farolas de la calle Camino Nuevo de Picanya hasta Tres Cruces, y ya ha pasado un año también desde entonces».

  • Nou Moles Un centro de mayores. Casilda Osa, presidenta de la asociación vecinal asegura que el Consistorio actual les ha ignorado en sus peticiones «desde que llegaron en 2015». Entre ellas está la construcción de un centro de personas mayores, al señalar que «el barrio está envejecido y hay mucha lista de espera». Asegura que los vecinos también se quejan de la falta de podas y el descuido en los jardines. Pero además, «las obras que se iniciaron del polideportivo siguen estancadas».

Son ellos quienes conviven a diario en sus calles, quienes hacen uso de las instalaciones y servicios los que pueden atestiguar que se puede mejorar, que falta y que hay pendiente. Desde la Federación de Asociaciones Vecinales denuncian la situación de desigualdad, consideran que «hay barrios que desde hace años no reciben inversión y siguen sin tener», critica la presidenta de la Federación, María José Broseta. «Nosotros creemos que en general los barrios de la ciudad deben tener dotación en aquellas cuestiones necesarias cuando lo sean, en general siempre a todos les faltan cosas». Y entre esas carencias, Broseta advierte al destacar que es la limpieza una de las más urgentes y llamativas «afecta a toda la ciudad, por eso debería de ser prioritario», zanja la portavoz vecinal.

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