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La trascendencia es tal que, como si fueran unas elecciones, una final de la Champions o un triunfo de Rafa Nadal en el Roland Garros, ... hasta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, han querido mostrar su apoyo a los miles de aspirantes que este sábado han batallado por lograr una plaza de MIR (Médico Interno Residente) en los exámenes que se han celebrado en toda España, incluida la Comunitat.
Casi 28.000 personas se han examinado para acceder a una de las 11.171 plazas de Formación Sanitaria Especializada (FSE), de ellas 12.668 de médicos que optan a 8.550 plazas MIR, unas cifras que mejoran las de 2022 (un 5% más) pero que dada la presión sanitaria actual los sindicatos consideran insuficientes. En el caso de la Comunitat, 1.540 candidatos para las 1.044 plazas ofertadas en esta edición, 36 más que en la edición anterior.
Sin embargo, aunque las cifras indican que la ratio es de 1,47 graduados en Medicina por cada una de las plazas ofertadas -lo que convierte la convocatoria MIR 2023 en la más asequible para los candidatos, que cuentan con plaza casi asegurada- los nervios eran evidentes entre los candidatos. Y entre los padres o familiares que les acompañan para hacer más llevadera la espera. En algunos casos, «ni el frío se nota por los nervios», confiesa Mar, que aguarda su turno para acceder al aulario del campus de Tarongers.
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Ella es de las pocas que acceden a hablar con los medios de comunicación presentes en la zona, pues la atención está centrada bien en buscar el aula que toca, bien en situarse de los primeros para entrar al edificio para empezar la particular cuenta atrás. Los futuros médicos, que ya llevan a sus espaldas los seis años de carrera, estaban citados a las 15:00 horas, en concreto, la hora de llamamiento e identificación de aspirantes se había establecido entre las 15:00 y 15:20 horas para evitar aglomeraciones.
David es otro de esos aspirantes al MIR que espera su turno para entrar al aulario sur de la Universitat de València. En su caso, es el segundo intento e intenta ser positivo: «Creo que la experiencia me permite afrontar el examen con uno poco menos de nervios. Espero tener suerte».
«Ha estado muchos meses trabajando, por lo que se merecen acceder al aula de examen y demostrarlo. Y, sobre todo, conseguir esa plaza que desean», comentan Marc y Julia, que han acompañado a su hija. En marzo del año pasado, tras las Fallas, comenzó su preparación, incluido el estudio en una academia especializada. Ellos volverán al finalizar la prueba para darle de nuevo su apoyo.
Las palabras de ánimo y los abrazos -y alguna que otra risa nerviosa- se entremezclan antes de perderse en el interior de los aularios. Una vez en las clases, los aspirantes reciben las últimas instrucciones y se cierran las puertas a las 16:00 horas. Por delante, cuatro horas y media para responder a las 200 preguntas, más 10 de reserva, del examen.
Cada pregunta tiene un total de cuatro opciones de respuesta, pero sólo una de ellas es la correcta. Según su calificación los aspirantes podrán elegir dónde y en qué especialidad quieren hacer su residencia por orden de nota. Las especialidades más demandas el año pasado fueron Dermatología, Cirugía Plástica, Oftalmología y Cardiología.
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