Una batalla judicial entre empresas deja sin chiringuitos la Patacona y Port Saplaya

Tomar algo fresco o comer algo apetitoso donde casi rompen las olas era habitual en las playas de Alboraya desde el 15 de mayo hasta el 15 de octubre de cada año. Pero en esta temporada estival ya se han perdido prácticamente dos meses.

El consistorio municipal de esta población sacó el pliego de condiciones para la adjudicación de cinco chiringuitos en la Patacona y otros dos en Port Saplaya en plena Semana Santa, concretamente el 8 de abril. El objetivo era poder realizar estas concesiones el 8 de mayo y que justo una semana más tarde abrieran los negocios playeros durante los siguientes cinco meses. Pero con lo que no contaba el ejecutivo local, a pesar de que reconocen que es algo habitual que suceda, era con que su propuesta no iba a ser del gusto de todas las empresas que optaban a regentar uno o dos locales y algunas de ellas recurrieron el pliego de condiciones.

Este recurso ha motivado que la situación no es que se paralizase sino que casi se volviera a empezar. El próximo 11 de julio finaliza el plazo de exposición pública del nuevo pliego de condiciones, apuntan desde el Ayuntamiento de Alboraya que tratan de quitar hierro a la situación y comentan que es normal que sucedan hechos de este tipo. Ese mismo día o el siguiente, aseguran fuentes oficiales municipales, se puede efectuar la adjudicación y empezar a montarse los chiringuitos.

Pero al tiempo que se adjudica, la firma o firmas que se queden fuera del negocio también tienen la opción de recurrir la decisión; incluso pueden forzar la llegada a los tribunales si la resolución municipal final no es de su acomodo.

La cuestión es que en los pliegos de condiciones se advertía de que cada firma sólo podía quedarse con una o dos concesiones aunque las ganara todas y lo que han hecho algunos de los concurrentes es presentar al concurso varias empresas con los mismos dueños tras ellas, lo que contravenía el espíritu de la iniciativa, asegura un empresario que ha participado indirectamente en el proceso y que prefiere mantenerse en el anonimato. «Ahora mismo nadie sabe qué va a suceder. El asunto puede quedar en nada o que se alargue el plazo porque haya otro recurso, que es lo más probable», ha advertido el empresario.

El problema estriba en que el proceso, a su juicio, «se inició tarde, en abril. Tendría que haber empezado a principios de enero y para el inicio de la temporada de playa, el 15 de mayo, ya hubiera estado resuelto. Ahora llevamos ya dos meses perdidos y para cuando se resuelva, si se resuelve pronto, podrían ser tres meses de demora».

Con este criterio coincide el portavoz municipal del PP en Alboraya, Modesto Martínez. «El Ayuntamiento ha demostrado su falta de diligencia. Tendría que haber iniciado el proceso en enero y ahora muy probablemente no habría problema», ha declarado. Desde su punto de vista, no es la primera ocasión que sucede algo similar con el actual equipo de gobierno.

Pero no queda ahí el asunto. La tardanza en poder montar los chiringuitos debido a esa batalla entre empresas puede contravenir las condiciones impuestas por la Demarcación de Costas, el departamento del Gobierno central que da permisos o los deniega para el uso del suelo dentro de la línea marítimo-terrestre. «Hay un plazo impuesto por Costas para montar y desmontar las instalaciones sobre la arena de la playa y el de montar ya no se cumplirá cuando se desbloquee la situación», ha afirmado este empresario de la restauración. «Todo esto son circunstancias que no son anómalas en un proceso como éste. Lo que hay que tener previsión», ha asegurado.