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Una mujer rellena su botella en la fuente de agua refrigerada y filtrada ubicada en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia. IVÁN ARLANDIS
Beber del grifo en Valencia, ¿y por qué no?

Beber del grifo en Valencia, ¿y por qué no?

Políticos, nutricionistas, representantes de los consumidores y fabricantes de filtros destacan la calidad del agua corriente de la ciudad más allá de su sabor y apuestan por la ecología

Lunes, 11 de diciembre 2023, 01:02

En el viejo cauce del río Turia, a los pies de monumentales construcciones como L'Hemisfèric o el Palau de les Arts, vecinos y turistas realizan una pausa. Y no sólo para admirar el incomparable marco. Durante el paseo, se detienen con su botella para rellenarla. «¡Sale fresquita!», comentan. En ese tramo del jardín, se encuentra la fuente de la red PUSDAR más utilizada de toda la ciudad. Esta iniciativa, puesta en marcha por el Ayuntamiento de Valencia en 2020 y que sigue desarrollándose con éxito, proporciona agua filtrada y refrigerada en 25 puntos del mapa. Una manera de facilitar la hidratación y, al mismo tiempo, luchar contra ese estigma que arrastra el agua corriente de Valencia. Su sabor, diferente al que tiene en otras ciudades como Burgos, Vigo, San Sebastián o Madrid, supone un condicionante para parte de los usuarios. Los expertos, no obstante, rompen una lanza por su consumo debido a sus propiedades y beneficios más allá del gusto. Al mismo tiempo, soluciones como los sistemas de ósmosis van ganando terreno por su rentabilidad.

Políticos, nutricionistas, representantes de los consumidores y fabricantes defienden la conveniencia de beber agua del grifo a causa de su salubridad, del ahorro que supone y de la reducción de la contaminación. Con el cambio de Gobierno en la ciudad de Valencia, Carlos Mundina se ha convertido en el concejal responsable del Ciclo Integral del Agua entre otros servicios dentro del área de Medio Ambiente.

«El agua que consumimos en la ciudad de Valencia es mayoritariamente del Turia, pero están interconectadas la cuenca del Turia y la del Júcar por el canal. Y esta obra hidráulica garantiza el suministro de agua siempre a la ciudad de Valencia y al área metropolitana. Y las características sanitarias y organolépticas del agua que se consume en Valencia y los municipios están también absolutamente garantizadas», recalca Mundina.

Un reciente informe presentado por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) indica que el agua de Valencia es una de las más duras de España junto a las de Teruel, Zaragoza y Almería. De ahí su sabor. La medición analiza la concentración de minerales disueltos, especialmente sales de calcio y de magnesio. Dentro de la Comunitat, el agua de Alicante está considerada blanda. Hay cuatro categorías: blanda, poco dura, dura y muy dura.

«Nosotros recomendamos y consideramos que el agua del grifo es la mejor opción hoy por hoy. Se trata de una alternativa económica, sostenible y de calidad. Y debe fomentarse su consumo. Hoy en día en España se puede beber el agua tal y como sale del grifo porque presenta una buena calidad en general en todas las comunidades y es adecuada para toda la familia. El problema que ocurre es que dependiendo de la región en que te encuentras, aunque todas son aptas para el consumo, pueden tener una mayor dureza o no y eso genera que su sabor sea mejor o peor. Pero a pesar de ello, nosotros siempre recomendamos que se beba agua del grifo porque es completamente saludable y tiene todos los minerales de forma correcta y proporcionada», apunta Silvia Huerta, delegada de la OCU en la Comunitat Valenciana. Además, considera que el consumo del agua del grifo y de la embotellada está «muy a la par» entre los valencianos: «Dado que nos encontramos en una comunidad en que el agua presenta una gran dureza y por tanto un sabor más desagradable, suelen consumir una proporción mayor de agua embotellada que en otras comunidades».

La Comunitat se alza como la tercera región más intensiva en la compra de agua envasada, con un índice de 88,8 litros por persona y año, según el informe de consumo alimentario en España de 2022. La media a nivel nacional fue de 64,28 litros. Y el perfil que realiza la mayor ingesta per cápita de este tipo de bebida son los adultos independientes.

AGUA EMBOTELLADA

129€ por familia y año

En la Comunitat, el gasto medio en agua embotellada asciende a 129 euros al año en una familia de cuatro personas. Es la tercera autonomía con mayor consumo.

En España, en 2022 se produjo un descenso del 2,2 por ciento en la compra de agua mineral natural respecto a 2021. Y es que existe una tendencia al alza en el empleo del grifo como medio de hidratación. Y con tal de suavizar su sabor, en los últimos años, ha crecido la demanda de filtros domésticos como los equipos de ósmosis o las jarras purificadoras, que reducen la dureza y el cloro. «Son sistemas mucho más sostenibles y económicos que el agua embotellada», subraya Huerta.

Un equipo de tratamiento de agua por ósmosis inversa para uso doméstico tiene un precio que oscila entre los 150 y los 600 euros. Es decir, puede quedar amortizado en algo más de un año teniendo en cuenta el promedio de gasto en agua envasada, que supone 32,23 euros por persona y año en la Comunitat. En una familia de cuatro personas, ascendería a 129. Este dato se basa en el precio medio de esta bebida en los supermercados.

ÓSMOSIS

150€ por instalación

Los equipos de tratamiento de agua por ósmosis inversa para uso doméstico cuestan entre 150 y 600 euros.

Salvador García, delegado en Valencia de ATH, empresa líder en el sector, constata el aumento de la demanda de filtros para uso doméstico. «Las ósmosis y las fuentes reducen y simplifican la producción de agua. Las máquinas han evolucionado con rechazos mínimos y sistemas de mantenimiento cada vez mas efectivos, llegando a poder asegurar la desinfección de las máquinas, alargar la vida al máximo de los consumibles y pudiendo controlar vía wifi tanto la calidad como los consumos. Partimos de un agua potable que mejoramos y facilitamos su consumo», destaca. Y hace hincapié en la necesidad de «minimizar el residuo plástico y productos químicos».

La nutricionista valenciana Elisa Escorihuela refuerza esa dinámica. «La tendencia es hacia pensar en algo más sostenible. A nivel de salud medioambiental, debemos procurar consumir la menor agua embotellada. Quieres tomar algo saludable pero estás consumiendo una gran cantidad de plástico. Eso le importa cada vez más a la gente joven. El residuo es brutal y el impacto que tiene en el planeta es nefasto. Hay empresas que están intentando migrar hacia envases mucho más ecológicos o de cristal. Y hay una tendencia a intentar consumir agua del grifo. Y están los filtros o las jarras. Y se puede tomar medidas con el agua del grifo, que la dejas reposar y ya sabe de distinta manera porque precipitan muchos minerales», afirma la dietista.

Mundina pone sobre la mesa una de las claves: «La cuenca del río Turia y la del Júcar, por sus características geológicas, discurren por terrenos calcáreos. Por tanto hay un aporte de sales minerales, que están permitidas por los organismos internacionales y por el Ministerio de Sanidad porque no son perjudiciales para la salud. Hay un mayor aporte de calcio, de magnesio, de bicarbonatos... Por eso tiene esta composición el agua de nuestra zona. Rica en sales. Eso que dicen de que la paella no sabe igual en otro sitio es porque el agua de Valencia tiene esas características».

Escorihuela habla de una cuestión de paladar: «Va al gusto del consumidor. El agua del grifo es totalmente segura y saludable, lo que pasa es que cambian los minerales que contiene. La nuestra tiene bastante saborcito. Entonces mucha gente se decanta por aguas embotelladas». La nutricionista profundiza: «El agua de Valencia tiene más calcio, que además repercute positivamente en la salud cardiovascular». Eso sí, lanza una advertencia que hay que tener en cuenta a la hora de escoger: «Si estamos hablando de patologías del riñón, se va a recomendar siempre un agua de mineralización débil para hacerlo trabajar menos».

Las plantas potabilizadoras que suministran a Valencia y su área metropolitana son la de Manises y la del Realón en Picassent. «En ellas se realiza alrededor de 200 analíticas al año. La seguridad del consumo de agua en la ciudad de Valencia está más que garantizada. En cuanto a la calidad del agua, cumple el Real Decreto 3/2023 del Ministerio de Sanidad sobre los requisitos que establece para consumo humano. Este agua registra los valores óptimos en color, olor, sabor y turbidez», recalca Mundina. El concejal, además, expone medidas que han suavizado el gusto: «La mejora constante del servicio de abastecimiento supone también la mejora de la calidad del agua. Se está pasando de antiguas tuberías a sistemas modernos con nuevos materiales cuya proyección en las características del agua es menor. Son más asépticos».

Y las fuentes de la red PUSDAR proporcionan a los viandantes una versión más agradable. Estas modernas fuentes de agua filtrada y atemperada, además, evitaron la emisión a la atmósfera de 580 toneladas de dióxido de carbono en 2022, según informó la concejalía del Ciclo Integral del Agua.

Actualmente, hay 25 PUSDAR en la ciudad de Valencia. «Vamos a instalar 21 puntos más. A final de año vamos a tener 46 fuentes de estas de agua de grifo en la red municipal. Al estar atemperada, y sobre todo en verano, es más demandada y requerida por los ciudadanos. Está declorada a una temperatura más baja que la que pueda salir por un grifo normal. Mantiene toda la seguridad microbiológica exigida y mantiene todas las propiedades fisicoquímicas del agua que se distribuye por la ciudad. Se ajusta un poco el cloro libre residual pero siempre cumpliendo el nivel mínimo. Hay una mejora de lo que percibe el consumidor. Está menos dura que la pueda salir por el grifo porque su percepción organoléptica es más suave. Y eso el consumidor lo aprecia», comenta Mundina.

A lo largo del primer semestre de 2023, las 25 PUSDAR han registrado un consumo total de 519 metros cúbicos. La clasificación está encabezada por la del tramo 14 del Jardín del Turia, ubicada junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y por la del Parque de Viveros. Les sigue la de la Plaza del Ayuntamiento. «Este proyecto tiene como objetivo concienciar e incentivar el consumo del agua potable que suministra Valencia. No sólo por el ahorro económico sino también porque eliminas la generación de envases de plástico», afirma Mundina. Beber del grifo va ganando terreno.

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