La ley de bienestar animal enfrenta a protectora, cazadores y tiendas

La nueva norma introduce requisitos que afectarán a la tenencia de animales domésticos como establecer la obligatoriedad de hacer un curso de formación para poder disfrutar de una mascota. También impone el sacrificio cero de animales y aunque deja fuera la tauromaquia, el anteproyecto prohíbe las peleas de gallos, el tiro a pichón o el tiro a tubo, entre otras medidas. El articulado incluye la prohibición de la venta de animales en las tiendas. Estos establecimientos pasarán a sólo tener peces. Prohibirá además la exposición de perros y gatos que únicamente podrán comprarse a criadores profesionales que, por otro lado, sólo podrán trabajar con ejemplares que sean autóctonos.

Desde los animalistas Amparo Requena, presidenta de Abogados Valencianos de Defensa Animal (Avada) y vicepresidenta de la sección de derecho animal del Colegio de la Abogacía, ha celebrado la aprobación del anteproyecto y ha señalado que el principio de sacrificio cero no puede «tener puertas abiertas. No es de recibo que sigan cargándose animales». Y ha asegurado que en caso contrario van a presentar alegaciones.

También ha mostrado su satisfacción por la prohibición de la venta de animales en las tiendas, «Lo que se va a vetar es que se vendan animales y que estos se guarden en los establecimientos como ahora en condiciones inaceptables», ha afirmado. «Se podrá seguir vendiendo pero en los criaderos», ha recordado.

Requena consideró positivo el curso de formación que se va a exigir a los que quieran tener animales de compañía. «No es un máster ni un título universitario», ha recalcado y ha añadido que «es muy sencillo». La presidenta de Avade ha señalado que el chip que van a tener que llevar los animales únicamente exige algunos datos más de los que hay ahora.

De la ley rechaza que se imponga un límite de cinco animales por persona y mostró su respaldo a que haya un registro de maltratadores que no sea público.

Una posición completamente distinta es la de Alfonso Beleña, miembro de la Junta de la Asociación del Sector del Animal de Compañía (ASAC) y su representante en la Comunitat, que ha calificado el anteproyecto como de «exterminio animal». Ha señalado que «no se nos ha tenido en cuenta» y que la nueva legislación amenaza a unos 5.000 establecimientos en toda España y cerca de medio millar en la Comunitat Valenciana.

«El objetivo de la ley es acabar con las mascotas y no protege a nadie», ha afirmado. En su opinión, la gente no va a poder comprar animales de compañía y ha rechazado que los abandonos tengan nada que ver con ellos. «No hay animales abandonados que antes hayan sido comprados en algún establecimiento», ha recalcado rotundo.

La nueva ley también afectará a las 6.000 clínicas veterinarias que hay en España. «Va a dejar sin empleo a mucha gente», ha expresado Alfonso Beleña. Las repercusiones, según expresó el representante de ASAC, afectarán también a la ganadería y al campo. «Los piensos se realizan con materia cárnica», ha recodado y ha insistido en que todo esto puede sufrir un grave daño.

Desde la Federación de Caza se anuncia que se presentarán las alegaciones y consideraciones oportunas. Ha denunciado que este «no es el único golpe al sector. Está en trámite la reforma del Código Penal que puede conllevar el fin de la caza, equiparando cualquier animal a los animales domésticos».

Ante ello, el presidente de la Federación, Raúl Esteban, que comparecerá el próximo martes en Les Corts en la comisión de Agricultura, precisamente en el marco del debate de aprobación de la Ley de Protección Animal de la Comunidad Valenciana, ha manifestado «su preocupación por el borrador del anteproyecto de la ley nacional».

Por ello y, ante la gravedad de la situación, alienta «a todos los cazadores a acudir a la manifestación del 20 de marzo en Madrid para defender su derecho a cazar y para que se tenga en cuenta a los cerca de un millón de cazadores españoles». Esteban ha recordado que la ley tal y como está planteada «obliga a la esterilización obligatoria, prohíbe la cría de animales por particulares y pone en riesgo a las rehalas, la montería, la cetrería, la perdiz con reclamo, la caza menor con perro y la actividad cinegética en general».

Como consecuencia consideró que «ahora más que nunca es necesario demostrar la unión del colectivo, que somos necesarios para la sociedad y que está en juego el futuro de la caza».