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d. g.
Jueves, 13 de agosto 2020, 23:06
Las residencias de ancianos ha sido el ámbito sociosanitario al que con más virulencia ha atacado la pandemia de Covid-19 y el que, con más temor, está presenciando el nuevo y progresivo repunte de contagios y fallecimientos. Desde el pasado 1 de junio, momento en el que entró en vigor el plan de transición a la nueva normalidad de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas para las residencias de personas mayores —y que regulaba las salidas y las visitas a los centros– estos geriátricos acumulan más de 200 nuevos contagios y 25 fallecimientos. En ese momento se contabilizaban hasta 75 centros con algún infectado y 28 de ellos estaban intervenidos por personal de la Conselleria de Sanidad.
Progresivamente, la situación fue paliándose hasta que el 20 de junio, con apenas una veintena de residencias afectadas por el coronavirus, Sanidad aprobó otra resolución en la que pormenorizaba las medidas que debían adoptarse en estos geriátricos tras la finalización del estado de alarma. Tras ello, y aunque el goteo de nuevos contagios se mantenía, el número de residencias intervenidas y con positivos seguía descendiendo. Los asilos, el pasado 17 de julio, estaban en su mejor momento desde el inicio de la pandemia. Sólo en cinco centros había algún residente o trabajador contagiado –y bajo estrictas medidas de aislamiento– y apenas dos de ellos requerían la presencia de personal sanitario del departamento liderado por Ana Barceló. Las residencias venían de encadenar más de una semana sin ningún nuevo positivo y la situación prácticamente estaba normalizada en la gran mayoría de los centros.
Pero todo cambió. El coronavirus sólo les había dado un respiro y empezaba a extenderse de nuevo. La aparición de nuevos brotes y los avisos del sector llevó a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas a replantearse la actualización de aquella resolución del 1 de junio, renovación prevista para el 22 de julio. Sin embargo, este blindaje se demoraba y no llegó hasta 15 días después, con nuevas medidas de prevención y restricciones tanto para las visitas como para las salidas de los internos. La situación, en este tiempo, ha experimentado un cambio sustancial. De hecho, más de la mitad de los contagios registrados en residencias desde el 1 de junio han tenido lugar a partir del 20 de julio. De los cinco centros con brotes se ha pasado a alcanzar la veintena y en este tiempo se acumulan tres fallecidos más.
Sin embargo, una de las cuestiones que más preocupa es que el importante aumento de casos positivos que se viene registrando en las últimas semanas. Por ejemplo, entre el 1 de junio y el 24 de julio, prácticamente en dos meses, el día que más nuevos positivos se contabilizaron fue el 6 de junio, con nueve casos, mientras que lo habitual venía siendo entre dos y tres, con varias jornadas en las que no se había registrado ni un solo nuevo contagio. Sin embargo, en estas últimas semanas ya son tres días en los que los infectados detectados en 24 horas ascienden a 16, de ahí que en sólo tres semanas se hayan contabilizados más infectados que en casi los dos meses anteriores. Este ritmo preocupa, y mucho, tanto a los gestores de estos enclaves residenciales como a la propia Administración, lo que llevó a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusiva a tratar de blindar, de nuevo, las residencias el pasado 6 de agosto con medidas más restrictivas. Buena parte del sector, sin embargo, sigue reclamando que, por ejemplo, se someta a pruebas periódicas a usuarios y trabajadores.
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