Miembros de la UME en el incendio de Villanueva de Viver. UME

Los bomberos alertan de que se disparan los incendios forestales por quemas agrícolas

En el primer trimestre de este año se han duplicado los avisos por fuego respecto a 2022 en la Comunitat

José Molins

Valencia

Martes, 18 de abril 2023, 23:50

Este primer trimestre del año ha resultado dramático para el monte valenciano. Las cifras hablan por sí solas y el número de incendios forestales en la Comunitat ha superado al del peor año de la última década, con 1.227 incendios de enero a ... marzo en la región, el doble que en el mismo periodo de 2022 y casi mismo número que acumulaba el primer trimestre de 2012, el año de los últimos grandes incendios de Cortes de Pallás y Andilla, que arrasaron más de 50.000 hectáreas.

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El Consorcio de Bomberos de Valencia alerta de esta preocupante subida, con 714 incendios en la provincia de Valencia solamente en el pasado mes de marzo. Se trata del doble respecto a la media para un mes de marzo, que estaba en 348 incendios, y un espectacular incremento del 736% respecto a marzo de 2022, cuando hubieron 97 incendios.

En el tramo final del trimestre, el 23 de marzo, comenzó en Villanueva de Viver el incendio más violento que ha habido este año en la Comunitat y que ha calcinado en total unas 4.700 hectáreas en la provincia de Castellón y obligó a desalojar a miles de personas de diez localidades afectadas durante varios días. No tan dañinos, pero también alarmantes fueron los incendios forestales en la localidad alicantina de Sax y en Picassent, que obligó a desalojar varios chalets ante la proximidad de las llamas.

Según los bomberos, detrás del 80% de esta clase de incendios forestales y de vegetación está habiendo un mal uso del fuego en terrenos agrícolas y forestales, con situaciones como quemas agrícolas descontroladas, quemas dentro de parcelas, y en menor medida actos pirómanos, como sin embargo han sido algunos de los fuegos que se han producido en abril.

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Y es que si el primer trimestre ha sido de récord, el segundo puede acabar con cifras también muy altas, ya que en los últimos días ha habido incendios forestales en Alzira, con más de 40 hectáreas quemadas, muy cerca del paraje natural de La Murta, en Alborache y en Oropesa, junto a una urbanización, un fuego que acabó con una mujer detenida como presunta autora, al encontrarse indicios de que pudo haber sido la autora. También hubo otro incendio forestal en la zona de Jesús Pobre en el parque natural del Montgó en Dénia. En Barx otro incendio movilizó hasta siete medios aéreos para su extinción y nueve excursionistas y un vigilante tuvieron que ser evacuados por vía aérea, al haberse quedado aislados en la cima del Mondúver. Ese mismo día el fuego afectaba también a Altea, cerca del barranco de Riquet.

Y el pasado 12 de abril se declararon tres incendios en el mismo día, sólo tres jornadas después de que se diera por extinguido el de Villanueva de Viver. Uno de ellos en la vecina localidad de Barracas, producido al quemarse el motor de un molino eólico. El de más entidad fue el de Genovés, en la comarca de la Costera, donde entre 25 y 30 personas tuvieron que ser desalojadas de la urbanización Pino Grande. El otro fue en la zona de Les Panses, en Albalat dels Tarongers, en la comarca de Camp Morvedre, aunque en menos de una hora pudo ser extinguido.

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Riesgo muy elevado

También el entorno del río Magro ha sufrido con el fuego en abril, con tres incendios en tan sólo diez días, por lo que los vecinos de la Ribera sospechan que detrás de ellos puede estar un pirómano, ya que todos se produjeron en el entorno del río a pocos kilómetros de distancia unos de otros. El último fue en Catadau, que sucedió al que poco antes se había declarado entre Llombai y Alfarp, que fue intencionado, ya que hubieron varios focos en pocos minutos. Y el otro punto fue en el término municipal de l'Alcúdia, sólo dos días antes de que ardiera el margen del Magro en Catadau.

El Consorcio pide a la ciudadanía «un cuidado especial en el uso del fuego en esta clase de escenarios», puesto que el riesgo de incendios es muy elevado siempre, pero especialmente este 2023 «a causa el estrés hídrico de muchas zonas y la presencia de una gran cantidad de combustible vegetal disponible». Por este motivo, alertan de que cualquier quema en una parcela rural o agrícola puede acabar en un incendio forestal, y recomiendan que los propietarios las mantengan limpias y no realicen ningún tipo de negligencia en el uso del fuego.

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Durante el año el Consorcio de Bomberos lleva a cabo tareas de prevención a través de sus brigadas forestales, con trabajos silvícolas para limpiar de vegetación el entorno de poblaciones y urbanizaciones próximas a zonas forestales, las llamadas zonas de interfase. Una tarea que sirve para frenar la continuidad vegetal y reducir el riesgo de incendios forestales.

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