Los instaladores Miguel y Joan, montando ayer una barrera en una clínica dental de Llombai. JESÚS SIGNES

El boom de las barreras anti inundaciones

Una empresa de Carlet, único fabricante de España de este sistema de contención, triplica sus servicios tras la dana

Jueves, 19 de diciembre 2024, 01:44

En Carlet, hay una nave donde no entró ni una gota de agua pese a que, en el exterior, llegaba a la altura de las rodillas. Los trabajadores lo consiguieron merced a unas barreras anti inundaciones que ellos mismos se encargan de fabricar en el ... taller. Una solución que, actualmente, vive un boom en la Comunitat. La dana que azotó 75 municipios valencianos el pasado 29 de octubre marcará, teóricamente, un antes y un después en las labores de prevención por parte de las instituciones públicas. Ya lo ha hecho entre los particulares. El miedo se ha apoderado de vecinos y comerciantes próximos a ríos y barrancos. De ahí que, desde principios de noviembre, se hayan triplicado los encargos de estas defensas metálicas contra un fenómeno natural que amenaza con crecer a lo largo de los próximos años. Ayer, Laia Gil recurrió a tal sistema de contención en la clínica dental que dirige en Llombai. El devastador temporal provocó en su negocio unos daños valorados en 50.000 euros. A partir de ahora, cuando un diluvio se vuelva a cerner sobre su localidad, colocará a modo de muralla cuatro lamas de quita y pon.

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Laia ha desembolsado cerca de 2.000 euros por una barrera anti inundaciones de 92 centímetros de altura. «Cada lama tiene 23 centímetros y esta clienta ha cogido cuatro», explica el instalador, Miguel Richard. La empresa de Carlet, Mecanizados Martínez Vanaclocha, se alza como el único fabricante de España y uno de los pocos que existen en Europa. Por ese motivo, ha notado el potente incremento de la demanda.

Una farmacia de Cheste. LP

Laia sopesaba el montaje de esta barrera desde hacía cuatro años. Su clínica se encuentra en la frontera entre Llombai y Catadau. «Aquí llovió mucho en 2020 y ya se inundaron las carreteras del pueblo. Esta es la zona más baja del pueblo», cuenta. Entonces, ella indagó en busca de soluciones y descubrió que, en el País Vasco, se comercializaba un sistema fabricado en Italia. También hay un productor en el Reino Unido que cuenta con un punto de distribución en Marbella. Mientras, en Carlet, comenzaban a trabajar en una alternativa local.

Finalmente, Laia aparcó la inversión en seguridad. Pero esta vez, con la dana del 29 de octubre, las inundaciones enseñaron un lado más agresivo. «Ha entrado muchísima agua en la clínica. Por aquí pasa el río Magro, que se desbordó en Algemesí. Aquí no se desbordó. Aquí llovió de una forma exagerada. Nos inundamos tres veces durante el día. Todo el agua que cae viene hacia aquí. Es como una balsa», cuenta. Después de un mes con el negocio cerrado, ha reabierto las puertas.

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«Dentro de la clínica hubo dos palmos de agua, unos 30 centímetros. Estropeó todo el suelo, las puertas, los muebles de madera, los sillones, maquinaria, historiales clínicos...», comenta la propietaria del Centre mèdic i dental Marquesat. Tras percatarse de los daños sufridos, Laia decidió llamar a Martínez Vanaclocha.

Una vivienda particular de Algemesí. LP

Ayer, sobre las 11 de la mañana, se presentaron en la clínica dental los instaladores Miguel Richard y Joan Ortiz. Previamente, a primera hora, habían prestado un servicio en un garaje de l'Alcúdia. El martes había sido el turno, por ejemplo, de una vivienda de Beniparrell. También han pasado por Benifaió, Aldaia, Benimodo, Cheste, Algemesí, Alfafar, Pincanya...: «Ha subido mucho la faena por la dana. Si antes estábamos en una barrera al día, ahora estamos en tres o cuatro», dicen. En casos como el de Llombai, el montaje queda finiquitado en poco más de una hora. «Las hacemos desde cero. Las lamas son de aluminio. Las guías son de metal y van fincadas y pintadas al horno para evitar que se oxiden». A base de gomas, garantizan la estanqueidad: «No se puede filtrar el agua ni por la guías ni entre las lamas».

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El perfil de cliente ha cambiado: «Ahora estamos haciendo muchas casas y comercios. Antes era principalmente naves industriales y sótanos de garajes comunitarios. Después de todo lo que ha pasado, la gente se ha concienciado más». Durante las meses previos, trabajaron con especial intensidad en la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha. Atrás quedan las soluciones caseras con madera y yeso. O el metacrilato.

Ernesto Martínez Vanaclocha es el gerente de la empresa. «Estas barreras aguantan perfectamente la presión de metro y medio y dos metros de agua», destaca. Los precios en las medidas estándar oscilan entre los 700 y los 1.800 euros. Cuando los pedidos llegan desde zonas más lejanas como Galicia, Asturias o el País Vasco, las envían con manual de instrucciones y kit de montaje.

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Una casa de Buenache (Cuenca). LP

Martínez Vanaclocha es una empresa que, de 1995, se dedica al mecanizado de piezas para la industria. Pero hubo algo que, hace cuatro años, llevó a Ernesto a ampliar la actividad de la compañía.

«Todo empezó con el problema que tenía yo en mi empresa porque, cuando llueve torrencialmente, enseguida se pone con un palmo de agua. Todo empezó buscando yo soluciones para mis puertas. Comenzamos a diseñar y a hacer pruebas en el 2000. Y cuando lo conseguí, pensé: 'El mismo problema que tengo yo, lo puede tener mucha gente'. Y en 2022 nos pusimos a producirlas y a venderlas», recuerda Ernesto. Sobre la mesa, un llamativo proyecto encargado por una vecina de Paiporta: «Vive cerca del barranco y el agua le llegó hasta el techo. Quiere cubrirse la puerta entera. 2,20 metros de altura». Toca prevenir.

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