La brisa anima a los amantes del windsurf a lanzarse al agua pese al desapacible día

Pese a que el desapacible día no acompañaba, más de una decena de personas no desaprovechó ayer la oportunidad de practicar algunos de sus deportes favoritos, como remar en una piragua o navegar encima de una tabla de windsurf, en la playa de Valencia. Además, el viento de poniente que ayer soplaba en la costa valenciana creó un escenario ideal para los amantes de este deporte que utiliza una vela para impulsarse. Poco antes del mediodía, tres piragüistas remaban en la frontera entre la playa y la zona norte de la Marina para luego dar paso a varios integrantes de la escuela Ocean Republik que, tras escuchar los consejos de última hora de los monitores, se lanzaron al agua con sus tablas y sus velas. Eso sí, provistos de los correspondientes trajes de neopreno para hacer más llevadera la temperatura del agua y la falta de sol.

Rafa Cerveró, responsable de la escuela, destacó que, durante el día de ayer, el principal handicap al que se enfrentaban era, precisamente, el viento de poniente, que hacía que las tablas tendieran hacia mar adentro, aunque resaltó que gracias a la vigilancia de los monitores, conectados con una emisora de rescate, y la disponibilidad de dos lanchas, la seguridad estaba garantizada. Asimismo, insistió en que éste es uno de los aspectos en los que más incidencia hacen para evitar que haya cualquier tipo de incidente. En esta línea, explicó que el grupo de ayer cuenta ya con un nivel medio alto y que, cuando son principiantes o niños, se opta por un espacio acotado dentro de la Marina.

Pese a que ésta no es la temporada alta de estos deportes náuticos, es habitual ver a estos grupos de windsurfistas navegar por la costa de la ciudad, especialmente en fines de semana y días festivos. Gracias a la escuela, homologada por la Federación Valenciana de Vela y con todos los permisos y seguros necesarios, estos aficionados pueden disfrutar de este deporte, ya que la entidad les cede tanto la tabla y la vela como los trajes de neopreno.

Al año, según calcula Cerveró, pasan por la escuela unos 5.000 alumnos que, además de windsurf, practican otros deportes como surf o paddle surf.