En busca de mano de obra experta en la Comunitat

Detrás de este panorama hay casuística muy diversa: desde entrevistados que no están dispuestos a hacer jornada continuada ni sábados; hasta falta de personas formadas en Formación Profesional; pasando por personas que se han ido de ciertos sectores durante la pandemia y no han vuelto; también porque hay profesiones que se asocian a rutinas clásicas que ya no son reales porque se han robotizado y otras que se 'demonizaron', como el sector del ladrillo, y ahora no encuentran especialistas.

La cuestión de fondo es que mientras las empresas de la Comunitat buscan crecer con más empleados formados para ampliar mercados, existen 3 millones de desempleados que tendrán que prepararse para volver a subir a la rueda laboral.

Amparo Morales es arquitecta técnica, pero su vocación era ser indumentarista, como su madre, Amparo Fabra. Está entregada al oficio y afirma que se fueron jubilando cuatro personas del taller «y me está costando encontrar personas que sepan coser bien y en la especialización de la indumentaria». Como curiosidad detalla que «he puesto un cartel en la puerta de la tienda y nadie viene a preguntar, cuando antes me traían el curriculum». Explica que «en la pandemia ha cambiado la mentalidad y hay personas que me dicen que no quieren hacer jornada completa o no quieren hacer sábados, cuando nuestra temporada fuerte es en invierno, pero cuando pasan Fallas, se ajustan las libranzas».

Jesús es uno de los pocos orfebres artesanos dedicados a la indumentaria valenciana que quedan en Valencia y vende al por mayor, no sólo en su tienda. «Actualmente trabajo yo, que aprendí el oficio de mi padre, mi hermano y dos empleados más». Indica que «tendría la necesidad de contratar dos cinceladores más pero no hay profesionales. Sí hay del sector de la joyería que puede hacer aderezos, pero otra cosa es cincelar a mano». Confiesa que «hay veces que tengo que dejar de coger encargos porque si no hay más mano de obra, no podemos». Comenta que formar por completo a un cincelador lleva entre 4 y 6 años. Y opina que «ahora ha surgido gente que trabaja las peinetas con máquinas, pero no cincelando».

Reyes Martí, la pirotécnica de Burriana, busca personal y no logra cubrir los puestos. «Se apuntaron 1.200 personas a la bolsa de Infojobs e hice una selección. El primer día convoqué a 10 y vinieron sólo 3. Me quedé a uno de ellos y dice que se va. La segunda tarde cité a diez más y no vino ninguno». Además, se pregunta «para qué se apuntan si no acuden. Y hay alguno que incluso en una entrevista me dijo que no quería trabajar festivos, cuando los pirotécnicos disparamos en actos de fallas y fiestas, y comentó que para el sector que era, que no le interesaba ese sueldo». A esto hay que unir que «con el parón de la pandemia hubo gente que se fue a otras profesiones y no ha vuelto».

María José Lladró, secretaria técnica de la Asociación de Talleres de Reparación de Vehículos de la Provincia de Valencia (Fevauto) explica que en el sector están «desesperados» y es que reconoce que no encuentran mecánicos, chapistas y pintores de coches. Afirma que «hay empleo y de calidad, pero muchos profesionales actuales están cerca de la jubilación y no hay relevo generacional». Para revertir la situación, desde la Federación de la Metalurgia (Femeval) donde se incluye también la reparación de vehículos, se están acercando este mes a los institutos para despertar vocaciones e incluso han creado un videojuego para que alumnos de 3º y 4º de la Eso y Primer de Bachiller se acerquen a estas opciones laborales, para no ser un 'zombie laboral' en el futuro. Añade que «en los talleres buscar personas para acabar de formarlas y quedarse. Precisan gente responsable».

El presidente de la Federación Empresarial de la Madera y Mueble de la Comunitat Valenciana es muy claro: «No encontramos a gente formada ni sin formar». Opina que arrastran un problema de concepción. «Cuando hablas, por ejemplo de un carpintero, la gente todavía tiene la idea de que es una persona serrando un tablero y con un lápiz en la oreja, cuando está todo robotizado y los trabajadores están delante de ordenadores haciendo controles numéricos». Explica que se da la paradoja de que «desde la pandemia la gente ha apostado por invertir en hábitat, cambiar sofás, puertas o el parqué y resulta que no tenemos mano de obra especializada ni montadores y eso se traduce en que hay retrasos en las entregas o que no pueden crecer las empresas». Detalla que se están apoyando en la FP integral de Catarroja y en el instituto Cotes Baixes de Alcoi «pero no hay suficientes alumnos para abastecernos y hay lista de espera». Y añade que «estamos dando cursos básicos a gente del paro para que se incorpore al mercado laboral».

El presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios de Maquinaria, Construcción y Obras Públicas (Avemcop) reconoce que «nos hace falta mucha mano de obra». Y vas más allá «estamos llegando a la situación de que estamos 'robando' trabajadores entre unas empresas y otras o cogiendo trabajadores de empresas que han cerrado o que están en concurso de acreedores». Explica que «encima tenemos perspectivas buenas de obras, con las ampliaciones del puerto de Castellón y Valencia, la gigafactoría de Volkswagen o la ampliación del By-pass». Coincide con María José Lladró en que «no hay relevo generacional y lo mismo ocurre en la asociación de Canteras y Áridos de Valencia y Castellón». Detalla que se necesitan conductores de camiones de obra pública, de autoniveladores y compactadoras. Añade que «con la crisis de 2008 se demonizó al sector de la construcción y no encontramos jóvenes interesados y eso que hay sueldos de 1.700 a 2.000 euros y si son conductores de autoniveladoras de 2.500 y 3.000 euros y no se hacen horas extra ni sábados».

El presidente de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción indica que «necesitamos personal formado» y añade que precisan trabajadores de «los muchos oficios que hay dentro de la construcción desde chapadores, yesaires, tabiqueros, encofradores...». Incluso comenta que «están muy demandados los trabajadores que dominen varios oficios de la construcción porque se están haciendo muchas rehabilitaciones y engloba todos los procesos y en obra nueva faltan encofradores y tabiqueros». Comenta que en el centro de la Fundación Laboral de la Construcción de la CV (Bétera) están impartiendo cursos y luego hay bolsas de empleo. Zamora añade que «se debería de incentivar a las personas desempleadas para que se formen».

El presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia afirma que este sector tiene dificultad para encontrar trabajadores. «Todo ha venido a partir de la pandemia. Los cierres y aperturas con restricciones generaron inseguridad y muchos empleados se fueron a otros sectores y hay dificultad para que vuelvan». Opina que «hay que hacer un trabajo entre la administración y los centros de formación para dignificar la profesión y animarles a hacer el grado universitario de Gastronomía». Espinar recuerda que han propuesto que se imparta «una asignatura ya en la Educación Secundaria sobre la gastronomía porque tanto la gastronomía, como el turismo, tienen mucho peso en la economía valenciana». Reconoce que «además, los empresarios tendrán que ver cómo incentivar los 'sueldos emocionales', para que los empleados concilien la vida laboral y familiar» y recuerda que eso en Europa se consigue con el inicio de las comidas a las 12 horas y las cenas a las 19 horas, para readaptar la demanda y lograr la conciliación.